Para la dotación del BAP "La Pedrera" todo esto fue muy gratificante, el poder cumplir con nuestro deber
¿Que dirĆan ustedes, si yo les dijera que tienen 48 horas para hacer una faena de 120 torpedos?
Esta anécdota sucedió con motivo del conflicto con el Ecuador en el año de 1981, a bordo del BAP "La Pedrera", SS-49.
El Jefe de Sistema de Armas de a bordo en ese entonces, se encontraba en ese momento internado con hepatitis en la sala 5-2 del Centro Medico Naval, por lo que el Comandante del buque me asignó la responsabilidad de Jefe Acc. de Sistema de Armas del BAP "La Pedrera".
En un principio, tengo entendido que por no encontrarnos totalmente operativos, no estĆ”bamos considerados para intervenir en los planes de defensa, pero como estĆ”bamos aptos para navegar en inmersión hasta 200 pies, es que nos ordenaron poner el Buque en condición de Combate, es decir prepararnos en todo sentido, pese a nuestras limitaciones de profundidad,lo cual comprendĆa embarcar vĆveres y torpedos (en este tipo de Buque la dotación de combate estaba conformada por 24 torpedos entre Mk-14 y Mk-37-2).
Para facilitar las faenas tanto de vĆveres como de torpedos, nos ordenaron ocupar el lado sur del cabezo del muelle de submarinos y luego de hacer las coordinaciones necesarias tanto con Diabaste para los vĆveres, la Estación de Torpedos para la preparación de los 24 torpedos que debĆamos embarcar y con el SIMA para que nos facilitara una grĆŗa adecuada para el embarque de los torpedos, iniciamos la ardua labor que significan las faenas de vĆveres y torpedos en forma simultĆ”nea.
Iniciamos esta ardua labor muy temprano, con el apoyo de todo el personal disponible, incluyendo el personal de FOES embarcados (faena de vĆveres para 30 dĆas y embarcar toda la dotación de combate de torpedos para un submarino Guppy).
La faena de vĆveres se terminó relativamente rĆ”pido, mas no fue tanto asĆ con la faena de torpedos, teniendo en cuenta que la dotación no se encontraba lo suficientemente entrenada para esta labor, por haber estado el Buque inoperativo por un periodo un tanto largo, terminando de esta manera la faena de torpedos, casi de madrugada.
Al dĆa siguiente deberĆamos zarpar a nuestra Ć”rea de patrullaje y el orden de zarpe era que el BAP "Pacocha" zarparĆa antes que nosotros por encontrarse abarloado a nosotros por nuestra banda de estribor.
Se ordenó puesto de maniobras para el personal de cubierta y el BAP "Pacocha" inició su maniobra de zarpe. La maniobra estaba realizĆ”ndose bien hasta el momento en que por alguna razón que nosotros desconocimos el Pacocha pegó mas de lo normal su afilada proa con nuestra popa y se sintió topar a la altura de nuestro compartimiento de torpedos de popa. Se puede decir que hubo una buena cuota de mala suerte en este hecho debido a que el Guppy cuenta con unos tubos protectores instalados inmediatamente a proa de las hĆ©lices (protectores de las hĆ©lices para cuando estos se acoderan algĆŗn muelle o buque), pero resulta que aun asĆ, esta aparente pequeƱez de golpe, fue suficiente para abollarnos uno de los alabes de la hĆ©lice del eje de estribor, ya que justamente por la forma circular de los protectores es que no pudo proteger nuestra hĆ©lice de la afilada proa del Pacocha y esta topo ligeramente con Ć©l Ć”labe que finalmente abollo. Se podrĆ”n imaginar todo el despliegue que este hecho ocasionó, desde buzos que inspeccionaban la averĆa hasta la necesidad de entrar a dique parahacer el cambio de hĆ©lice respectivo, pasando primero por la necesidad de desembarcar los 24 torpedos que acabĆ”bamos de embarcar, ya que es una condición indispensable para que un submarino pueda ingresar al dique.
Luego de la inspección e informe de los buzos, era urgente cambiar la hélice y para este trabajo, ingresar a dique, por lo que sin mÔs tramite iniciamos la faena de desembarcar todos los torpedo y prepara el buque para el ingreso al dique (hasta el momento ya llevÔbamos embarcando y desembarcando un total de 48 torpedos).
El problema se agravó un poco mĆ”s, cuando luego de estar sin torpedos y listos para ingresar al dique, por las lógicas razones que un conflicto provoca en la necesidad de hacer todo tipo de reparaciones de emergencia, no habĆa un dique disponible de manera inmediata y luego de una reunión con los tĆ©cnicos del SIMA y del Servicio de Salvamento de la Marina, se decidió que el cambio de la hĆ©lice podrĆa hacer a flote ya que se contaban con buzos calificados para realizar tan delicado trabajo.
Para realizar el cambio de la hĆ©lice a flote, nos tuvimos que amarrar al lado norte del muelle de submarinos por nuestra banda de estribor para darle facilidades de trabajo tanto a los buzos como a la grĆŗa que deberĆa hacer las maniobras de sacar la hĆ©lice abollada y acercar la hĆ©lice nueva para que los buzos finalmente la colocaran en su lugar.
Para esta maniobra era indispensable tambiĆ©n usar explosivos para podersoltar la tuerca conocida como la nuez (por su forma) que es la que asegura la hĆ©lice al eje, por supuesto que todo esto era muy delicado ya que habĆa que tener en cuenta todo lo que significaba usar explosivos cuidando que las explosiones provocados por estos, no afecten al propio eje.
Esta operación se realizaba mientras el personal de torpedistas procedĆan a embarcar nuevamente los torpedos en el compartimiento de torpedos proa y una vez finalizado el cambio de la hĆ©lice, se procedió a embarcar los torpedos de popa (con estos Ćŗltimos ya sumĆ”bamos, embarcando y desembarcando 72 torpedos).
Una vez terminado todo este trabajo procedimos nuevamente a nuestro amarradero en el lado sur del cabezo del muelle.
Al dĆa siguiente muy temprano, un anuncio de "Cubrir Puesto de Maniobras"por el 1MC nos avisaba que el BAP "Arica" regresaba de emergencia a solucionar rĆ”pidamente un problema y zarpar nuevamente de manera inmediata a su Ć”rea de patrullaje; por lo que el personal que cubrĆa puesto de maniobra en cubierta procedió a cubrir sus puestos y en pocos minutos se encontraban listos para recibir las espĆas del "Arica", por nuestra banda de estribor.
Cabe mencionar que era inusual el hecho de que cualquier submarino tipo 209 ocupara ese amarradero y mĆ”s aun que se abarloara a nosotros, cosa que no recuerdo que antes hubiese pasado, por lo menos en el tiempo que yo tenia a bordo, pero la emergencia de la situación del conflicto, lo exigĆa asĆ, ya que el lado del muelle de submarinos al cual normalmente amarraban los submarinos 209, estaba siendo ocupado por un buque de desembarco en pleno proceso de carga de material de guerra.
El BAP "Arica" hizo su maniobra de aproximación y cuando estaba ya casi ala altura de la aleta de estribor nuestra, acercó demasiado su proa a nuestra popa (altura de las hélices) y se sintió un pequeño roce al final de su maniobra de acercamiento a nosotros.
No lo van a creer pero ese pequeƱo acercamiento produjo que el BAP "Arica" con su dura proa doblara uno de los Ć”labes de la flamante hĆ©lice de estribor que la noche anterior acabĆ”bamos de cambiar, en una maniobra que casi podrĆa calificarse como una demostración de la alta tĆ©cnica que tiene nuestro personal naval para realizar trabajos con ese alto grado de dificultad (realmente ese cambio de hĆ©lice a flote, fue todo un espectĆ”culo digno de verse).
Ya se pueden imaginar las caras de todos cuando luego de que los buzos bajaran a inspeccionar la averĆa, el informe de estos seria casi calcado de la averĆa producida hacĆa menos de 24 hora por el "Pacocha" al zarpar, con la Ćŗnica diferencia de que esta vez la dobladura que presentaba el Ć”labe de la hĆ©lice de estribor, era hacia proa.
Luego de esta nueva averĆa y cumpliendo órdenes del Comandante, para ir ganar tiempo, dispuse que mi personal se preparara a desembarcar todos los torpedos, pensando que esta vez si tendrĆamos que entrar a dique, para realizar la reparación correspondiente, ya que aparentemente no existĆa ya mucho apuro debido a que no habĆa otra hĆ©lice de repuesto lista para el cambio correspondiente y mientras el SIMA preparaba la hĆ©lice de repuesto(que tambiĆ©n se encontraba averiada), habrĆa tiempo suficiente para que el dique se desocupara y nosotros ingresĆ”ramos a realizar el cambio de hĆ©lice respectivo.
Nuestra mayor sorpresa fue que cuando ya se habĆan desembarcado los 24 torpedos (96 torpedos hasta el momento) y nos encontrĆ”bamos listos para entrar a dique, en ese preciso momento, un trabajador del SIMA, llegó corriendo a bordo para avisarnos que en uno de los pampones del SIMA, habĆan encontrado una de las hĆ©lices del ex TENCH (submarino que vino remolcado, acompaƱando desde los Estados Unidos, a BAP "La Pedrera" y al BAP "Pacocha", pero con la condición de que ese buque serĆa deshuesado para repuestos).
Procedimos a verificar con los planos del buque si es que esa hĆ©lice era igual a la nuestra, ya que existĆa la remota posibilidad de que esto no sea asĆ; aun recuerdo como si fuese ayer mismo, que cuando nos avisaron del hallazgo de la nueva hĆ©lice, y luego de verificar con los planos del buque,que la hĆ©lice que acababan de encontrar era exactamente igual a la averiada, un tripulante de a bordo exclamó como si le saliera del alma:"¡puta que, Dios es peruano compadre!" e inmediatamente, otro tripulante le contestó con el mismo Ć©nfasis: "¡peruano... y submarinista carajo!",situación que no hacia otra cosa que reflejar el excelente estado de animo de la dotación por superar cualquier escollo que se pudiese presentar y por supuesto en todo esto se percibĆa el verdadero espĆritu submarinista, una vez mas, saliendo a superficie glorioso y siempre listo a volver a enfrentar un nuevo reto.
AsĆ es que rĆ”pidamente se preparó la nueva hĆ©lice en los talleres del SIMA y procedimos al igual que la vez anterior, a amarrarnos al lado norte delcabezo del muelle de submarinos para realizar el cambio de hĆ©lice a flotesiguiendo el mismo delicado y espectacular procedimiento anterior.Al terminar satisfactoriamente el segundo cambio de la hĆ©lice de estribor, sin mayor tramite, nuevamente volvimos a embarcar los 24 torpedos a bordo, en resumen en menos de dos dĆas, es decir 48 horas, hicimos prĆ”cticamente una faena de 120 torpedos entre los embarques y desembarques; y pese a asignarnos una Ć”rea un tanto rezagada en la defensa del Territorio Nacional, nos mantuvimos en dicha Ć”rea de patrullaje de guerra hasta el termino del conflicto, con el riesgo adicional de encontrarnos limitados a operar hasta una profundidad mĆ”xima de 200 pies.
Luego de la inspección e informe de los buzos, era urgente cambiar la hélice y para este trabajo, ingresar a dique, por lo que sin mÔs tramite iniciamos la faena de desembarcar todos los torpedo y prepara el buque para el ingreso al dique (hasta el momento ya llevÔbamos embarcando y desembarcando un total de 48 torpedos).
El problema se agravó un poco mĆ”s, cuando luego de estar sin torpedos y listos para ingresar al dique, por las lógicas razones que un conflicto provoca en la necesidad de hacer todo tipo de reparaciones de emergencia, no habĆa un dique disponible de manera inmediata y luego de una reunión con los tĆ©cnicos del SIMA y del Servicio de Salvamento de la Marina, se decidió que el cambio de la hĆ©lice podrĆa hacer a flote ya que se contaban con buzos calificados para realizar tan delicado trabajo.
Para realizar el cambio de la hĆ©lice a flote, nos tuvimos que amarrar al lado norte del muelle de submarinos por nuestra banda de estribor para darle facilidades de trabajo tanto a los buzos como a la grĆŗa que deberĆa hacer las maniobras de sacar la hĆ©lice abollada y acercar la hĆ©lice nueva para que los buzos finalmente la colocaran en su lugar.
Para esta maniobra era indispensable tambiĆ©n usar explosivos para podersoltar la tuerca conocida como la nuez (por su forma) que es la que asegura la hĆ©lice al eje, por supuesto que todo esto era muy delicado ya que habĆa que tener en cuenta todo lo que significaba usar explosivos cuidando que las explosiones provocados por estos, no afecten al propio eje.
Esta operación se realizaba mientras el personal de torpedistas procedĆan a embarcar nuevamente los torpedos en el compartimiento de torpedos proa y una vez finalizado el cambio de la hĆ©lice, se procedió a embarcar los torpedos de popa (con estos Ćŗltimos ya sumĆ”bamos, embarcando y desembarcando 72 torpedos).
Una vez terminado todo este trabajo procedimos nuevamente a nuestro amarradero en el lado sur del cabezo del muelle.
Al dĆa siguiente muy temprano, un anuncio de "Cubrir Puesto de Maniobras"por el 1MC nos avisaba que el BAP "Arica" regresaba de emergencia a solucionar rĆ”pidamente un problema y zarpar nuevamente de manera inmediata a su Ć”rea de patrullaje; por lo que el personal que cubrĆa puesto de maniobra en cubierta procedió a cubrir sus puestos y en pocos minutos se encontraban listos para recibir las espĆas del "Arica", por nuestra banda de estribor.
Cabe mencionar que era inusual el hecho de que cualquier submarino tipo 209 ocupara ese amarradero y mĆ”s aun que se abarloara a nosotros, cosa que no recuerdo que antes hubiese pasado, por lo menos en el tiempo que yo tenia a bordo, pero la emergencia de la situación del conflicto, lo exigĆa asĆ, ya que el lado del muelle de submarinos al cual normalmente amarraban los submarinos 209, estaba siendo ocupado por un buque de desembarco en pleno proceso de carga de material de guerra.
El BAP "Arica" hizo su maniobra de aproximación y cuando estaba ya casi ala altura de la aleta de estribor nuestra, acercó demasiado su proa a nuestra popa (altura de las hélices) y se sintió un pequeño roce al final de su maniobra de acercamiento a nosotros.
No lo van a creer pero ese pequeƱo acercamiento produjo que el BAP "Arica" con su dura proa doblara uno de los Ć”labes de la flamante hĆ©lice de estribor que la noche anterior acabĆ”bamos de cambiar, en una maniobra que casi podrĆa calificarse como una demostración de la alta tĆ©cnica que tiene nuestro personal naval para realizar trabajos con ese alto grado de dificultad (realmente ese cambio de hĆ©lice a flote, fue todo un espectĆ”culo digno de verse).
Ya se pueden imaginar las caras de todos cuando luego de que los buzos bajaran a inspeccionar la averĆa, el informe de estos seria casi calcado de la averĆa producida hacĆa menos de 24 hora por el "Pacocha" al zarpar, con la Ćŗnica diferencia de que esta vez la dobladura que presentaba el Ć”labe de la hĆ©lice de estribor, era hacia proa.
Luego de esta nueva averĆa y cumpliendo órdenes del Comandante, para ir ganar tiempo, dispuse que mi personal se preparara a desembarcar todos los torpedos, pensando que esta vez si tendrĆamos que entrar a dique, para realizar la reparación correspondiente, ya que aparentemente no existĆa ya mucho apuro debido a que no habĆa otra hĆ©lice de repuesto lista para el cambio correspondiente y mientras el SIMA preparaba la hĆ©lice de repuesto(que tambiĆ©n se encontraba averiada), habrĆa tiempo suficiente para que el dique se desocupara y nosotros ingresĆ”ramos a realizar el cambio de hĆ©lice respectivo.
Nuestra mayor sorpresa fue que cuando ya se habĆan desembarcado los 24 torpedos (96 torpedos hasta el momento) y nos encontrĆ”bamos listos para entrar a dique, en ese preciso momento, un trabajador del SIMA, llegó corriendo a bordo para avisarnos que en uno de los pampones del SIMA, habĆan encontrado una de las hĆ©lices del ex TENCH (submarino que vino remolcado, acompaƱando desde los Estados Unidos, a BAP "La Pedrera" y al BAP "Pacocha", pero con la condición de que ese buque serĆa deshuesado para repuestos).
Procedimos a verificar con los planos del buque si es que esa hĆ©lice era igual a la nuestra, ya que existĆa la remota posibilidad de que esto no sea asĆ; aun recuerdo como si fuese ayer mismo, que cuando nos avisaron del hallazgo de la nueva hĆ©lice, y luego de verificar con los planos del buque,que la hĆ©lice que acababan de encontrar era exactamente igual a la averiada, un tripulante de a bordo exclamó como si le saliera del alma:"¡puta que, Dios es peruano compadre!" e inmediatamente, otro tripulante le contestó con el mismo Ć©nfasis: "¡peruano... y submarinista carajo!",situación que no hacia otra cosa que reflejar el excelente estado de animo de la dotación por superar cualquier escollo que se pudiese presentar y por supuesto en todo esto se percibĆa el verdadero espĆritu submarinista, una vez mas, saliendo a superficie glorioso y siempre listo a volver a enfrentar un nuevo reto.
AsĆ es que rĆ”pidamente se preparó la nueva hĆ©lice en los talleres del SIMA y procedimos al igual que la vez anterior, a amarrarnos al lado norte delcabezo del muelle de submarinos para realizar el cambio de hĆ©lice a flotesiguiendo el mismo delicado y espectacular procedimiento anterior.Al terminar satisfactoriamente el segundo cambio de la hĆ©lice de estribor, sin mayor tramite, nuevamente volvimos a embarcar los 24 torpedos a bordo, en resumen en menos de dos dĆas, es decir 48 horas, hicimos prĆ”cticamente una faena de 120 torpedos entre los embarques y desembarques; y pese a asignarnos una Ć”rea un tanto rezagada en la defensa del Territorio Nacional, nos mantuvimos en dicha Ć”rea de patrullaje de guerra hasta el termino del conflicto, con el riesgo adicional de encontrarnos limitados a operar hasta una profundidad mĆ”xima de 200 pies.
Para la dotación del BAP "La Pedrera" todo esto fue muy gratificante, el poder cumplir con nuestro deber, pese a la limitación en profundidad a la que estÔbamos sometidos, poniendo a cada momento, como buenos submarinistas, nuestro mayor entusiasmo, dedicación y entrega.
Lo mĆ”s anecdótico de todo esto , fue que pasado un buen tiempo del conflicto con el Ecuador, cuando el Alto Mando Naval decidió hacerle un reconocimiento a todas las dotaciones de los submarinos que intervinieron en ese conflicto, por alguna extraƱa razón que siempre desconocimos, la dotación del BAP "La Pedrera", nunca fue incluida en aquellas Resoluciones... y pensar que una vez que superamos airosos los retos de cambiar a flote dos veces la hĆ©lice de estribor, en maniobras sin precedentes y aquella, por que no decirlo, inĆ©dita faena de 120 torpedos en 48 horas, siempre nos mantuvimos hasta el tĆ©rmino del conflicto, en la zona de patrullaje que nos asignaron, custodiando nuestra Ć”rea muy celosamente a 200 pies de profundidad, pensando siempre en la gran responsabilidad y honor que significaba para nosotros los submarinistas el tener la oportunidad de proteger nuestra SoberanĆa Nacional.
"BZ" para esa valiosa dotación del BAP "La Pedrera" SS-49
"Una vez submarinista, siempre submarinista"
- [message]
- Fuente:
- CapitĆ”n de Fragata (r) Gómez de la Torre, J. A. (2014, August). Una inĆ©dita y anecdótica faena de torpedos. Snorkel, 19 (57), 24–26.
- Información sobre la maniobra de carga de torpedo MK14 http://www.usstorsk.org/volunteers/mk14load/torpload01.htm http://www.usscod.org/torpload.html
- Información sobre la maniobra de carga de torpedo MK37 http://www.usstorsk.org/volunteers/mk37load/mk3701.htm
Conflicto de la Cordillera del Cóndor o Falso Paquisha:
El 13 de mayo de 1999 se puso el Ćŗltimo hito en la frontera peruano-ecuatoriana sellando definitivamente una frontera que por mĆ”s de 150 aƱos mantuvo enfrentados a dos pueblos hermanos.Desde 1995, Ecuador y PerĆŗ negociaron en forma directa para llegar a un acuerdo sobre los tres puntos en los cuales encontraban discrepancias. Finalmente el Presidente peruano Alberto Fujimori y el ecuatoriano Jamil Mahuad en octubre de 1998 decidieron someter sus Ćŗltimas diferencias a un nuevo arbitraje por parte de los paĆses garantes, esa propuesta fue aprobada por los congresos de los dos paĆses.Finalmente, el 24 de octubre de 1998, los paĆses garantes, conformados por Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos resolvieron este hecho, que fue un acontecimiento histórico de gran trascendencia ya que con ese hito se cerró finalmente ambas frontera y ha sido el inicio de una amistad que todos esperamos sea eterna.
Fuentes:http://www.adonde.com/historia/1999_peru_ecuador.htm http://www.monografias.com/trabajos13/perecu/perecu.shtml
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