El 25 de abril de 1982, esta señal se oyó claramente por radio, y comenzó el ataque con cargas de profundidad contra el Santa Fe. Las ...
El 25 de abril de 1982, esta señal se oyó claramente por radio, y comenzó el ataque con cargas de profundidad contra el Santa Fe.
Las afiladas y brillantes proas de ocho barcos se habrían paso en el mar rumbo al Atlántico. El día 2 de abril de 1982, se había recibido una señal ordenando al FOFL (Oficial de Bandera de la Primera Flotilla) que se dirigiese al sur, desde el Atlántico Norte. Argentina había invadido las Islas Malvinas. El grupo de cabeza se componía del buque insignia, HMS Glamorgan, y otros cinco destructores, HMS Antrim Glasgow, Conventry, Sheffield y Plymonth, con la Fragata Tipo 22 Arrow todo ellos componían una importante fuerza de tareas, y armadas con Exocet. Las fases finales de las Maniobras Springtrain, con base en Gibraltar, se habían abandonado, y el grupo cabeza se había puesto a la altura de otros barcos que volvían a Inglaterra, para intercambiar pertrechos. Tomando posición al lado de su barco gemelo, HMS Battleaxe, el Brillant comenzó a realizar el primer “vetreps” (reaprovisionamiento aéreo por helicópteros). Durante 12 horas, acumulo a bordo, todo el arsenal de misiles, torpedos, ametralladoras, maquinas interna de seguridad, munición y todo tipo de pertrechos que poseía en sus bodegas el Bettleaxe. Sus helicópteros Lynx volaban continuamente en apoyo del Brilliant y de otros barcos, depositando en cubierta loas cartas suspendidas. Se dirigieron a 25 nudos, sin emisiones de radar ni radio HF, navegando separados unos 46 a 92 km., rumbo a la Isla Ascensión. Mientras continuaban los contactos diplomáticos anglo-argentinos, los veloces barcos practicaban técnicas operativas, deseando entran en combate si se iniciaban las hostilidades. Al momento los helicópteros eran los ojos de la fuerza de tarea, mas allá del alcance del radar. Los ejercicios de defensa aérea se iniciarían cuando entraron en escena los HMS Hermes y el Invencible. Durante el viaje, los aviones y los Royal Marines practicaron ataque contra destructores, tipo 22 clase Sheffield, los Pacific Seariders (botes de asalto inflables), se armaron con armas antitanque Carl Gustav, y los Lynx hicieron salidas simuladas. Ningún helicóptero del Brilliant tenia soporte estándar de GPMG (Ametralladora de 7,62 mm de uso general), realizándose la primera de muchas improvisaciones. Se giro y se atornillo a cubierta la sección metálica de carro de una silla de mecanógrafo, se construyo una montura en placa de latón para acoplar la GPMG. Este montaje fue improvisado por dos artilleros de la Royal Marine, hundiendo bidones durante la prueba de armas. Existía un gran ambiente de excitación en el Brilliant, que también se transmitía en la tripulación de los helicópteros. El Comandante de vuelo, Teniente Coronel Nick Butter, con la tripulación del segundo Lynx, el Teniente Coronel Barry Bryant, y el Teniente McKay, participaron también participaron de todos los ejercicios y entrenamientos.
El grupo cabeza llega a Ascensión, practicando acciones de superficie, el Antrim, el Plymouth y el Tidespring se desviaron hacia Georgias del Sur. En ese lugar deberían desembarcar unos 60 hombres del regimiento 22° del Servicio Especial del Aire, con objetivo de recuperar la Isla. El resto de la flota se mantendría alejada de Ascensión. El Brilliant cambio también su modelo básico de Lynx por otro más avanzado, artillado con misiles Sea Skua. Este helicóptero, desarmado llega hasta Ascensión tras 12 horas de vuelo en un Hercules. Fue montado en menos de 24 horas, en condiciones precarias bajo un toldo de lona.
A las 16:35 hs. del 14 de abril, el Comandante del Brilliant, Capitán John Coward, recibió la orden de dirigir un grupo de barcos rumbo a Malvinas, en un intento de escapara a la atención de los aviones argentinos y perderse. Encabezados por el Brilliant los barcos Arrow, Coventry Glasgow y Sheffield se dirigieron al sur, a 25 nudos. Los Lynx del Brilliant continuaron traspasando provisiones, incluso en el viaje de los barcos hacia el sur. Hacia medianoche, Nick Butler aterrizo con su helo cuando solo le quedaban 12 minutos de combustible, muy lejos del margen de seguridad. El 22 de abril, el Brilliant se separo del grupo a toda maquina, para apoyar al grupo del Antrim en Georgias del Sur. Este grupo tenia solo tres helicópteros Wessex a su disposición y dos de ellos se habían estrellado en un glaciar, forzando a los dos Lynx del Brilliant a desempeñar un papel vital para efectuar los desembarcos. Abriéndose paso por las montañas de agua la proa del Birlliant subía y bajaba en el agitado mar, uniéndose al Antrim y al Plymouth a 150 millas al norte de Georgias del Sur. La invasión de Georgias se había fijado para el 25 de abril, pero había surgido una complicación mas, se había visto al Submarino argentino SANTA FE en Grytviken. El Antrim ahora como barco insignia decidió que debería posponerse el desembarco hasta haber eliminado al submarino. El 25 de abril, helicópteros Wessex del Antrim ven al submarino saliendo de la bahía, había desembarcado tropas y se preparaban para sumergirse. ¡Wolf!, ¡Wolf! (señal para submarino en superficie) se oyó con claridad por el radio, y el Wessex inicio el ataque con cargas de profundidad. A bordo del Brilliant, el Lynx 341, en alerta, fue enviado para unirse a la tarea. El piloto y el observador del Lynx estaba a bordo, habían cargado un torpedo MK 46. Mientras el Lynx soltaba su sistema de fijación “harpoon” cuatro miembros de la tripulación de cubierta de vuelo soltaron las amarraduras del aparato. Bajo la mirada vigilante del SMR (Marinero de Mantenimiento) Jefe O´Hara, empapado y azotado por el viento feroz y frío del sur, soltaba las ataduras en la bamboleante cubierta, llega la orden del mando Lynx en acción! ; Nick Butler pulso el botón de arranque. Ambos motores rugieron, se conectaron los rotores y Barry Bryant pulso la secuencia de computador. El Teniente Morris FDO (Oficial de Cubierta de vuelo) despejó la cubierta de vuelo ¡Despegue! se oyó por el intercomunicador. El piloto soltó el harpoon y el Lynx se elevó, camino al SANTA FE. Delante, el Wessex estaba suspendido en el aire, tras lanzar dos cargas de profundidad, esperando la llegada del Lynx 341 antes de volver al Antrim a rearmarse. El submarino argentino ponía rumbo a la Bahía de Cumberland, y a la de Grytviken; la tripulación del Lynx podía ver que el submarino perdía aceite por popa. Hicieron un clásico ataque visual con torpedos, pero el Capitán del submarino, al ver el MK 46 con su paracaídas de descenso a su lado, decidió quedarse en la superficie. Se dio perfecta cuente que el MK-46 era un arma estrictamente submarina, capaz de operar solo a profundidades superiores a 9 mts.
El Lynx se había unido al Wessex a las 09:45 hs y a 90/110 km del Brilliant, demasiado lejos para transmisiones de baja frecuencia, así que uso la radio HF en la frecuencia común avisando a toda la fuerza de tareas. A 550 km de distancia, los pilotos del Hermes y del Invencible se subieron a sus aviones en las cubiertas de vuelo, escuchando incrédulos en su radio el ataque al SANTA FE. De repente se vio la estela de un misil guiado por radio AS-12 disparado por un Wasp por detrás del Lynx que volaba ahora a 250 m. para dar contra el submarino. Un segundo AS-12 se hundió en el agua delante del SANTA FE. El otro Lynx de Brilliant, el 342, llegó a escena, uniéndose al ametrallamiento. Llego otro Wasp para dispara mas AS-12 al averiado submarino, que todavía boqueaba hacia Grytviken, los disparos desde tierra hicieron desistir a los helicópteros. Se tomó entes la decisión de enviar las tropas a tierra. El Lynx 341 salió a buscar patrullas argentinas en la aserrada costa norte de Georgias, aunque no era muy probable que hubieran tenido tiempo de desplegarse. El día comenzó a cerrarse, la visibilidad se redujo a cuatro millas, y comenzó a ser peligroso volar. El Lynx se vio rodeado de millones de enormes pájaros marinos, principalmente albatros, convietiéndose en una amenaza para los pilotos. El Lynx 341, a las 14,30 despega del Brilliant para comenzar el desembarco del SAS, frustrado por empeoramiento climático, los tres helicópteros volaron apiñados, en línea recta muy rápido y a 4 metros de altura, para tomar por sorpresa al enemigo. A las 17:15, los argentinos se rinden.
Al día siguiente, el Comandante del Brilliant, Capitán John Coward, ex-tripulante de submarinos, voló a Grytviken para inspeccionar al SANTA FE, ahora en el muelle y hundiéndose lentamente. Estaba inclinado a babor y con la proa levantada, su torreta agujereada y parte del puente arrancado por el ataque con AS-12. Aparte de los daños en superficie e innumerables agujeros, había pocas pruebas de que el submarino hubiera sufrido daños. Dentro, era otro tema, el SANTA FE, estaba hecho añicos, entrándole agua, y con alguna luz de emergencia. Tras fracasar los intentos de ponerlo a flote, se decidió sacar al submarino del puerto. Mas que hundirlo en aguas profundas, iban a alinearlo con un amarradero vacío de la vieja estación ballenera, donde pudiera hundirse. Unos pocos tripulantes argentinos fueron a manejar el cuadro de mandos, en la sala de control, bajo la supervisión de un oficial británico y vigilancia de los Royal Marines; el Comandante del SANTA FE, estaría en el puente con el Capitán Coward. El submarino se dirigía lentamente hacia su nuevo amarradero cuando de repente se empezó a notar que faltaba flotabilidad. El Comandante argentino dio a toda prisa ordenes en español a la tripulación, intentando que arrojasen toda el lastre, pero los hombres (N.E. la vigilancia), en la sala de control pensaron que la nave se hundía. Un oficial argentino (N.E. Suboficial Artuso – ver articulo ¡O juremos con gloria morir!) que presumiblemente se precipito a ejecutar sus ordenes, fue muerto en la creencia de que intentaba huir del submarino. A pesar de este trágico incidente, el SANTA FE llegó finalmente a su amarradero.
El Lynx 341 y su tripulación habían volado un total de 56 horas en apoyo de la Operación Paraguet. Se desplegaron del 25 al 28 de abril, en terribles condiciones. Estas naves aportaron una enorme contribución al éxito de las operaciones inglesas en Georgias del Sur.
Al día siguiente, el Comandante del Brilliant, Capitán John Coward, ex-tripulante de submarinos, voló a Grytviken para inspeccionar al SANTA FE, ahora en el muelle y hundiéndose lentamente. Estaba inclinado a babor y con la proa levantada, su torreta agujereada y parte del puente arrancado por el ataque con AS-12. Aparte de los daños en superficie e innumerables agujeros, había pocas pruebas de que el submarino hubiera sufrido daños. Dentro, era otro tema, el SANTA FE, estaba hecho añicos, entrándole agua, y con alguna luz de emergencia. Tras fracasar los intentos de ponerlo a flote, se decidió sacar al submarino del puerto. Mas que hundirlo en aguas profundas, iban a alinearlo con un amarradero vacío de la vieja estación ballenera, donde pudiera hundirse. Unos pocos tripulantes argentinos fueron a manejar el cuadro de mandos, en la sala de control, bajo la supervisión de un oficial británico y vigilancia de los Royal Marines; el Comandante del SANTA FE, estaría en el puente con el Capitán Coward. El submarino se dirigía lentamente hacia su nuevo amarradero cuando de repente se empezó a notar que faltaba flotabilidad. El Comandante argentino dio a toda prisa ordenes en español a la tripulación, intentando que arrojasen toda el lastre, pero los hombres (N.E. la vigilancia), en la sala de control pensaron que la nave se hundía. Un oficial argentino (N.E. Suboficial Artuso – ver articulo ¡O juremos con gloria morir!) que presumiblemente se precipito a ejecutar sus ordenes, fue muerto en la creencia de que intentaba huir del submarino. A pesar de este trágico incidente, el SANTA FE llegó finalmente a su amarradero.
El Lynx 341 y su tripulación habían volado un total de 56 horas en apoyo de la Operación Paraguet. Se desplegaron del 25 al 28 de abril, en terribles condiciones. Estas naves aportaron una enorme contribución al éxito de las operaciones inglesas en Georgias del Sur.
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