Los norteamericanos emplearon submarinos en una mezcla de las manadas alemanas y ataques en solitario cuando se trataba de golpear la navegación mercante nipona.
"A los puestos de combate para un ataque en superficie. Avance dos tercios. Blanco ubicado. Distancia 900 metros. Inclinación 10° izquierda. Velocidad estimada, 8 nudos. Atención los tubos de proa...”
Con estas frases los comandantes
de submarinos se preparaban para hundir a sus presas durante la Segunda Guerra
Mundial (SGM). Los norteamericanos no fueron muy prolíficos en su construcción.
Sin embargo, una clase de estos buques no sólo pelearía en aquella contienda,
sino que extendieron su servicio hasta principios de la década de los años
ochenta, enarbolando los pabellones de distintas flotas iberoamericanas. Me
refiero a los submarinos de la Clase Balao. En el Museo Naval de Baltimore, en
la costa Este de los Estados Unidos, se puede contemplar uno de estos cazadores
de las profundidades, el USS Torsk (SS-423), de los que sólo se construyeron
120 unidades a lo largo de la guerra. Fue botado al mar el 6 de septiembre de
1944 siendo destinado al frente del Pacífico.
Las flotas submarinas de los
contendientes en la SGM (Segunda Guerra Mundial) emplearon diversas tácticas
para atacar sus objetivos: Los alemanes crearon las famosas manadas de lobos,
con las que trataron de estrangular las rutas marítimas del Reino Unido, es
decir que sus ataques se concentraban en los barcos mercantes que transportaban
valiosos suministros. Los japoneses, por otra parte, consideraban que sus
submarinos debían solamente atacar unidades de guerra, hasta el punto que a sus
comandantes se les inculcaba la idea de que atacar a un barco mercante era
hasta cierto punto un acto vergonzoso.
Pero el caso es que un submarino
de aquella época apenas podía desarrollar una velocidad de 18 a 21 nudos en superficie,
que se reducía a 8 a 12 sumergido, que es cuando atacaban, y puesto que la
mayoría de buques de guerra lograban una velocidad de 19 a 21, se comprenderá
la pobre actuación que tuvieron los japoneses.
Los norteamericanos emplearon una
mezcla de las manadas alemanas y ataques en solitario cuando se trataba de
golpear la navegación mercante nipona. Aunque los submarinos fueron utilizados
en masa y con gran eficacia en otros teatros de guerra, sólo demostraron ser un
factor decisivo en el Pacífico, hasta el punto de que, al concluir las
operaciones en ese océano en agosto de 1945, los estadounidenses habían hundido
el 63 por ciento de todo el tonelaje mercante japonés.
Así era un “Balao”
Pero volvamos al USS Torsk: Los
cuarto de torpedos disponen de diez tubos lanzadores, seis de ellos a proa y
cuatro a popa, destacando 24 armas de este tipo MK14 de 533 mm. La sala de
planes cuenta con una mesa central dotada de un mapamundi sobre el que se
trazaban las rutas; los cuartos de la tripulación presentan varias filas de
tres a cuatro literas, descansándose por turnos; el de motores se divide en una
sección de diesel (dos) y otra con cuatro de baterías, desarrollando el
conjunto una velocidad de 19 nudos en superficie y de 9 sumergido.
En su realización se cuidaron
especialmente las características de autonomía, habitabilidad, potente
armamento y velocidad. El casco, soldado, es doble en la parte central y simple
en los extremos. Está dividido en ocho cámaras estancas y los tanques de
combustible y los dobles fondos se hallan emplazados en la zona central, entre
los dos cascos. Sus mayores inconvenientes fueron las grandes dimensiones y la
mole de la superestructura, que requería tiempos excesivamente largos para las
inmersiones, proporcionando a la vez escasa maniobrabilidad. Pese a ello los
Balao constituyeron la columna vertebral de la flota submarina estadounidense
en el Pacífico.
El USS Torsk fue un ejemplo de la
eficacia, siendo uno de los diez construidos en las coordenadas de un programa
naval que incorporó mejores prestaciones y que fue aplicado a algunos de las
clases Gato y Balao. Además de a tres mercantes, logró hundir, el 14 de agosto
de 1945, a dos torpederos de la defensa costera japonesa, las patrulleras n° 13
y 47, en unas arriesgadas maniobras que supusieron la última misión de combate
de la US Navy en la SGM. Ya en la posguerra, recibió una citación presidencial
por su actuación en la crisis del Líbano de 1960 y dos años más tarde tomó
parte en el bloqueo naval a Cuba, siendo retirado del servicio activo en 1972.
Concluida la SGM, la mayoría de
flotas iberoamericanas ante la eficaz evidencia del arma submarina, decidieron
crearlas y otros modernizarlas, siendo el primer proveedor, como es sabido, los
Estados Unidos que, a través del programa MAP (Military Assistence Program),
cedió varios de la Clase Balao.
“Torsk” SS-423.Torpedos.
Argentina
A fines de la década de los
cincuenta, los submarinos argentinos habían llegado al final de su vida
operativa. Los Tarantinos, de origen italiano, dieron a la Armada de éste país
la posibilidad de adquirir experiencia en esta arma a través de un constante
entrenamiento y despliegues en alta mar. En 1960, obtuvo la transferencia de
dos sumergibles norteamericanos por vías del ya citado MAP. Ambos databan de
finales de la SGM y, después de participar en la misma, habían pasado a
situación de reserva.
Activadas y devueltas al servicio
activo, el 11 de agosto de 1960, en San Francisco Bay Naval Shipyard, fueron
transferidos en condiciones de préstamo y arriendo, tratándose de los ARA (1) Santa
Fe (S-11), ex-USS Macabi (SS-375); y ARA Santiago del Estero (S-12), ex-USS
Lamprey (SS-372), construidos en 1944 y 1945, respectivamente. Este último
participó, en junio de 1944, junto a otros dos submarinos, en la cacería de un
convoy japonés en los estrechos de Formosa, hundiendo a más de cinco mercantes
y petroleros.
El 23 de septiembre zarparon
desde San Francisco, vía el canal de Panamá, con destino a la Argentina,
arribando a Mar de Plata el 3 de noviembre, que en lo sucesivo sería su
apostadero.
Una vez incorporados a la Armada
Argentina fueron objeto de continuos despliegues con el resto de la flota para
familiarizar a las noveles tripulaciones. Habían sufrido algunas
modificaciones, como la eliminación del armamento antiaéreo, el cañón Bofors de
40 mm., el cañón principal de cubierta y se agregó un snorkel y el
reacondicionamiento de una nueva vela, convirtiéndolos al tipo Guppy.
En 1965, tras de cumplir una
serie de intensos despliegues y operaciones de entrenamiento, regresan a los
EEUU para sufrir una serie de reparaciones generales, que culminaron en junio
de 1966. En total, el S-11 efectuó 2.420 inmersiones y navegó 113.954 millas y
el S-12 hizo 2.382 inmersiones. En 1970, la Armada adquiere otros dos de la US Navy,
modernizados al tipo Guppy II, los cuales recibieron, como sus antecesores, los
nombres de ARA Santa Fe(S-21), ex USS Catfish (SS-339), y el ARA Santiago del
Estero(S-22), ex USS Chivo (SS-341). Prestaron importantes servicios hasta
1982, cuando fueron reemplazados.
(1) Armada de la República de
Argentina.
En Latinoamérica sólo un Balao
vería una acción de combate contra la poderosa y más moderna flota de combate
del Reino Unido. El 26 de marzo de 1982 el Santa Fe salió a alta mar
conduciendo un equipo de fuerzas especiales que desembarcarían en Puerto
Argentino el 2 de abril, durante la reconquista de las Islas Malvinas por parte
del Ejército argentino. En una segunda misión de transporte en las Islas Georgias,
el 17 de abril, llevando una carga de 23 torpedos, fue sorprendido por
helicópteros británicos Wessex y Sea Lynx, que disparando cargas de profundidad
y misiles AS-12 consiguieron el hundimiento del viejo Guppy II, que
honrosamente había dado batalla a una de las flotas mejor equipadas del mundo.
En cuanto al S-22, fue retirado del servicio en 1981.
Brasil
En 1958, Brasil fue el primer
país latinoamericano en beneficiarse del MAP y cinco años después la US Navy
envió el primer Balao, el USS Sand Lance(SS 381) a su Marina, tras su
reacondicionamiento en los astilleros de Pearl Harbor, en abril de 1963.
Llegaría a San Francisco el 1 de julio, en donde embarcaría oficiales y
personal de esta Armada, para entrenarlos en su operación y mantenimiento. El
entrenamiento se completó el 7 de septiembre de 1963, cuando iniciaría viaje a
su nuevo destino, siendo bautizado con el nombre de Rio Grande do Sul (S-11).
Desde ese momento, hasta el 1 de septiembre de 1972, el Gobierno sudamericano
pagaría en total 55.000 dólares por su arrendamiento, siendo devuelto en 1973.
El otro submarino de la clase Balao sería el USS Plaice(SS 390), que durante
sus patrullas en el Pacífico en la SGM hundiría unas 24.000 ton. de barcos
japoneses, siendo retirado del servicio y pasado a la reserva el 1 de noviembre
de 1947. En 1963, fue alquilado a la Marina brasileña para proporcionar
entrenamiento en la guerra submarina, siendo su nombre cambiado a Bahia . Tras
10 años a su servicio, fue retirado en 1973, momento en el que se vendió al
Museo de Historia Naval del Estado de Santos. Estas unidades llegaron bajo el
concepto de préstamo y fueron devueltas en 1973 y, a cambio, recibió cinco
unidades clase Corsair.
Chile
En los años cincuenta, la Armada
de Chile dio inicio a un programa de reemplazo de su flota submarina, compuesta
por sumergibles de la Clase Holland. En 1961, recibió de los Estados Unidos el
USS Springer(SS 414), nave que durante la SGM recibió varias estrellas de
combate por su magnífica actuación en el frente del Pacífico. Se encontraba en
Guam cuando las hostilidades con el Japón llegaron a su fin y alcanzaría la
isla Mare el 5 de septiembre de 1945. Tras un corto período pasa a la reserva
de la Flota del Pacífico. En abril de 1960 fue trasladado a los astilleros
navales de San Francisco para un programa de modernización, en preparación para
su transferencia a la República de Chile. Las reparaciones y el
acondicionamiento completo de la nave fueron finalizados el 15 de noviembre,
cuando personal de la Marina de Guerra andina embarcó para ser entrenados en el
manejo y operación durante dos meses. En el mismo año fue transferido,
recibiendo el nombre de Thomson. La compra de este submarino, no sin muchos problemas,
incluía los torpedos Mk14 y Mk27, de 533 mm.
Un año después, Chile incorporó
otro similar, el USS Spot (SS 413), el cual proporcionaría instrucción a las
diversas unidades de la flota, en ejercicios de guerra antisubmarina. En enero
de 1961, se traslada a la base naval de Pearl Harbor para trabajos de
remodelación y modernización, en preparación para su transferencia.
Tripulaciones chilenas trabajaron
a bordo durante un año para entrenamiento con la nave y, el 12 de enero de
1962, sería entregado como asistencia del Gobierno estadounidense bajo el
Military Assistance Loan Program. La Marina lo renombraría Simpson y serviría
con ella hasta diciembre de 1982. Durante casi 15 años estas dos unidades
constituyeron el núcleo de submarinos de la Armada, localizándose su principal
escuela en Viña del Mar. En 1976, por desperfectos y falta de material, el
Thomson fue retirado del servicio activo, utilizándose como fuente de repuestos
para el Simpson.
Perú
El Perú, aprobó la compra de dos
unidades de este tipo de armas en 1910, constituyendo así la primera Fuerza
Submarina en Latinoamérica. Entre éstas Armadas, la Marina de Guerra del Perú
está catalogada como una de las más eficientes y eficaces y su Fuerza de
Submarinos entre las primeras del mundo. Este reconocimiento se debe a una
larga tradición y al esmerado esfuerzo de sus hombres por mantener una
preparación operacional óptima. Recibió, en julio de 1974, dos unidades del
tipo Balao: El USS Sea Poacher (SS 406) y el USS Atule (SS 403), construidos en
1944, rebautizados S-49 La Pedrera y S-48 Pacocha. En la SGM, el Atule hundió
seis buques, incluyendo una fragata, un destructor, un barreminas y un
transporte japonés de 17.000 ton.
En 1951 fueron convertidos a
Guppy-1ª en los astilleros de Portsmouth y pasados a la reserva en 1968. El 1
de julio de 1974, a bordo del USS Everglades, buque insignia del Comandante de
la Flota de Reserva en Filadelfia, se llevó a cabo la ceremonia de entrega
formal de estas unidades a la Marina de Guerra del Perú y a continuación la
ceremonia de izado del pabellón a bordo del BAP(2) La Pedrera. La entrega del
segundo se realizó bajo similares circunstancias el 31 de ese mes de julio,
izándose la bandera en el BAP Pacocha el 1 de octubre. Dos años después se
recibió el USS Tench(SS 417), que fue utilizado como fuente de repuestos.
En 1994 todavía se alineaban dos
de estos submarinos en el orden de combate de esa Armada. El Pacocha sufriría
un percance cuando, la noche del 26 de agosto de 1988, un pesquero japonés, el
Hyowa Maru, que salía del puerto de El Callao, le tomó por una pequeña
embarcación, dada su silueta, y al gobernarlo no pudo evitarlo lo suficiente,
abordándolo a la altura de la cámara de maniobra y causándole una vía de agua
de 2,10 m. de largo por 10 cm. de ancho en el casco, hundiéndose en tan sólo 7
minutos. Posteriormente, la autoridad marítima encargada de la investigación de
siniestros determinó que el abordaje se produjo como consecuencia de grave
negligencia por parte del capitán del barco nipón, probándose que incumplió
siete reglas básicas del Reglamento Internacional para Prevenir Abordajes en la
Mar y que faltó a más de seis convenios de Actividades en la Mar. En total seis
hombres murieron, entre ellos el comandante, el capitán de corbeta Daniel
Nieves, en este desafortunado accidente que, además, supuso la pérdida temporal
del Pacocha.
Venezuela
El 4 de mayo de 1960, en la
estación naval de San Francisco (California), la Armada de Venezuela recibió el
ex USS Tilefish(SS-307), que rebautizó como Carite (S-11). La nave, luego de
completar su alistamiento y realizar las pruebas de rigor en los Estados
Unidos, llegó a aguas venezolanas el 23 de julio, al mando del capitán de
fragata Armando Pérez Leefmans. De esa forma, esta Marina de Guerra materializó
una vieja aspiración y se convirtió en la quinta de Iberoamérica en contar con
este tipo de buques. Es uno de los nueve submarinos Clase Balao que se
construyeron en el arsenal naval de Mare Island, en Vallejo (California). Fue
botado en octubre de 1943 y comisionado dos meses más tarde.
Asignado a la Flota del Pacífico,
en seis patrullas durante la SGM dio cuenta de varios buques mercantes y de
guerra enemigos, que sumaron 52.510 toneladas, pero también enfrentó el ataque
de barcos y aviones japoneses. Posteriormente vivió una acción en Corea que le
valió una Battle Star, que se sumó a otros reconocimientos recibidos durante la
SGM.
Para el Carite, su incorporación
a la Armada venezolana significó el inicio de una nueva e intensa vida.
Participó en decenas de ejercicios, muchos con marinas amigas. Realizó un total
de 7.287 inmersiones, visitó numerosos puertos extranjeros y, entre 1974 y
1975, realizó dos travesías a Las Palmas de Gran Canarias, en misión de apoyo
logístico a los nuevos patrulleros clase Constitución, en su periplo de Europa
a Venezuela. Pero no todo fueron juegos de guerra y patrullas rutinarias. En
octubre de 1962, durante la crisis de los mísiles soviéticos en Cuba integró,
junto a los destructores Nueva Esparta y Zulia, el Grupo de Tarea de la Armada
de Venezuela asignado a la Latin American-US Quarentine Task Force 137, que
participó en el bloqueo naval, y de la que también formaron parte los
destructores argentinos Espora y Rosales.
Años más tarde, en 1968, capturó
al remolcador de altura soviético Gromovoy, cuando navegaba en aguas
venezolanas, coincidiendo con la presencia de guerrilleros comunistas en las
cercanías de la costa. En julio de 1972 recibió el USS Cubera (SS 347), que fue
rebautizado como SS-21 Tiburón, un Balao/Guppy II. Con estos dos submarinos,
más uno de la Clase Tench se creó el 21 de septiembre de ese mismo año el
Escuadrón de Submarinos del Comando de la Escuadra. La primera de estas naves
prestó servicio hasta enero de 1977 y la segunda hasta 1979.
Sin duda, el Carite marcó un hito
en la historia naval de Venezuela. Jamás se descuidó su mantenimiento, por lo
que siempre mantuvo un alto apresto operacional. En 1966, durante su revisión
quinquenal, se le instaló un snorkel, lo que obligó a correr la vela, dándole
un aspecto mucho más moderno. Bajo bandera venezolana obtuvo siete Ede
eficiencia y tres condecoraciones. Dos de sus antiguos comandantes, con el
rango de vicealmirante, llegaron a ser los jefes la Armada, Armado Pérez
Leffmans (1972¬1974) y Jesús Bertorelli Moreno (1980-1983). Sirvió con honor a
dos marinas y su larga carrera naval finalizó el 28 de enero de 1977, al ser
arriado, por última vez, el pabellón nacional.
España
España, sin quedarse atrás,
también recibiría un submarino clase Balao, cuando en 1960 se abriera un nuevo
horizonte para la flotilla de submarinos, con la incorporación del USS Kraken
(SS 370), cuya principal diferencia con la clase Gato consistía en el
incremento del grosor del casco, permitiendo así un sustancial aumento en la
cota operativa de inmersión. El SS-370 había recibido una Battle Star por sus
cuatro patrullas de combate en el Pacífico durante la SGM. Sería trasladado a
la reserva el 4 de mayo de 1946, permaneciendo así hasta el 17 de septiembre de
1958, cuando fue asignado al Pearl Harbor Naval Shipyard para efectuar
reparaciones y ponerlo a punto en preparación para su transferencia al Gobierno
español.
En el astillero se procedió a un
amplio trabajo de reacondicionamiento y puesta a punto de todos sus equipos e
instalaciones, al tiempo que se le sometía a los trabajos de conversión con
Snorkel, consistentes en la instalación del mástil de inducción para la
alimentación del aire a los motores diesel, el Schnorkel de los alemanes, una
nueva vela de líneas hidrodinámicas, según el diseño elaborado por la Electric
Boat Company, así como una mejora de sus sistemas de detección, que obligó a
efectuar alguna redistribución interior, a fin de poder acomodar los nuevos
sonares y sus equipos electrónicos asociados. Al igual que en varios fleet
snorkel convertidos para la Marina norteamericana, se le eliminaron los
reductores de engranajes instalados de origen, quedando los motores eléctricos
principales acoplados directamente a los ejes propulsores, lo que iba a
redundar en una mayor discreción acústica de la planta.
Terminadas las obras, en 1959, el
Kraken fue puesto nuevamente en servicio en la Marina de los EEUU, aunque con
la única misión de adiestrar a la nueva dotación española, enviada ex profeso.
Por fin, tras varios meses de constantes y agotadoras prácticas y ejercicios,
llegó el tan deseado momento de izar con todos los honores en el casi flamante
Almirante García de los Reyes (S-31) la bandera española, emotivo acto que tuvo
lugar el 24 de octubre de 1959 en la Base Naval de Pearl Harbour. El Kraken se
cedía en régimen de préstamo por períodos renovables de cinco años, continuando
a efectos legales como propiedad estadounidense y, por tanto, seguía figurando
en las listas de buques de la US Navy. El alta en la Lista Oficial de Buques de
la Armada Española no se produjo sino al día siguiente, el 25 de octubre, según
la Orden Ministerial dictada al efecto.
Fue conocido cariñosa e
irónicamente como Treinta y... único. Sus dos motores diesel de 1.600 CV y los
dos eléctricos de 2.300 soportarían toda la actividad submarina de la flota y
permitió el inicio de una flotilla moderna de submarinos en España.
El 30 de diciembre de 1981
efectuó su última singladura, siguiendo la costumbre del Arma Submarina de
efectuar sin inmersión el recorrido final, llevando a bordo a sus antiguos
comandantes y la primera dotación, como último acto de homenaje de la Armada y
sus hombres al veterano buque. El 2 de enero siguiente comenzó su desarme,
dándose definitivamente de baja en la Lista Oficial de Buques el 1 de abril de
1982, fecha en la que cedió su nombre a la Escuela de Submarinos por O.M. N°
414/24/82 del 7 de enero. El Almirante García de los Reyes registró más de
2.000 días de navegación en el mar y un total de 132.252 millas y efectuó más
de mil inmersiones, con un tiempo total bajo las aguas de 10.257 horas.
La mayoría de estos submarinos
serían adquiridos con sus dotaciones originales de torpedos Mark-14/27. Estas
magníficas unidades recorrieron los diversos océanos en busca de sus presas y
al final jugaron un importante papel en el desarrollo de la Fuerza submarina en
las diferentes flotas en Iberoamérica. Contribuyó a esto su recia estructura y
las prestaciones tácticas de su diseño. Casi todas las unidades de este tipo
serían modernizadas según el programa Guppy(3). Las modificaciones
comprendieron la reconstrucción de la vela y la parte de proa del casco con
mejores formas hidrodinámicas, la total eliminación del armamento de superficie
y la instalación de baterías más potentes para la rápida navegación submarina.
También se realizaron otros programas de modernización de menor alcance como el
“Fleet Snorkel”. ■
(3) Greater Underwater Propulsive
Power: mayor potencia propulsora en inmersión.
Características de los submarinos
“Balao”
Desplazamiento:
1.526 ton.
Dimensiones:
95 m. de eslora.
8,3 m. de manga.
4 m. de puntal.
Armamento:
1 cañón de 127 mm. en cubierta.
2 cañones antiaéreos de 40 mm. de Bofors.
10 tubos lanzatorpedos de 533 mm. y 24 torpedos.
Tripulación: 80 hombres.
Velocidad:
18 nudos en superficie.
9 nudos sumergido.
Características de los torpedos "Mark 14/27"
Torpedo Mark 14 Mod. 3A
construidos en 1938, de calibre 533 mm., poseía una longitud de 6,2 m. y un
peso de 1.481 kg. La cabeza explosiva era una HBX de 292 kg., con una espoleta
de contacto y pro-pulsada por aire. Era capaz de desarrollar una velocidad de
46 nudos y una carrera de 4.113-8.227 m.
Torpedo Mark-27 Mod. 4,
construido en 1942, de calibre 533 mm., con una longitud de 3,2 m. y un peso de
534 kg. La cabeza explosiva era una HBX de 58 kg., con una espoleta de contacto
y propulsión eléctrica, siendo capaz de desarrollar una velocidad de 16 nudos y
una carrera de 5.484 m.
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- Fuente:
- Por Herard Von SANTOS, Miembro fundador del Círculo de Escritores Militares (CEM) Articulo Publicado: Sección Ayer noticia, Hoy historia, revista Defensa N°338, junio de 2006
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