El mar de Barents ha vuelto a ser escenario de una tragedia para la flota del ejército ruso. Otro submarino nuclear, como ya ocurriera con...
El mar de Barents ha vuelto a ser escenario de una tragedia para la flota del ejército ruso. Otro submarino nuclear, como ya ocurriera con el Kursk, se ha hundido en sus aguas. El navío estaba siendo remolcado hacia una factoría para su desmantelamiento. Al parecer una tormenta fue el origen del accidente. De sus 10 tripulantes, sólo uno ha sido localizado con vida.
El hundimiento de un submarino nuclear en el mar de Barents con diez
tripulantes recordó hoy la tragedia sufrida en esas mismas aguas por el
naufragio del "Kursk" hace tres años y puso de nuevo en cuestión la
inseguridad marítima
El "K-159" se hundió esta madrugada a una profundidad de 170 metros cuando
se encontraba a tres millas náuticas al noroeste de la isla de Kildin, al
parecer por los efectos de una fuerte tormenta que azotó anoche esas aguas
árticas.
A bordo de este submarino de 109,7 metros de longitud había una decena de
personas; al menos una de ellas fue rescatada con vida, mientras eran
recuperados también los cuerpos de otros dos marinos, indicó el Ministerio
de Defensa ruso.
Según informó la Flota del Norte, el hundimiento se produjo cuando el
"K-159" era remolcado para su desguace en los astilleros SRZ-10 del puerto
de Poliarni, cerca de Murmansk, principal ciudad del Artico ruso.
La tormenta que azotó la zona pudo dañar los pontones a los que estaba
sujeto el submarino, que perdió su estabilidad y el agua entró en sus
paneles estancos.
El jefe del Estado Mayor de la Armada rusa, Víctor Kravchenko, informó al
ministro de Defensa, Serguéi Ivanov, de que no hay peligro de contaminación
radiactiva en el lugar del naufragio y aseguró que el sumergible será
recuperado.
Perteneciente a la clase "Kit" (ballena, en ruso), según la denominación
soviética, o "November" en la clasificación de la OTAN, el "K-159" tenía una
capacidad de desplazamiento de 4.750 toneladas y entró en servicio el 4 de
noviembre de 1963.
El "K-159" (uno de los catorce "Kit" fletados por la URSS) podía transportar
hasta 110 tripulantes, pero se encontraba fuera de servicio desde el 16 de
julio de 1989 y no navegaba por aguas abiertas desde seis años antes.
Según señaló el jefe de prensa del ministerio de Defensa ruso, coronel
Nikolai Deriabin, "los dos reactores nucleares del submarino habían sido
desconectados y su armamento desmontado".
Eduard Baltin, ex comandante de la Flota del Norte que hace décadas estuvo
al mando del "K-159", explicó a la cadena de radio Eco de Moscú que el
naufragio del submarino se debió, seguramente, a la infracción de las
mínimas normas de remolque.
"El K-159 no navegaba desde 1983. Yo fui el último que zarpé con él en
misión de reconocimiento, en condiciones extremas. Ya entonces se hundía.
Cuando estábamos bajo el agua nos manteníamos a duras penas, pero cuando
salíamos a la superficie, el navío perdía su navegabilidad", dijo Baltin.
Según el marino, hubiera sido necesario -antes de remolcar el submarino-
"sellar todas sus grietas", cerrar sus escotillas superiores, soldarlas y,
sobre todo, "impedir que hubiera gente en su interior".
Si, en contra de todas las precauciones, se decidió el remolque del
submarino con gente dentro, "se deberían haber adoptado las medidas precisas
para un eventual salvamento".
Sin embargo, añadió, "a bordo no funcionaba nada, no había fuentes de
energía eléctrica" y ni siquiera existían medios para achicar agua y
mantener el buque estanco.
Este accidente y el misterio que envuelve sus detalles recordó el drama del
naufragio del submarino nuclear "Kursk", hundido el 12 de agosto de 2000,
también en el mar de Barents.
El "Kursk" fue destruido por una explosión a bordo, según las últimas
investigaciones, que provocó el hundimiento del navío a 107 metros de
profundidad y la muerte de sus 118 tripulantes.
Entonces la Armada rusa recibió muy duras críticas por el secretismo con el
que rodeó esta tragedia y la investigación de las causas del naufragio
reveló numerosas violaciones de las mínimas normas de seguridad.
El hundimiento del "K-159" trajo además a colación la penosa situación de
los submarinos nucleares fuera de servicio y destinados a su
desmantelamiento, que ahora permanecen varados en el noroeste y extremo
oriente de Rusia.
La Armada rusa tiene en el Artico y en el Pacífico 180 de estos submarinos,
de los cuáles casi cien conservan su combustible nuclear.
Esos sumergibles cuentan con tripulaciones especiales encargadas de prevenir
accidentes, aunque su labor ha sido puesta muchas veces en cuestión, como en
esta ocasión.
La organización ecologista noruega Bellona señaló su preocupación por la
posibilidad de que se produzca contaminación radiactiva en la zona del
hundimiento del "K-159" a pesar de las palabras de tranquilidad de la Armada
rusa.
"Pese a que los dos reactores fueron desconectados en 1989, su hermeticidad
es dudosa si se tiene en cuanta los cuarenta años del submarino y de los
propios reactores", dijo Alexandr Nikitin, delegado de Bellona en San
Petersburgo y ex oficial de la Armada rusa
Clase November

Agradecemos a Santiago L. Aversa
Fuente INFOBAE
tripulantes recordó hoy la tragedia sufrida en esas mismas aguas por el
naufragio del "Kursk" hace tres años y puso de nuevo en cuestión la
inseguridad marítima
El "K-159" se hundió esta madrugada a una profundidad de 170 metros cuando
se encontraba a tres millas náuticas al noroeste de la isla de Kildin, al
parecer por los efectos de una fuerte tormenta que azotó anoche esas aguas
árticas.
A bordo de este submarino de 109,7 metros de longitud había una decena de
personas; al menos una de ellas fue rescatada con vida, mientras eran
recuperados también los cuerpos de otros dos marinos, indicó el Ministerio
de Defensa ruso.
Según informó la Flota del Norte, el hundimiento se produjo cuando el
"K-159" era remolcado para su desguace en los astilleros SRZ-10 del puerto
de Poliarni, cerca de Murmansk, principal ciudad del Artico ruso.
La tormenta que azotó la zona pudo dañar los pontones a los que estaba
sujeto el submarino, que perdió su estabilidad y el agua entró en sus
paneles estancos.
El jefe del Estado Mayor de la Armada rusa, Víctor Kravchenko, informó al
ministro de Defensa, Serguéi Ivanov, de que no hay peligro de contaminación
radiactiva en el lugar del naufragio y aseguró que el sumergible será
recuperado.
Perteneciente a la clase "Kit" (ballena, en ruso), según la denominación
soviética, o "November" en la clasificación de la OTAN, el "K-159" tenía una
capacidad de desplazamiento de 4.750 toneladas y entró en servicio el 4 de
noviembre de 1963.
El "K-159" (uno de los catorce "Kit" fletados por la URSS) podía transportar
hasta 110 tripulantes, pero se encontraba fuera de servicio desde el 16 de
julio de 1989 y no navegaba por aguas abiertas desde seis años antes.
Según señaló el jefe de prensa del ministerio de Defensa ruso, coronel
Nikolai Deriabin, "los dos reactores nucleares del submarino habían sido
desconectados y su armamento desmontado".
Eduard Baltin, ex comandante de la Flota del Norte que hace décadas estuvo
al mando del "K-159", explicó a la cadena de radio Eco de Moscú que el
naufragio del submarino se debió, seguramente, a la infracción de las
mínimas normas de remolque.
"El K-159 no navegaba desde 1983. Yo fui el último que zarpé con él en
misión de reconocimiento, en condiciones extremas. Ya entonces se hundía.
Cuando estábamos bajo el agua nos manteníamos a duras penas, pero cuando
salíamos a la superficie, el navío perdía su navegabilidad", dijo Baltin.
Según el marino, hubiera sido necesario -antes de remolcar el submarino-
"sellar todas sus grietas", cerrar sus escotillas superiores, soldarlas y,
sobre todo, "impedir que hubiera gente en su interior".
Si, en contra de todas las precauciones, se decidió el remolque del
submarino con gente dentro, "se deberían haber adoptado las medidas precisas
para un eventual salvamento".
Sin embargo, añadió, "a bordo no funcionaba nada, no había fuentes de
energía eléctrica" y ni siquiera existían medios para achicar agua y
mantener el buque estanco.
Este accidente y el misterio que envuelve sus detalles recordó el drama del
naufragio del submarino nuclear "Kursk", hundido el 12 de agosto de 2000,
también en el mar de Barents.
El "Kursk" fue destruido por una explosión a bordo, según las últimas
investigaciones, que provocó el hundimiento del navío a 107 metros de
profundidad y la muerte de sus 118 tripulantes.
Entonces la Armada rusa recibió muy duras críticas por el secretismo con el
que rodeó esta tragedia y la investigación de las causas del naufragio
reveló numerosas violaciones de las mínimas normas de seguridad.
El hundimiento del "K-159" trajo además a colación la penosa situación de
los submarinos nucleares fuera de servicio y destinados a su
desmantelamiento, que ahora permanecen varados en el noroeste y extremo
oriente de Rusia.
La Armada rusa tiene en el Artico y en el Pacífico 180 de estos submarinos,
de los cuáles casi cien conservan su combustible nuclear.
Esos sumergibles cuentan con tripulaciones especiales encargadas de prevenir
accidentes, aunque su labor ha sido puesta muchas veces en cuestión, como en
esta ocasión.
La organización ecologista noruega Bellona señaló su preocupación por la
posibilidad de que se produzca contaminación radiactiva en la zona del
hundimiento del "K-159" a pesar de las palabras de tranquilidad de la Armada
rusa.
"Pese a que los dos reactores fueron desconectados en 1989, su hermeticidad
es dudosa si se tiene en cuanta los cuarenta años del submarino y de los
propios reactores", dijo Alexandr Nikitin, delegado de Bellona en San
Petersburgo y ex oficial de la Armada rusa
Agradecemos a Santiago L. Aversa
Fuente INFOBAE
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