El presente ensayo tiene como objetivo fundamental analizar las ventajas de las unidades submarinas en el marco de los nuevos escenarios que...
A lo largo de la historia del arma submarina ha sido tema de polémica y acaloradas discusiones con la finalidad de dilucidar la importancia o no, de que un Estado Marítimo cuente dentro de su arsenal bélico unidades submarinas; el debate en sí considera diversas variables que van desde el nivel táctico hasta el nivel estratégico; en la actualidad dichas discusiones en reuniones de alto nivel estratégico se realizan, llegándose siempre a la misma conclusión; que las mismas son armas que de alguna u otra manera ocasionaran un desbalance estratégico a favor del Estado poseedor de Unidades Submarinas en relación a otros Estados que no cuenten con este tipo de unidades. En tal sentido, y con el ánimo de acentuar estas ventajas tácticas y estratégicas, se realiza un breve análisis considerando el orden político; el orden económico; el orden militar y el orden tecnológico; tal y como se especifica a continuación:
a. De Orden Político: En el marco de las relaciones internacionales existen componentes diplomáticos y políticos cuyo uso o aplicación es sumamente delicada. En este sentido, en la diplomacia y la disuasión; las unidades submarinas son un elemento psicológico importante para disuadir o convencer a los agresores actuales y potenciales de violar los espacios marítimos venezolanos. De igual manera, el submarino posee el contrapeso necesario en el sentido de que la defensa no atemorice hasta convertirse en un elemento ofensivo que produzca una respuesta preventiva. Es por esta razón, que una numerosa flota de superficie es más impactante y provocativa, en términos de agresión que un grupo de submarinos, a la luz que los mismos representan una capacidad disuasiva mayor que las unidades de superficie en un área. A su vez, en los conflictos de baja, media y alta intensidad los cuales son propios en las diferentes regiones mundiales; el submarino constituye un medio de transporte militar más discreto para la utilización de fuerzas especiales, ya que el mismo es sigiloso y silencioso lo que permite introducir y retirar a dichos comandos, sin despertar la menor sospecha; así como realizar las diferentes operaciones navales clásicas. Debe acotarse que en la actual situación regional y mundial caracterizada por una alta conflictividad política, de los distintos sistemas políticos de cualquier región situación de la cual no escapa ningún Estado, la utilización de unidades submarinas tiene la ventaja de ser un arma política de enorme peso por su capacidad de disuasión naval, tal como se señaló durante el conflicto de Las Malvinas, haciendo de la posibilidad de la guerra total un caso bélico inaceptable para los sistemas políticos tradicionales por las graves consecuencias que traería la interrupción del tráfico marítimo, lo que fue señalado en el pasado por Sir W. Churchill, demostrando el porque de los intentos ingleses por prohibir dicho tipo de arma durante las conferencias navales de las décadas de los veinte. Más recientemente se señala el caso de la Guerra Fría entre la Organización del Atlántico Norte y el Pacto de Varsovia donde la ampliación de la flota submarina soviética dirigida por el Almirante Gorkhov, durante la década de los sesenta y setenta, alteró el desarrollo y equilibrio de la política mundial, amenazando seriamente con poseer la capacidad de interrumpir el suministro de tropas y equipos necesarios para la defensa de Europa Occidental en caso de una guerra convencional desde los Estados Unidos a Europa. En otros casos mas particulares del Estado, existe en la opinión de expertos y analistas, la posibilidad de conflictos de alta intensidad en el área donde aún persisten problemas limítrofes entre los Estados y en donde una de las partes hace especial énfasis y persistencia por parte de éste en pretender tener derechos en dicha áreas de controversia, lo que ha generado graves incidentes de diferente índole en los últimos tiempos que van desde detenciones de rastropescas hasta la incursión de unidades militares de dicho Estado, por lo que la disuasión naval es una necesidad extraordinaria en la zona, además de presentarse la particularidad, en caso de crisis de poder realizar un patrullaje discreto y efectivo que no altera las relaciones diplomáticas entre los dos Estados en un área de importancia vital para la supervivencia del Estado agredido. Por otra parte, siendo la utilización, equipamiento y finalidad de las fuerzas militares producto de decisiones gubernamentales que deben responder a una agenda de problemas con distintas prioridades, se hace necesario para el sistema político tomar aquellas decisiones que produzcan los mayores beneficios con la menor resistencia de los otros componentes sociales del sistema, y ciertamente la presión social así como las demandas de múltiples sectores de la vida nacional en la búsqueda de mejoras socio-económicas, constituye un drenaje de recursos que son indispensables para la continuidad de la estabilidad política, afectando con ello las políticas de seguridad, que obliga a los planificadores a mantener la capacidad militar mínima necesaria, con recursos cada vez más escasos, generando con ello la inseguridad general producida por el debilitamiento de las Fuerzas Armadas, de continuar esta tendencia. Las unidades submarinas debido a su costo, substancialmente inferior a las unidades de superficie de mayor porte, como corbetas, fragatas y destructores tienen la ventaja de enfrentar menor resistencia política dentro de cualquier política de seguridad nacional debido a que sus menores costos tendrán menor resistencia por parte de otros sectores integrantes del Estado.
b. De Orden Económico: Cualquier decisión de carácter político estratégico, carecerá de sentido, si no puede ser costeable y financiable; de tal manera, la relación o medida de la capacidad militar de un Estado tiene un techo que es fijado por su poder económico. América Latina en general y los Estados del área del Caribe en particular, se encuentran gravemente limitados en su poderío y proyección militar, debido a las condiciones económicas que afectan a todos los Estados de la región. Tanto los grandes Estados, como los Estados medianos enfrentan situaciones económicas de carácter interno de tal magnitud que en la actualidad su principal por no decir su única preocupación de tipo político, lo constituye su articulación dentro del nuevo orden económico internacional; si a esto añadimos los problemas internos, como por ejemplo las guerrillas en México y Colombia, la extrema pobreza superior en un 50% en la casi la totalidad de los Estados latinoamericanos, así como los enormes requerimientos de capital para gastos de salud y educación e inversiones de infraestructuras, nos damos cuenta que los presupuestos militares están terriblemente ajustados por la trágica coyuntura económica, la cual en el caso de los micro Estados del Caribe Oriental hacen imposible la creación, constitución y desarrollo de una fuerza eficaz de seguridad y defensa, pues esto quebraría aun más dichas economías. Por lo planteado anteriormente, el gasto militar debe ser muy eficiente en el sentido de cumplir con los requerimientos estratégicos mínimos haciéndolo en terminología norteamericana “más con menos medios”. En este sentido, las unidades submarinas tienen una serie de condiciones que se adaptan a las políticas militares, de los Estados en crisis económica, pues el desarrollo, mantenimiento y operatividad de una flota de superficie, constituida por unidades de gran porte, exigen unos recursos económicos que actualmente ningún país de la región estan en capacidad de sostener sin poner al Estado de sobre tensión sus delicadas estructuras económicas, lo que se evidencia en la amplia discusión desarrollada en los medios parlamentarios de los Congresos Nacionales de los Estados, en lo referente a la repotenciación de la totalidad de las unidades navales de superficie, durante la última década. Las unidades submarinas en general desde el punto de vista económico poseen las siguientes ventajas con relación a las unidades navales de superficie: Menor costo de adquisición, mantenimiento, adiestramiento, personal y de operación, lo que se entiende fácilmente si se considera que un submarino convencional, puede realizar patrullajes por espacio superior a los 35 días continuos en la mar en un área de operaciones, siendo su limitante los suministros para garantizar la permanencia del personal, cuyo número en el peor de los casos no supera a 40 tripulantes, mientras que una fragata de mediano porte, no puede permanecer por tanto tiempo en la mar por sus limitaciones de combustible y por tener que mantener a una tripulación tres (03) veces superior a la del submarino, esta simple comparación evidencia el alto costo en que debe incurrir cualquier Armada para mantener una fuerza de superficie realizando patrullaje en un área en especial, cuando un grupo de submarinos tendría además la ventaja de realizar el mismo patrullaje a un menor costo o contar con más unidades submarinas en el área o diversas áreas a un costo similar al patrullaje realizado por esta fragata y este es el motivo primigenio que dio pie para la elaboración de este trabajo, pues los Oficiales de la Armada no pueden descuidar su responsabilidad en la defensa de la soberanía de los espacios marítimos que se encuentran bajo la jurisdicción del Estado; a su vez no se puede ignorar la grave crisis económica que afecta la operatividad funcional de todos los sectores civiles y militares de los Estados, donde el submarino se convierte en lo que el Almirante Karl Doenitz denominó como “el arma de los pobres”, lo que no tiene en ningún sentido despectivo sino la concepcionalidad demostrada que el submarino es un arma eficaz, eficiente y barata, prácticamente la única arma a utilizarse en todos los tipos de conflicto (alta, mediana y baja intensidad) que esta al alcance de los actuales presupuestos navales.
c. De Orden Militar: Dentro de la estrategia naval moderna la utilización de los sistemas de armas, va dictado por la capacidad o prestaciones que poseen dichos sistemas para poder enfrentar una serie de situaciones específicas que se presentan dentro su ambiente siendo en este caso el espacio acuático. Los modernos submarinos, disponen debido a su desarrollo tecnológico de una capacidad de permanecer ocultos, que hubiera sido el sueño de los sumergibles de la Segunda Guerra Mundial, cuyo fracaso en la Batalla del Atlántico fue en buena parte de las limitadas prestaciones producto de los desarrollos de la época y al poco interés por parte del Alto Mando Militar del Tercer Reich por esta arma. En la actualidad y como se demostró en la Guerra de Las Malvinas, el desconocimiento de la ubicación de las unidades submarinas tanto argentinas como británicas obligó el empleo excesivo de un sin número de armas para contrarrestar cualquier ataque por parte de las fuerzas navales inglesas y por otra parte el confinamiento de la Armada de Argentina a sus puertos bases por la presencia de un submarino nuclear responsable por el hundimiento del buque insignia General Belgrano (más dos (02) submarinos del mismo tipo). Esta demostración de poder y disuasión naval es privativa de las unidades submarinas que como se demostró en el caso anterior pueden neutralizar el uso por parte de una fuerza enemiga de agrupaciones de buques de superficie si se carece de capacidad antisubmarina y de igual manera del temor y el despliegue realizado por parte de una fuerza naval desarrollada con los recursos antisubmarinos para hacer frente a dos (02) unidades submarinas convencionales, este es el detalle estratégico que favorece en nuestro esquema regional la utilización de este sistema de arma, pues la respuesta o contramedida es inviable económicamente para los países de la zona, debido al alto nivel de sofisticación de la guerra antisubmarina. De igual manera, el submarino es capaz de realizar un amplio número de operaciones navales, donde se destacan por ejemplo y para destacar algunas de ellas su capacidad de minado en áreas bajo el control del adversario, sin los riesgos de ser detectados como sucede con las unidades aéreas y de superficie, como medio de transporte de cuerpos de unidades de operaciones especiales (operaciones de comando, desembarco de espías y operaciones de sabotaje) e igualmente para ser empleada como una plataforma recolectora de información de inteligencia en aquellas áreas o zonas enemigas. Posee la envidiable capacidad de poder operar de manera independiente y de igual manera, como cualquier otra unidad naval de poder operar de manera conjunta con otro tipo de unidades bien sean submarinas, superficie o aéreas. Todas las ventajas anteriores desde el punto de vista militar son una continuación de las ventajas políticas y económicas que deben hacer reflexionar al lector de sobre el planteamiento de la utilización de las unidades submarinas, las cuales no son una inversión temporal producto de una coyuntura geográfica y política desafortunada sino que es el fruto de una posición razonada que se confirma por la evolución tecnológica.
d. De Orden Tecnológico: El desarrollo creciente de la tecnología militar ha ubicado a muchos sistemas de armas en situaciones polémicas o cuestionadas debido al conflicto de la efectividad que se plantea en relación a las contramedidas desarrolladas para enfrentar algún tipo de arma en particular. En este sentido, a diferencia del conflicto entre otros tipos de armas como por ejemplo: los misiles antitanque y el blindaje del tanque; existe la razonable confianza de que por lo menos durante algún tiempo las medidas antisubmarinas tardarán en producir nuevas tecnologías y sistemas de armas que afecten de manera considerable su papel en la guerra naval. Por otra parte, lo que si se encuentra muy desarrollado son en los equipos y sistemas a la disposición eventual para las unidades submarinas, tal como por ejemplo el misil táctico Harpoon (USA) y misil estratégico Tomahaw (USA) en su versión submarino-superficie, que le confieren una capacidad enorme de respuesta a conflictos bélicos diversos, tal como se demostró en los ataques recientemente sobre la Bagdad durante la Guerra del Golfo Pérsico (1.991). De la misma manera, las prestaciones de las unidades submarinas están sufriendo continuamente cambios revolucionarios debido a las nuevas tecnologías de materiales y a la aparición de equipos y sistemas modulares que sustituyen a los antiguos con grandes diferencias de alcance, fiabilidad y precisión. Así esto se traduce en la aparición de nuevos torpedos y misiles superficie-superficie, avanzados sistemas electrónicos de búsqueda, detección, análisis y control, nuevos equipos de propulsión y una reducción significativa del nivel de ruido sin duda producto de los nuevos materiales que harán del submarino convencional un arma mucho más eficaz y efectiva, lo que incrementará indudablemente los argumentos en favor de su utilización.
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