La historia del submarino C-4. UN TRÁGICO ACCIDENTE
El submarino C-4 es el único de los españoles que figuran en esta web que no fue baja de guerra, de hecho, fue el único de su serie que junto a su gemelo C-2 sobrevivió a la contienda. Sin embargo, su final, es quizá más trágico si cabe.
Pero empecemos por el principio. Como todos los de su serie, este submarino fue construido por la Sociedad Española de Construcciones Navales de Cartagena. Las fechas son las siguientes: Puesta de quilla el día 5 de mayo de 1924, botadura el 6 de julio de 1929 y entrega a la Armada el día 21 de septiembre de 1929.
Desde su entrega participó activamente en cuantos acontecimientos importantes tuvieron lugar, a saber; maniobras, viajes a puertos extranjeros, etc. GUERRA CIVIL El estallido del conflicto sorprendió al C-4 en su base de Cartagena y de allí partió, con la ya conocida flotilla, para realizar el bloqueo del Estrecho.
Cada submarino se dirigió a su zona asignada y así lo haría también nuestro protagonista. Permaneció en su puesto sin tener contacto alguno hasta el día 20, cuando nuevas ordenes se reciben a bordo. El submarino debe dirigirse a Málaga para reabastecerse. La incierta situación que se vive en estos momentos iniciales, lleva a parte de la dotación a amotinarse contra sus oficiales. El comandante C.C. Ramón Aubaredas Leal y su segundo el T.N. Roberto Bahamonde Guitián (fusilado dos meses después) son detenidos y relevados de su cargo.
Pero empecemos por el principio. Como todos los de su serie, este submarino fue construido por la Sociedad Española de Construcciones Navales de Cartagena. Las fechas son las siguientes: Puesta de quilla el día 5 de mayo de 1924, botadura el 6 de julio de 1929 y entrega a la Armada el día 21 de septiembre de 1929.
Desde su entrega participó activamente en cuantos acontecimientos importantes tuvieron lugar, a saber; maniobras, viajes a puertos extranjeros, etc. GUERRA CIVIL El estallido del conflicto sorprendió al C-4 en su base de Cartagena y de allí partió, con la ya conocida flotilla, para realizar el bloqueo del Estrecho.
Cada submarino se dirigió a su zona asignada y así lo haría también nuestro protagonista. Permaneció en su puesto sin tener contacto alguno hasta el día 20, cuando nuevas ordenes se reciben a bordo. El submarino debe dirigirse a Málaga para reabastecerse. La incierta situación que se vive en estos momentos iniciales, lleva a parte de la dotación a amotinarse contra sus oficiales. El comandante C.C. Ramón Aubaredas Leal y su segundo el T.N. Roberto Bahamonde Guitián (fusilado dos meses después) son detenidos y relevados de su cargo.
Para poner remedio a esta situación, esa misma noche y en el mar, embarca en la nave el T.N. Jesús Lasheras para hacerse cargo del mando. El submarino pone proa hacia Málaga donde los detenidos pasan al buque prisión “Monte Toro” por considerárseles afectos al alzamiento. Cinco días después, el C-4 recibiría su bautismo de fuego. La noche del 26 al 27 la dotación se empleó a fondo disparando 37 cañonazos y lanzando un torpedo contra buques sin identificar en el Estrecho, no logrando ningún resultado. El submarino recibe nuevas ordenes. El Cantábrico les espera, pero a la altura de Huelva son alcanzados por una batería de costa que le ocasiona suficientes daños como para que su tripulación se vea obligada a buscar refugio.
El puerto de Tánger servirá para este propósito. Una vez controlada la situación recalan brevemente en Málaga para entregar sus torpedos y municiones al C-3, puesto que su destino es Cartagena, donde los daños puedan ser reparados.
En Cartagena permanecería unos veinte días, tras los cuales, de nuevo se hace a la mar en compañía del C-5 rumbo a Málaga. Una vez allí, se efectúan los preparativos para dirigirse al norte y el día 25 de agosto sale una flotilla compuesta por nuestro protagonista en compañía de los C-3 y C-5. Su llegada al puerto de Bilbao tuvo lugar el día 29. Desde esta nueva base realizó sus salidas de combate, sin anotarse, como es sabido, ningún éxito.
En el frente norte permanecería hasta el día 2 de octubre en que se recibe la orden de regresar al Estrecho, orden que afectaba a tres de los cuatro submarinos allí destacados, quedando solamente el C-5. El día 8 de noviembre entraba en Málaga junto con el C-3, y desde este puerto operará en el mar de Alborán hasta final de año. Terminado el primer año de la contienda el Arma Submarina ya lamentaba la pérdida del B-5, B-6, C-3 y C-5 lo que constituía la mitad de sus efectivos reales, puesto que los cuatro restantes de la serie B apenas participaron en la contienda.
El puerto de Tánger servirá para este propósito. Una vez controlada la situación recalan brevemente en Málaga para entregar sus torpedos y municiones al C-3, puesto que su destino es Cartagena, donde los daños puedan ser reparados.
En Cartagena permanecería unos veinte días, tras los cuales, de nuevo se hace a la mar en compañía del C-5 rumbo a Málaga. Una vez allí, se efectúan los preparativos para dirigirse al norte y el día 25 de agosto sale una flotilla compuesta por nuestro protagonista en compañía de los C-3 y C-5. Su llegada al puerto de Bilbao tuvo lugar el día 29. Desde esta nueva base realizó sus salidas de combate, sin anotarse, como es sabido, ningún éxito.
En el frente norte permanecería hasta el día 2 de octubre en que se recibe la orden de regresar al Estrecho, orden que afectaba a tres de los cuatro submarinos allí destacados, quedando solamente el C-5. El día 8 de noviembre entraba en Málaga junto con el C-3, y desde este puerto operará en el mar de Alborán hasta final de año. Terminado el primer año de la contienda el Arma Submarina ya lamentaba la pérdida del B-5, B-6, C-3 y C-5 lo que constituía la mitad de sus efectivos reales, puesto que los cuatro restantes de la serie B apenas participaron en la contienda.
Foto:Archivo de la Guerra Civil - C4 saliendo a superficie
El año 1937 trae al C-4 un nuevo destino, el puerto de Valencia será su base en lo sucesivo y desde allí patrullará en su nueva zona, el Levante. Sus patrullas en esta zona no reportan nada digno de reseña. En marzo recala en Cartagena para efectuar mantenimiento y desde allí parte en compañía del C-1 el día 30 con la misión de interceptar los barcos que traen a la península a las tropas italianas. Ambos submarinos fracasarían una vez más en su misión. El 7 de abril se recibe, de nuevo, la orden de dirigirse al norte donde la situación es ya desesperada. Partirían el día 13 junto al C-1, pero nunca cumplirían las ordenes pues antes de cruzar el Estrecho el C-1 sufre una avería que le obliga a regresar y el C-4 decide escoltar a su compañero de viaje. El C-4 es enviado de nuevo al norte en abril, llegando a Bilbao el día 9 de mayo donde se reúne con el C-2 y C-6. En poco tiempo deberían abandonar la ciudad puesto que caería en manos enemigas.
Cambiaran entonces su base a Santander, posteriormente, cuando esta también cedió, se dirigieron a Gijón. Poco antes de la caída de Santander tiene lugar el encuentro del C-4 con el objetivo número uno de la flota republicana, el crucero nacional “Almirante Cervera”, el cual avista a su vez al submarino sobre el que se lanza al ataque. El submarino debe huir para salvarse. Perdida ya toda esperanza el submarino abandona Santander rumbo a Gijón el día 25 de agosto, a bordo viajan el General republicano Gamir, los vocales de la Junta de Santander, parte del Estado Mayor y algunos políticos .
Ese mismo día se reúne en el puerto del Musel con sus camaradas C-6 y C-2. Tres días después la ciudad de Gijón recibiría la visita de la aviación alemana, que descargaría un terrorífico ataque sobre el puerto del Musel donde se encontraban los restos de la maltrecha flota republicana destinada al norte. Este ataque permanece aún muy grabado en las mentes de los gijoneses que vivieron aquellos años, por la tremenda contundencia con que se llevó a cabo. El C-4 recibe numerosos impactos de metralla y tras unas rápidas reparaciones pone rumbo a las costas francesas en busca de refugio. Sin permiso de las autoridades republicanas entra en el puerto francés de Le Verdon.
En Francia permanecería hasta abril del año siguiente. Durante este periodo se realizaron reparaciones que se prolongaron más de lo deseable. El comandante Lasheras se pasa al bando nacional y participa en el fallido intento de apoderarse del C-2 que también permanecía en Francia. Por fín el 14 de abril y bajo mando del soviético Kuzmín alias Víctor Nicolás, el submarino abandona el país vecino para volver a su base en Cartagena. Tras nueve días de navegación de nuevo el C-4 hace su entrada en la base murciana. Tras varios meses de preparación y pruebas el submarino está listo para el combate el 19 de junio.
Se le asigna una nueva base hacia la que pone rumbo ese mismo día. Desde Barcelona realiza su primera patrulla después del largo periodo de inactividad. Los encuentros con buques nacionales, una vez más, no le reportarían ningún resultado. En agosto, el C-4 pasaría a la historia por ser el primero en realizar labores de correo submarino entre los puertos de Barcelona y Mahón. La pequeña isla balear se encontraba ya aislada de la republica y al igual que sucedería en la 2ªGM con Malta, los submarinos conseguían romper el bloqueo con relativa facilidad, aunque en este caso no sirvió de mucho. Terminado su segundo y último viaje como correo, regresa a Cartagena el día 20. En compañía del C-2 patrullan la zona de Palos hasta el mes de septiembre.
El día 12 entra en dique seco donde permanecerá hasta final de año.
Una vez reparado y dedicado a labores de puesta a punto se producen una serie de hechos que desencadenan la destitución del comandante soviético. Le sucederá de forma provisional el A.N. Sebastián Gallo al que sucedería ya de manera permanente el T. N. Eugenio Calderón. Por estas fechas ya todo estaba decidido en la contienda y la actividad del C-4 se reduce al mínimo, apenas unas cuantas salidas de pocas horas de duración. El 5 de marzo Cartagena queda bajo el control de los Nacionales y los restos de la flota republicana parten en busca del exilio. El día 7 la flota, incluido el C-4, arriban al puerto tunecino de Bizerta donde quedan internados. La guerra había terminado para la escuadra republicana. El día 2 de abril las unidades estacionadas en Túnez ponen rumbo a Cádiz manejadas por nuevo personal.
Tras el final de la lucha el C-4 es considerado apto para servir en la Armada y por tanto se le pasa a tercera situación el 12 de mayo. Los años de posguerra los pasaría la mayor parte del tiempo amarrado a puerto, pues además de la penuria económica nacional, la situación mundial inmersa en la guerra, hacía difícil y peligroso el hacerse a la mar. El fin de la Segunda Guerra Mundial posibilitó la reanudación de las habituales maniobras. El fin del C-4 estaba muy cerca... En el mes de junio de 1946 se planteó un simulacro en el cual tres submarinos debían interceptar a un grupo de tres destructores. Por parte de los submarinos participaron además del C-4, el C-2 y el General Sanjurjo. Por parte de los destructores tomaron parte en el ejercicio los Churruca, Alcalá Galiano y Lepanto. El primer submarino en tomar contacto fue el C-2 que tras comunicar a los demás la posición del “enemigo” hizo inmersión y realizó su simulacro de ataque. Posteriormente y como parte del ejercicio, subió a la superficie y se dirigió al puerto mallorquín de Soller. Así también debería haberlo hecho el C-4, pero por causas que se desconocen, este submarino salió a la superficie justo delante del destructor Lepanto que nada pudo hacer para evitar la fatal colisión. El submarino desapareció de la superficie en pocos segundos, pues el impacto que recibió fue suficiente para partirlo en dos, llevándose consigo a toda la tripulación. Deseando que jamás el Arma Submarina Española y ninguna otra deba lamentar un incidente semejante, desde aquí, un recuerdo para los 44 que siguen de “patrulla eterna”
Su recuerdo aún permanece vivo en las instalaciones de la Base de Submarinos, figurando el nombre de todos los desaparecidos en una placa de broncesita en la escalera principal.
C.C. Francisco Reina Carvajal.
T.N. Horacio del Barrio Delgado.
T.N. José Rivero Tapiador (alumno curso submarinos).
Capitán de Maquinas. José Cifuentes González.
A.N. Antonio Bosqué Blanch (alumno curso submarinos).
A.N. Francisco Martínez García (alumno curso de submarinos).
Mecánico Mayor Germán Ocampo Martínez.
Mecánico 1º David Laencina Vázquez.
Mecánico 1º Pedro Vázquez Sánchez.
Contramaestre Mayor Alejo Aldegunde Dorrego.
Electricista 1º Ginés Garrido Caparrós.
Electricista 2º Víctor Fernández Piñón.
Torpedista 2º Lucas Marchante Morales.
Mecanico 2º Raimundo Paredes Ramos.
Obrero 1º Barbero Sebastián Alonso Molina.
Cº1º Maniobra José Seoane Varela.
Cº1º Artillero Francisco Pérez Bayona.
Cº1º Electricista Jerónimo García Salmerón.
Cº1º Torpedista Pablo Martínez Martínez.
Cº1º Radiotelegrafista Manuel Cervantes Calderón.
Cº1º Radiotelegrafista José Fariñas Ollero.
Cº2º Electricista Norberto Pardo Albaladejo.
Cº2º Fogonero Diego Várela Madrid.
Especialista Artillero Luis Santos Sanz.
Especialista Mecánico Antonio Martínez Pardo.
Especialista Electricista Diego Vilar Martínez.
Marinero Preferente Fogonero Eugenio Medina Heras.
Marinero de Oficio Ramón Cemeli Masvibdal.
Marinero de Oficio Antonio Berenguer Llorent.
Marinero de Oficio Benito Insúa Soto.
Marinero de Oficio Francisco Salvador Martínez.
Marinero de Oficio Benigno Gallego Díaz.
Marinero de Oficio Eduardo Gutiérrez Cerezo.
Marinero de 2ª José Pérez Martínez.
Marinero Distinguido Casimiro San Emeterio Tapia.
Marinero de 2ª Serafín Pérez Tudela.
Marinero de 2ª Juan Montes Romero.
Marinero Cocinero Elisardo Miniño Casemanes.
Marinero de 2ª Francisco Martínez Collado.
Marinero de 2ª Rafael García García.
Marinero de 2ª Vicente Fontán Fernández.
Marinero de 2ª José Charneco Olivera.
Marinero de 2ª Ramón Urtiaga Plazas.
DESCANSEN EN PAZ........
Autor: Diego Quevedo Carmona
Submarinista Español. / Historiador
Se le asigna una nueva base hacia la que pone rumbo ese mismo día. Desde Barcelona realiza su primera patrulla después del largo periodo de inactividad. Los encuentros con buques nacionales, una vez más, no le reportarían ningún resultado. En agosto, el C-4 pasaría a la historia por ser el primero en realizar labores de correo submarino entre los puertos de Barcelona y Mahón. La pequeña isla balear se encontraba ya aislada de la republica y al igual que sucedería en la 2ªGM con Malta, los submarinos conseguían romper el bloqueo con relativa facilidad, aunque en este caso no sirvió de mucho. Terminado su segundo y último viaje como correo, regresa a Cartagena el día 20. En compañía del C-2 patrullan la zona de Palos hasta el mes de septiembre.
El día 12 entra en dique seco donde permanecerá hasta final de año.
Una vez reparado y dedicado a labores de puesta a punto se producen una serie de hechos que desencadenan la destitución del comandante soviético. Le sucederá de forma provisional el A.N. Sebastián Gallo al que sucedería ya de manera permanente el T. N. Eugenio Calderón. Por estas fechas ya todo estaba decidido en la contienda y la actividad del C-4 se reduce al mínimo, apenas unas cuantas salidas de pocas horas de duración. El 5 de marzo Cartagena queda bajo el control de los Nacionales y los restos de la flota republicana parten en busca del exilio. El día 7 la flota, incluido el C-4, arriban al puerto tunecino de Bizerta donde quedan internados. La guerra había terminado para la escuadra republicana. El día 2 de abril las unidades estacionadas en Túnez ponen rumbo a Cádiz manejadas por nuevo personal.
El fatal accidente
Tras el final de la lucha el C-4 es considerado apto para servir en la Armada y por tanto se le pasa a tercera situación el 12 de mayo. Los años de posguerra los pasaría la mayor parte del tiempo amarrado a puerto, pues además de la penuria económica nacional, la situación mundial inmersa en la guerra, hacía difícil y peligroso el hacerse a la mar. El fin de la Segunda Guerra Mundial posibilitó la reanudación de las habituales maniobras. El fin del C-4 estaba muy cerca... En el mes de junio de 1946 se planteó un simulacro en el cual tres submarinos debían interceptar a un grupo de tres destructores. Por parte de los submarinos participaron además del C-4, el C-2 y el General Sanjurjo. Por parte de los destructores tomaron parte en el ejercicio los Churruca, Alcalá Galiano y Lepanto. El primer submarino en tomar contacto fue el C-2 que tras comunicar a los demás la posición del “enemigo” hizo inmersión y realizó su simulacro de ataque. Posteriormente y como parte del ejercicio, subió a la superficie y se dirigió al puerto mallorquín de Soller. Así también debería haberlo hecho el C-4, pero por causas que se desconocen, este submarino salió a la superficie justo delante del destructor Lepanto que nada pudo hacer para evitar la fatal colisión. El submarino desapareció de la superficie en pocos segundos, pues el impacto que recibió fue suficiente para partirlo en dos, llevándose consigo a toda la tripulación. Deseando que jamás el Arma Submarina Española y ninguna otra deba lamentar un incidente semejante, desde aquí, un recuerdo para los 44 que siguen de “patrulla eterna”
Su recuerdo aún permanece vivo en las instalaciones de la Base de Submarinos, figurando el nombre de todos los desaparecidos en una placa de broncesita en la escalera principal.
C.C. Francisco Reina Carvajal.
T.N. Horacio del Barrio Delgado.
T.N. José Rivero Tapiador (alumno curso submarinos).
Capitán de Maquinas. José Cifuentes González.
A.N. Antonio Bosqué Blanch (alumno curso submarinos).
A.N. Francisco Martínez García (alumno curso de submarinos).
Mecánico Mayor Germán Ocampo Martínez.
Mecánico 1º David Laencina Vázquez.
Mecánico 1º Pedro Vázquez Sánchez.
Contramaestre Mayor Alejo Aldegunde Dorrego.
Electricista 1º Ginés Garrido Caparrós.
Electricista 2º Víctor Fernández Piñón.
Torpedista 2º Lucas Marchante Morales.
Mecanico 2º Raimundo Paredes Ramos.
Obrero 1º Barbero Sebastián Alonso Molina.
Cº1º Maniobra José Seoane Varela.
Cº1º Artillero Francisco Pérez Bayona.
Cº1º Electricista Jerónimo García Salmerón.
Cº1º Torpedista Pablo Martínez Martínez.
Cº1º Radiotelegrafista Manuel Cervantes Calderón.
Cº1º Radiotelegrafista José Fariñas Ollero.
Cº2º Electricista Norberto Pardo Albaladejo.
Cº2º Fogonero Diego Várela Madrid.
Especialista Artillero Luis Santos Sanz.
Especialista Mecánico Antonio Martínez Pardo.
Especialista Electricista Diego Vilar Martínez.
Marinero Preferente Fogonero Eugenio Medina Heras.
Marinero de Oficio Ramón Cemeli Masvibdal.
Marinero de Oficio Antonio Berenguer Llorent.
Marinero de Oficio Benito Insúa Soto.
Marinero de Oficio Francisco Salvador Martínez.
Marinero de Oficio Benigno Gallego Díaz.
Marinero de Oficio Eduardo Gutiérrez Cerezo.
Marinero de 2ª José Pérez Martínez.
Marinero Distinguido Casimiro San Emeterio Tapia.
Marinero de 2ª Serafín Pérez Tudela.
Marinero de 2ª Juan Montes Romero.
Marinero Cocinero Elisardo Miniño Casemanes.
Marinero de 2ª Francisco Martínez Collado.
Marinero de 2ª Rafael García García.
Marinero de 2ª Vicente Fontán Fernández.
Marinero de 2ª José Charneco Olivera.
Marinero de 2ª Ramón Urtiaga Plazas.
DESCANSEN EN PAZ........
Autor: Diego Quevedo Carmona
Submarinista Español. / Historiador
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