Narciso Monturiol Estarriol, nacido en Figueres en 1819, fue un inventor y político catalán pionero en la navegación submarina mundial. Su interés por la política y el periodismo, así como su pasión por la naturaleza, lo llevaron a crear el 'Ictíneo I', el primer submarino en forma de pez con propulsión aleta y casco esférico para la tripulación. A pesar de las dificultades financieras y la falta de interés del gobierno, Monturiol continuó mejorando su invento y creó el 'Ictíneo II', equipado con un motor mecánico de vapor alimentado por un compuesto químico que producía oxígeno y energía. Aunque el gobierno no mostró interés en sus submarinos, Monturiol siguió siendo recordado y reconocido en Cataluña por su contribución a la navegación submarina.

El astillero de Navantia en Cartagena fue ayer testigo de la flotadura del S-82, el segundo submarino de la clase Isaac Peral para la Armada Española. La nueva unidad ha sido bautizada como “Narciso Monturiol”. El buque será el cuarto en llevar el nombre del inventor y político catalán, pionero de la navegación submarina mundial.

Narciso Monturiol Estarriol nació el 28 de septiembre de 1819 en la localidad gerundense de Figueres. A pesar ser orientado por su familia hacia los estudios religiosos, el joven Narciso se matriculó primero en Filosofía en la Universidad de Cervera y más tarde en derecho en la Universidad de Barcelona. Ya como estudiante Monturiol mostró su pasión por la política y el periodismo, uniéndose al periódico El Republicano como tipógrafo y al movimiento icariano, una utopía basada en principios comunistas.

Sus ideas republicanas y sus actividades políticas le conllevaron multas, juicios, la cárcel e incluso el exilio en Perpiñán durante un año. Tras la huelga general de 1855 tuvo que huir y refugiarse en Cadaqués, sobreviviendo pintando retratos gracias a las enseñanzas de su amigo y gran pintor romántico Ramón Martí Alsina. Fue allí en Cadaqués donde Monturiol pudo conocer de primera mano la difícil y peligrosa labor de los recolectores de coral, que conseguían grandes beneficios a costa de enormes riesgos. A Monturiol se le ocurrió la posibilidad de crear una embarcación capaz de hundirse bajo el agua y que permitiera arrancar y recoger sin riesgos el coral desde su interior. Su barco submarino se inspiraría en la naturaleza: tendría forma de pez, se propulsaría con una especie de cola y tendría aletas para controlar la dirección.

Junto con algunos amigos ampurdaneses, Monturiol constituyó en 1857 en Figueres la primera sociedad mercantil dedicada a la explotación de la navegación submarina. Con el dinero, el inventor viajó a Barcelona para conseguir la ayuda técnica para su proyecto. Monturiol contó con la colaboración algunos profesores de la Escuela de Ingenieros de Barcelona e ingenieros en activo, como el ingeniero naval Joan Monjo. Bajo la dirección de Josep Missé y Castells, maestro carpintero de ribera, el “Ictíneo I“ (del griego antiguo ichtus, pez, y naus, barco) se construyó en los talleres Nuevo Vulcano de la Barceloneta.

El 28 de junio de 1859 el puerto de Barcelona fue testigo de la botadura del ”Ictíneo I”. Construido en madera de olivo y roble con refuerzos de cobre, el casco externo del sumergible medía 7 metros de eslora por 2,5 de manga, con 3,5 de calado. En su interior había un segundo casco esférico con espacio para alojar a seis tripulantes, cuatro de los cuales encargados de mover con su fuerza el propulsor plano de aleta del submarino y que respiraban gracias a unas bombas de oxígeno. Entre ambos cascos se situaban los tanques de flotación, un depósito que suministraba oxígeno para la respiración e iluminación, y otro tanque de hidrógeno que alimentaba una lámpara oxhídrica para iluminar las profundidades marinas. El tiempo de inmersión estaba limitado por la capacidad del depósito de oxígeno.

Durante el verano de 1859 el “Ictíneo I” fue sometido a diversas pruebas e inmersiones hasta su presentación oficial el 23 de septiembre en el puerto de Barcelona. Delante de inversores, prensa y público general, el sumergible navegó completamente sumergido durante 2 horas y 20 minutos a una profundidad de 20 metros. En 1860, con motivo de una visita de Isabel II a Barcelona, Monturiol intentó que la reina asistiera a uno de los ensayos, pero aunque fue en vano, si estuvo presente el jefe del Gobierno, el conservador general O’Donnell. Entusiasmado por la aplicación militar del invento, el general organizó una presentación para las autoridades gubernamentales en Alicante.

El 7 de marzo de 1861 fue la fecha escogida. Pero a pesar de que el barco de Monturiol recorrió la distancia prefijada de tres millas y media, el sumergible no encontró apoyo del gobierno, que no vió viable el invento del catalán. Pero sí lo encontró entre la ciudadanía, de la que recogió 300.000 pesetas mediante una suscripción popular con los que financiar la construcción de un segundo submarino.

En 1864 se fundó la empresa “La Navegación Submarina” y comenzó el,desarrollo del “Ictíneo II”, también construido en los talleres Nuevo Vulcano, con la ayuda de los ingenieros navales Felipe Gómez Tejedor, Dámaso Calvet y Joan Monjo, y con el maestro carpintero de ribera Josep Missé y Castells nuevamente en la dirección de la obra. El nuevo sumergible fue botado en el puerto de Barcelona el 2 de octubre de 1864. Con una eslora de 14 metros, una manga de 2,4 metros y un calado de 3 era el doble de grande que su predecesor. En su primera inmersión permaneció durante 7 horas y media bajo al agua a 30 metros de profundidad, pero sus dieciséis tripulantes no consiguieron hacerlo avanzar.

Este problema llevó a una solución revolucionaria. Monturiol y el ingeniero industrial Josep Pascual Deop construyeron un motor mecánico para propulsar el submarino. Su máquina de vapor era alimentada por un compuesto químico de peróxido de manganeso, zinc y clorato de potasio que producía, por un lado, vapor de agua que generaba la energía necesaria para mover el submarino, y por otro, oxígeno que se recogía en tanques para ser usado posteriormente para la respiración de la tripulación y para la iluminación interior. Monturiol había resuelto el problema de la renovación del oxígeno en un contenedor hermético.

Dos de estos motores se instalaron en el “Ictíneo II” en octubre de 1867. Pero el submarino solo conseguía desplazarse a un nudo de velocidad. Además, el calor y el ruido en el interior del sumergible eran otros de los inconvenientes. El gobierno tampoco mostró interés por esta nueva embarcación, y, tras agotar su capital, la empresa “La Navegación Submarina” tuvo que cesar sus actividades y despedir a todo el personal. A principios de 1868, los dos Ictíneos fueron vendidos como chatarra.

El fracaso de sus sumergibles y el triunfo de la Revolución de 1868 que supuso la salida de España de Isabel II y el comienzo del Sexenio Democrático devolvió a Monturiol a la política. En 1873, como miembro del Partido Federal, fue elegido diputado por Manresa a las Cortes Constituyentes de la Primera República Española, cargo que compatibilizó con la dirección de la Fábrica Nacional del Sello (hoy en día la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre).

Con la caída de la República a finales de 1874 Monturiol perdió su escaño y volvió a Barcelona, en donde sobrevivió como empleado de banca, haciendo traducciones al francés, escribiendo ensayos, malvendiendo su espléndida biblioteca e incluso criando gallinas. Arruinado, acabó sus días viviendo con su hija Anna, casada con Josep Pascual Deop, en Sant Martí de Provençals, al norte de Barcelona.

Narciso Monturiol falleció a los 66 años el 6 de septiembre de 1885. El inventor fue enterrado en un sencillo nicho en el cementerio de Poblenou. El gobernador civil de Barcelona, debido al republicanismo de Monturiol, prohibió cualquier concentración en su homenaje. Muchos años después se colocó una lápida con el siguiente epitafio: ”Aquí yace don Narciso Monturiol, inventor del Ictíneo, primer buque submarino, que navegó por el fondo del mar en aguas de Barcelona y Alicante en 1859, 1860, 1861 y 1862”.

Tres años después de la muerte de Monturiol, Isaac Peral presentó el primer submarino militar de la historia. Esto despertó un sentimiento de reinvidicación de la figura de Monturiol en Catalunya, que tuvo su punto álgido en 1891 con la publicación póstuma de su “Ensayo sobre el arte de navegar por debajo del agua”. Ningún otro sumergible utilizó un sistema de propulsión anaeróbica hasta 1940, cuando la armada alemana ensayó un sistema utilizando los mismos principios a partir del peróxido de hidrógeno.

Juan A Oliveira es Ingeniero Técnico Naval por la Universidade da Coruña y MBA por la UNIR. Con más de 20 años de experiencia en el sector naval, desde 2013 edita y coordina el blog vadebarcos.net. Puedes conectar con él a través de LinkedIn.

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Fuente:
Juan A Oliveira. (04:10:2025). Narciso Monturiol y sus Ictíneo, pioneros de la navegación submarina | VA DE BARCOS. vadebarcos.net. https://vadebarcos.net/2025/10/04/narciso-monturiol-y-sus-ictineo-pioneros-de-la-navegacion-submarina/