Este submarino que veis abriendo la entrada de hoy es el submarino ruso proyecto 651, también conocido en occidente como "clase Juliett". Los "Juliett" datan de los años 60 y con sus 90 metros de largo son considerados algunos de los submarinos de propulsión no nuclear más grandes construidos jamás por la armada soviética.
Foto US Navy
Este submarino que veis abriendo la entrada de hoy es el submarino ruso proyecto 651, también conocido en occidente como "clase Juliett". Los "Juliett" datan de los años 60 y con sus 90 metros de largo son considerados algunos de los submarinos de propulsión no nuclear más grandes construidos jamás por la armada soviética. Aparte de sus 10 tubos lanzatorpedos el 651 montaba sobre su panza 2 pares de tubos lanzamisiles cargados con misiles crucero P5 "Pyatyorka" con capacidad nuclear, los cuales tenían un radio de acción de unos 500 kilómetros y estaban diseñados para volar a una altitud de entre 200 y 400 metros a la velocidad del sonido. De la vida operativa y misiones de los "Juliett" la verdad es que se sabe más bien poco. Conocemos que tuvieron como principal teatro de operaciones el Mediterráneo y el Atlántico y como principal objetivo las Carrier Strike Group o Grupos de Batalla de Portaaviones de la US Navy. No obstante, también se les vio en la costa Este africana, el Mar Caribe y cerca de la costa norteamericana, desde la cual podían golpear con facilidad el interior del país. Los “Juliett” eran, gracias a su doble casco de acero y a sus 50 milímetros de goma absorbente de sonido, submarinos muy silenciosos y por ende peligrosos y difíciles de detectar.
Foto US Navy
Inicialmente se planificó la construcción de 35 submarinos "Juliett", no obstante solo llegaron a finalizarse 16 de ellos de los cuales 2 se construyeron en astilleros de San Petersburgo mientras que los 14 restantes se construyeron en los astilleros de la ciudad de Gorki, actualmente conocida como Nizhni Novgorod. Entre 1988 y 1994 se retiraron las 16 unidades, y de estas sobrevivieron a la radial únicamente 2, paradójicamente ambas fuera de Rusia. La historia de estas 2 unidades merece ser contada porque tiene su miga.
Foto US Navy
Tras el colapso de la Unión Soviética un hombre de negocios finlandés llamado Jari Komulainen, el cual estaba casado con la hija del presidente de Finlandia, pudo, aprovechando la influencia que le otorgaba su posición, hacerse con un submarino Proyecto 641 "Foxtrot" de una base de submarinos de Liepaja, Letonia. El destino del "Foxtrot" era Helsinki y su propósito servir de atracción turística. Un año después se decidió reemplazar al "Foxtrot" por un submarino "Juliett" debido al mayor tamaño de este último. El submarino que llegó a Helsinki en sustitución del antiguo "Foxtrot" era concretamente el "Juliett" conocido como K-77. La diferencia de tamaño a favor del "Juliett" permitió a Jari ampliar el negocio montando un bar y un restaurante a bordo.
Se da la circunstancia de que en Helsinki ya se encontraba, y se encuentra, un submarino a modo de atracción turística, el Vessiko construido por los alemanes en 1933 y que se puede ver junto a la Fortaleza de Suomenlinna de manera bastante fácil si uno llega a la ciudad en barco. El Vessiko la verdad es que es un submarino bastante interesante desde el punto de vista histórico por lo que antes de continuar dejarme hacer una breve reseña de este pequeño depredador de los mares.
El Vessiko descansando a la entrada de Helsinki. Foto LL-Raoul
Tras la Primera Guerra Mundial y debido a las restricciones derivadas del Tratado de Versalles los alemanes no estaban autorizados a desarrollar, entre otras cosas, submarinos de combate. ¿La solución? hacer que otros los construyesen por ellos. Es por ello que alemanes, holandeses y finlandeses llegaron a un acuerdo para que una empresa holandesa con astilleros en Finlandia construyese un prototipo de submarino nuevo basándose en nuevos y novedosos diseños, proyecto financiado integramente por la Reischmarine por supuesto. Nada quedaba escrito en los papeles por lo que Alemania no podía ser acusada de romper el Tratado. De esta unión de intereses en 1931 comenzó la construcción en la ciudad finlandesa de Turku del que sería uno de los submarinos más avanzados de su época: el proyecto CV-707. En 1934, y tras los preceptivas pruebas, la armada finlandesa se hizo con el CV-707 bajo el nombre de Vessiko. Los alemanes por su parte ya habían hecho todas las pruebas que necesitaban y ya tenian un diseño sobre el que trabajar. El Vessiko "finlandés" sería la base de los submarinos Tipo II alemanes sobre los que se desarrollaría posteriormente la temible flota de "lobos grises" alemana. Tras la Segunda Guerra Mundial se le prohibió a Finlandia tener flota submarina por lo que le vendió 4 de los 5 submarinos de tenía a Bélgica y mantuvo el Vessiko en un dique esperando poder usarlo como submarino-escuela el día que acabase la restricción. Pero la restricción no se levantó y el Vessiko empezaba a ser una molestia. Normalmente el Vessiko habría acabado hecho virutas pero el Instituto de Historia Militar de Finlandia lo salvó de la radial, lo restauró y lo puso en la isla de Suomenlinna para que lo podamos ver los turistas que pasamos por Helsinki.
El Vessiko en sus buenos tiempos. Foto Vessiko Museum
Así que la idea de Jari de tener un submarino en Helsinki no era para nada novedosa, no obstante supongo que Jari pensó que el toque "Cold War" del submarino "Juliett" con sus lanzadores de misiles con capacidad nuclear suponía una alternativa al viejo Vessiko y podría proporcionarle un gran éxito.
El restaurante a bordo del "Juliett"en Helsinki no acabó dando tanto dinero como inicialmente se pensó así que en 1966, tras unos chupitos de Vodka a bordo del K-77, Komulainen llegó a un acuerdo con un empresario canadiense llamado Stan Sherman para alquilarle el K-77 y montar un restaurante en Florida. Ambos estaban convencidos de que el restaurante funcionaria mejor en climas más calidos así que el submarino fue remolcado desde la europea ciudad de Helsinki a través de todo el oceano hasta la Bahía de Tampa donde quedó estacionado, paradójicamente, frente a la ciudad americana de San Petersburgo. Sobra decir que la operación debió de dar para escribir un libro.
K-77 en EEUU. Foto Richard Connors
El plan inicial era el de ponerlo en el puerto de la ciudad, sin embargo el calado del "Juliett" es de 9 metros y el del puerto de San Petersburgo era únicamente de 5 por lo que finalmente se tuvo que dejar anclado a las afueras de la ciudad y los visitantes tenían que ser llevados en barco desde la ciudad para visitarlo. El proyecto fue finalmente un fiasco y llevó a la bancarrota a Stan Sherman. Así que llamaron a Jari por teléfono y le dijeron que le mandaban el "Juliett" de vuelta a Finlandia envuelto para regalo, entre otras cosas porque representaba un peligro para el tráfico marítimo de la zona.
Sala de torpedos. Foto Richard Connors
Jari no estaba para nada por la labor de llevarse de vuelta al K-77 a Helsinki por la aventura que ello representaba así que ante la perspectiva de tener que remorcarlo de vuelta decidió ponerlo a la venta por un millón de dólares en Ebay... ya sabéis: "se vende submarino con capacidad para ser armado con misiles crucero con capacidad nuclear, interesados pregunten por Jari. Nota: misiles no incluidos en el lote". Nadie daba un duro porque Jari fuera capaz de quitarse el muerto de encima sin perder dinero, no obstante Jari demostró ser un tipo con suerte ya que en su camino se cruzo la National Geographic Society, Harrison Ford, Liam Neeson y uno de los mayores fiascos cinematográficos que ha conocido Hollywood: K-19: The Widowmaker. No le compraron el submarino por un millón, aun mejor, se lo alquilaron por 200.000 dólares mensuales durante un año. Bravo por Jari y su buena estrella.
Cartel de la película
Yo la verdad es que soy un amante declarado del subgénero de cine ambientado en los submarinos y la historia del K-19 no me desagrada, de hecho forma parte de mi colección de DVDs, pero los números están ahí. La película costó 100 millones de dólares y recaudó 65, por lo que se puede considerar un fracaso al menos desde el punto de vista empresarial... desde el punto de vista artístico la película fue presentada en estreno en Rusia en la ciudad de San Petersburgo frente a 52 supervivientes del accidente del K-19, y estos en general salieron bastante contentos con la historia y con la actuación de Harrison Ford, por lo que tan mala no puede ser.
El K-77 caracterizado como el K-19, observar la diferecia. Foto vista AQUÍ
Pues bien, el K-19 de la película corresponde en realidad al K-77 de Jari con una leve cirugía estética que tenía como objetivo hacerlo más parecido al proyecto 658 designación OTAN clase Hotel en el que produjo la catastrofe. La película se rodó en Halifax, Nueva Escocia, Canadá, así que otra vez el K-77 tuvo que ser remolcado hasta el "estudio" donde se filmaría la trágica historia. Inicialmente se intentó filmar en el interior del submarino pero dado que era técnicamente imposible por las limitaciones espaciales se decidió hacer un decorado a 4.000 kilómetros, en Calgary, y decorarlo con material extraído del interior del K-77 para hacerlo más auténtico. Parece que los chicos del National Geographic estaban obsesionados con que la película fuera lo más auténtica posible. El problema era que según el contrato con Jari el submarino había que devolvérselo exactamente como fue alquilado por lo que tuvieron que tomarse más de 1000 fotografías para volver a montar todo de vuelta... el decorado se montó, Harrison y Liam actuaron, se presentó la película y vivieron felices y comieron perdices. Tras ser presentada la película Jari no sabía, una vez más, como quitarse el submarino (que tanto beneficio y dolor de cabeza le había reportado) de encima por lo que intentó que Intermedia Films, la compañía responsable de la película, se lo comprase argumentando que estaban obligados por contrato a comprarlo una vez fuera presentada la película. Por su parte Intermedia Films, tras el fiasco de la película y sobretodo por no saber que hacer con un viejo submarino soviético, no quería saber nada del tema. Mientras tanto las autoridades de Halifax empezaron a amenazar con confiscar el submarino por la amenaza que representaba para la zona... mala salida tenía este asunto pero una vez más la suerte se puso de nuevo del lado de Jari.
Un clase Juliett en la famosa base subterranea de Balaklava. Autor desconocido
En 2002 la Fundación USS Saratoga mostró su interés en la compra del submarino, sobra decir que Jari aplaudía con las orejas. El K-77 fue comprado, remolcado a Rhode Island, restaurado y puesto a disposición del público como parte del museo. Por fin el K-77 había llegado a su final de trayecto, ahora su futuro estaba asegurado como pieza de museo. Y vivieron felices y comieron perdices una vez más... No hombre no, que la historia no acaba aquí... el K-77 se las creía muy felices viviendo como un rey en Rhode Island pero el 18 de Abril de 2007 llovió mucho, pero que mucho mucho, en Rhode Island y el K-77, gracias a una escotilla mal sellada, hizo lo que estaba destinado a hacer desde que salió del astillero de Gorki: hundirse en el mar.
¡No vayas a la luz K-77! Foto US Navy
Más o menos un año más tarde el K-77 fue reflotado por miembros de la US Navy y dado el estado lamentable en el que se hallaba fue mandado camino del cementerio para su desmantelamiento... mira tu que mala suerte. AQUÍ podéis ver su última foto antes de pasar por la morgue... o después.
El K-77 tras pasar sus particulares "vacaciones en el mar". Foto US Navy
No obstante la historia de Jari y el "Juliett" no acaba aquí . ¿Recordais cuando el suertudo de Jari decidió montar un restaurante en Helsinki y compró un "Juliett"? bueno, pues en verdad no compró uno, compró dos. Junto al K-77 Jari compró a la base de Liepaja otro "Juliett", concretamente el K-24, ¿y que fue de este segundo submarino? bueno, la historia del K-24 es bastante menos glamurosa que la de su hermano el K-77. A mi esta historia me gusta contarla en clave de película de Antena 3 de después de comer:
Erase una vez que se era dos hermanos, el K-77 y el K-24. Ambos hicieron la carrera militar en la marina soviética y cuando cumplieron la mayoría de edad sus caminos se bifurcaron. K-77, que era un poco diva comenzó como restaurante en Helsinki. Poco más tarde por sus pretensiones cinematográficas se animó a cruzar el charco y se plantó en Florida para ver si algún adinerado productor le echaba un ojo. Al final tuvo suerte y acabó como estrella de cine en la gran pantalla de la mano de Harrison Ford. Tras su paso por la gran pantalla K-77 se convirtió en toda una celebrity y encontró su retiro dorado como pieza de museo en Rhode Island. No obstante K-77 estaba destinado, como toda celebrity que se precie, a acabar sus días con una muerte trágica y traicionera una lluviosa noche de Abril. ¿Pero que fue de K-24?
Estado en el que quedo el interior del K-77. Foto US Navy
La historia del K-24 es bastante más mundana. Jari se las ingenió para llevar el K-24 a Copenhague y convertirlo en un prostíbulo flotante con aires soviéticos, ahí es nada... los dueños debieron de pensar que sus lanzamisiles mirando al cielo serian suficiente reclamo para sus potenciales clientes. No me quiero ni imaginar la multitud de chistes en plan "¿Tiene el capitán algún torpedo disponible?" que se debieron hacer a bordo del K-24 durante este periplo por las costas danesas... No obstante como el paso del K-24 por Copenhague tocó a su fin. No conozco exactamente los detalles que finalmente dieron al traste con el submarino-prostíbulo, pero finalmente el K-24 acabó anclado en el puerto de Peenemünde sito en la isla de Usedom.
K-24 en Peenemünde.
Las razones que llevaron al K-24 a acabar finalmente anclado en la isla de Usedom tal vez puedan ser las que esgrime el capitán Sergey Aprelev, el cual estuvo toda su vida íntimamente ligado al K-77:
"El K-24 fue transportado a Peenemünde donde los alemanes lo dejaron en un estado increíblemente bueno y donde pasaría a ser la estrella de la colección del Museo naval local bajo el nombre de U-461. Pienso que los alemanes, amantes natos de los submarinos, no fueron capaces de quedarse de brazos cruzados viendo lo que sus vecinos los daneses estaban haciendo con un submarino".
Otra vista
Del Capitán Aprelev os recomiendo ESTE escrito de la que he sacado muchísima de la información para redactar este artículo. Como veréis el escrito esta alojado en ESTA página especialmente dedicada al K-77.
Barco de la armada de la RDA abandonado
Peenemünde es un pequeño pueblo conocido por haber albergado una importante base de la flota de la Republica Democrática Alemana y por haber sido el destino final de muchos de sus barcos tras la reunificación alemana, bueno, en verdad es conocido por otras cosas pero todo a su tiempo. En el puerto de este pequeño pueblo podemos encontrarnos viejos barcos de guerra de origen soviéticos y con las viviendas que albergaban a sus marinos.
Y a la estrella indiscutible de su museo naval, el K-24, cuya página web podéis encontrar AQUÍ y cuya imagen aérea podéis ver en el mapa interactivo inferior.
Pues bien, ¿sabéis donde se encuentra exactamente la isla de Usedom? pues apenas a 30 kilómetros de Greifswald donde visite el Wendelstein 7-X y a unos 25 de Lubmin donde me acerqué a ver la central de recepción de Nord Stream y donde visité la central nuclear de Greifswald... así que siendo como soy el autor de un blog llamado Rusadas decidí pasarme por Peenemünde a ver el K-24.
Ancla
Una cosa que me llamó la atención nada más ver al K-24 fue lo raro que es, me explico. Tiene lanzatorpedos delante y detrás... no soy un experto pero pensaba que normalmente se tenían únicamente delate.
Tubo lanzatorpedos o lanzanidos.
Esos lanzadores de misiles cruceros me parecieron también muy curiosos,
Y lo que más me llamó la atención fue el radar de guiado de 10 metros cuadrados el cual está construido en la parte delantera de la isla del submarino y el cual es visible tras girar toda la estructura.
Bueno, por no hablar del batiscafo que descansaba sobre su lomo...
Y ya que estaba ahí ¿que iba a hacer? pues comprar el ticket de entrada a la aparentemente amargada dependienta y meterme en el vientre del único submarino que he visitado hasta la fecha (los de bolsillo no cuentan).
Estabilizador retractil
Mecanismo interior
La visita es curiosa y sirve para hacerse una idea de lo infernal que debe de ser estar ahí dentro durante meses... por algo es sabido que la comida de los submarinos, al menos en EEUU, es la mejor de todo el ejercito. Yo que además soy de naturaleza claustrofóbica pues que os voy a contar...
Es algo así como la cueva del reguerillo versión válvulas y torpedos... bueno, salvando las distancias ya que no creo que fuera capaz de atravesar nunca la cueva en cuestión.
Pero el K-24 si que fui capaz de atravesarlo de lado a lado.
Moverse en su interior no es facil aunque supongo que será cuestión de cogerle el truco.
El "Juliett" tiene 8 compartimentos y a lo largo de todos ellos los responsables del museo han ido disponiendo maniquíes un poco kitsch vestidos de marineros rusos en distintas situaciones. Que si durmiendo, que si charlando, que si mirando el radar, que si en el baño:
Al llegar al final tuve una pequeña sensación de déjà vu al volver a ver la sala de torpedos que vi nada más entrar, posteriormente descubrí que los "Juliett" disparan hacia delante y hacia detrás pero por entonces no lo sabía
Justo a la salida teneis una tienda de souvenirs donde descargar vuestra fiebre consumista comprando camisetas con eslóganes ocurrentes sobre submarinos. Sin duda una visita interesante que os recomiendo si pasáis por Peenemünde...
No obstante yo no había ido a Peenemünde precisamente a ver submarinos... no no no. A mi el submarino me sorprendió durante una fría mañana estirando las piernas tras dormir en un aparcamiento cercano. Yo en realidad estaba en Peenemünde para ver otras cosas que aun me interesaban más.
Miguel Rusadas.com
http://www.rusadas.com/2012/05/de-la-armada-sovietica-los-estudios-de.html
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