Un español poco conocido que influyó en el desarrollo del submarino. Cuando leemos uno de esos libros escritos por ingleses o americanos que...
Cuando leemos uno de esos libros escritos por ingleses o americanos que nos narran con todo lujo de detalles las “hazañas” de sus inventores y los “progresos” de los que no son sus paisanos, uno rara vez podrá leer algo sobre Narciso Monturiol, con suerte habrá una mención a Isaac Peral pero después nada. Pues bien, hay otros ingenieros e inventores que con su esfuerzo y su ingenio aportaron su granito de arena para la progresión de una máquina que hoy juega un papel primordial en la guerra moderna. Para estos escritores Holland es el máximo exponente del diseño de submarinos pero él no era el único, en los mismos años en los que él desarrollaba sus diseños nos encontramos con nombres como Simon Lake, Gustave Zédé, Máxime Laubeuf entre otros. Profundizando en los primeros años de la incorporación de esta nueva arma a las principales marinas del mundo, encontramos, aunque su nombre parezca extranjero, un español al que dedicaremos este artículo, Raymondo Lorenzo d’Equivilley Montjustin. Nuestro personaje participó en estos primeros esfuerzos de lograr convertir los submarinos en armas efectivas. En las primeras menciones históricas que encontramos, su nombre aparece unido al de Máxime Laubeuf con el que estaba asociado en París mientras realizaba el Narval, su famoso submarino de propulsión vapor-eléctrica que ganó el concurso de la Marina Francesa y atrajo la atención mundial en 1896. La Marina Francesa necesitaba, por aquel entonces, de una urgente vía de equiparación de fuerzas con los ingleses y estudió otros diseños de submarinos como los de M Maugas cuyo diseño se convertiría en la clase Farfadet. Animado por la favorable situación, d’Equivilley trató de probar suerte en solitario presentando sus propios diseños al Ministerio Naval Francés en 1901, pero estos fueron rechazados. Entonces d’Equivilley llevó sus conceptos a la firma alemana Krupp, era el año 1902 y esta vez la suerte le sonreía. La firma alemana autorizó la construcción de un submarino experimental diseñado por d’Equivilley y se firmó un amplio contrato con el ingeniero español. Los trabajos comenzaron en ese mismo año en los astilleros Germaniawerft Gw, recién adquiridos por el gigante del acero Krupp. El diseño medía 13 metros de eslora y estaba propulsado por un motor eléctrico de 65 cv con revoluciones fijas, lo que hizo necesario la incorporación de una hélice de paso variable de manera que la velocidad del submarino pudiese ser regulada. Su desplazamiento rondaba las 15 toneladas. El 28 de julio de 1902 se le designó “Leucheboje” (boya-luminosa) y se puso la quilla el día 19 de febrero de 1903. Este pequeño submarino contaba con tanques de inmersión y equilibrado, además disponía de un periscopio Zeiss, lo que le convirtió en uno de los primeros submarinos en utilizarlo. Disponía de hidroplanos a proa mientras que en popa solo contaba con un plano estabilizador en el timón. En sus dos bandas se alojaban dos tubos lanzatorpedos de 45 cm cuyas puertas se accionaban eléctricamente. El lanzamiento se ejecutaba por medio de aire comprimido y una vez lanzado el tubo se cargaba de agua lo que le hacía escorar hasta unos 20º.
El Forelle. Fotografía:Submarines of the World David Miler. Orion Books.Era gobernado desde una plataforma bajo la escotilla en el centro de la embarcación. Como curiosidad, este submarino estaba diseñado para ser transportado por un barco que mediante una grúa lo arriaría y posteriormente lo recuperaría a modo de porta-submarinos. El 18 de junio de 1903 se completaron los trabajos y desde el 23 de ese mismo mes y hasta el 6 de diciembre se desarrollarían las intensas y exhaustivas pruebas a que fue sometido. Dirigidas conjuntamente por d’Equivilley y el Ingeniero Jefe de la Marina Kritzler. Superados los problemas iniciales con el timón, el submarino resultó un éxito, alcanzando una velocidad en inmersión de 5 nudos y medio y una autonomía de 25 millas a 4 nudos. Durante este periodo recibió su nombre definitivo, “Forelle” (Trucha), y sus evoluciones fueron seguidas por el mismo Kaiser Guillermo II. Igualmente destacable fue la participación del Principe Heinrich de Prusia en unas pruebas de inmersión y gobierno de la nave el día 23 de septiembre. Al tiempo, representantes de otras marinas presenciaron las exitosas pruebas, entre ellas, la holandesa, para cuya armada se elaboró un proyecto de un submarino de mayores dimensiones (200 toneladas), que finalmente no se construiría. Los que si verían la luz serían los proyectados a petición de la Marina Imperial Rusa. En 1904 Rusia enfrentada a Japón comenzó a comprar unidades para su armada. Entre estos submarinos destacan el “Fulton” adquirido a la compañía Electric Boat Co. y el “Protector” a la compañía Lake Submarine Co. Que recibieron los nombres “Son” y “Ossetr” respectivamente. La buena impresión que el “Forelle” causó a los rusos en marzo de 1904 en unas pruebas realizadas en Eckenförde en las que demostró sus capacidades en un mar con olas de hasta metro y medio de altura, no solo provocaron su adquisición sino que fue determinante para la ordenación de tres submarinos más. Estos nuevos diseños estarían propulsados por motores de 400 cv y propulsión dual con un desplazamiento de 205 toneladas. La que posteriormente sería conocida como la clase “Karp” constituida por los submarinos Karp, Karas y Kambalas con numerales 109,110 y 111 respectivamente, tenían un doble casco y su propulsión en superficie corría a cargo de un motor de keroseno marca Körting. D’Equivilley y su equipo reconocieron el talón de Aquiles de los diseños de Holland, sus motores de gasolina. Aunque los potentes Körting emitian densas columnas de humo blanco y su velocidad no podía ser regulada, tenían una ventaja sobre los peligrosos motores de gasolina utilizados por aquellos tiempos. Las emanaciones de gases volátiles en el interior de la nave costaron la vida a muchos submarinistas en diversas marinas.
Clase Karp. Fotografía:Submarines of the World David Miler. Orion Books.Poco después de la orden de construcción de la clase “Krap” el Ministerio Alemán de Marina se apresuró a ordenar un barco similar y el 4 de abril de 1904 se ordenó la construcción del U-1 apenas un mes después del inicio de las obras de construcción de las tres unidades rusas. El diseño corrió a cargo de d’Equivilley y fue construido por el ingeniero naval alemán Gustav Berlingen. El U-1 era casi idéntico a la clase Karp y durante su construcción los tres rusos y el alemán compartieron los astilleros Germaniawerft. Esta decisión provocó la posterior protesta de la Marina Rusa, pues consideraban que sus barcos sufrían retrasos debido a la prioridad que se daba al submarino alemán. En el U-1 se aplicó también el motor Körting y por tanto su hélice debía ser igualmente de paso variable. Incluso cuando el barco estaba inmóvil sus dos hélices continuaban girando. Esta actividad en Alemania motivó la cólera de los franceses que acusaban a Krupp y a d’Equivilley de haber robado los planos de submarinos franceses, aunque esto siempre fue negado en Alemania. El U-1 fue botado en 1906 y en septiembre comenzaron las pruebas que incluyeron una inmersión a 30 metros primero sin tripulación y luego con su dotación de 13 hombres.
DESPLAZAMIENTO: 238 tm superficie; 283 tm inmersión PRESTACIONES: 10.8 kt superficie 8.7 inmersión. 1500 mn/10 kt superficie; 50 mn/5 kt inmersión. PROFUNDIDAD MÁXIMA OPERATIVA: 30 m. DIMENSIONES: 42.3 m X 3.8 m X 3.2 m. MAQUINAS: 2 motores Körting 400 cv ; 2 motores eléctricos 400 cv. TRIPULACIÓN: 12 CONSTRUCCIÓN: Germaniawerft, Kiel. El 14 de diciembre fue dado de alta en la Armada Alemana con el nombre de Unterseeboot-1. Seis meses antes de su finalización el hasta entonces reticente Almirantazgo Alemán ya había ordenado su segundo submarino el U-2. Con unos astilleros entregados a la construcción de unidades para Alemania d’Equivilley fue apartado de su puesto por perjuicios derivados del hecho de tener un extranjero ocupando semejante posición en Alemania. En 1905 publicó el libro “Untersee-und Tauchboote” donde hacia un repaso al estado de desarrollo de estas nuevas armas, para tratar de convencer a sus posibles clientes de las ventajas de disponer de ellas. En él escribió su opinión: “estos revolucionarios artefactos convertirían a la flota de superficie en armas obsoletas” “quien sabe si la aparición de estos submarinos pudiera poner fin a las batallas navales” Se sabe también que hacia 1913 desarrollo el diseño de un prototipo con propulsión de vapor de sodio. Como hemos visto este español estuvo involucrado en los primeros diseños de submarinos de tres potencias navales como Francia, Alemania y Rusia. Su importancia en el desarrollo de esta nave queda de manifiesto en su carrera como ingeniero. Su Forelle jugó un papel crítico para los intentos del diseño submarino en Alemania y constituyó un paso adelante en los diseños europeos que llegarían en pocos años a superar los de Holland.
"Plano del motor de vapor de sodio. Fotografía:Submarines of the World David Miler. Orion Books. Ya no eran los años de los inventores, eran los años de los ingenieros y sus esfuerzos convertirían este nuevo artilugio en un arma eficaz para la nueva guerra. En la Primera Guerra Mundial los submarinos descendientes del U-1 demostraron su tremendo poder destructivo y Alemania a punto estuvo de conseguir la victoria con sus Unterseeboot.
COMMENTARIOS