A pesar de los pobres resultados obtenidos por los mini submarinos en el ataque a Pearl Harbour, las expectativas para este arma parecían intactas. Sólo unos días después (18 de diciembre 1941) el Estado Mayor de la Flota Combinada había aprobado ya una segunda operación para estas naves denominada Shinki Nº2 (Tortuga Divina Nº2)
mini-submarinos japoneses fueron recuperados de puerto de Sydney en 1942. Ronald Noel Keam (060696): Australian War Memorial |
A pesar de los pobres resultados obtenidos por los mini submarinos en el ataque a Pearl Harbour, las expectativas para este arma parecían intactas. Sólo unos días después (18 de diciembre 1941) el Estado Mayor de la Flota Combinada había aprobado ya una segunda operación para estas naves denominada Shinki Nº2 (Tortuga Divina Nº2). Aunque no habían sido concebidos para atacar puertos, si no para operar en grandes enfrentamientos navales, la doctrina para su empleo parecía haber cambiado. Cuatros días después del ataque a Pearl, el Teniente Saburo Akieda enviaba un informe sugiriendo mejoras en el diseño para aumentar las capacidades de estas unidades en su nuevo cometido en las zonas portuarias. Estas mejoras incluían un corta redes adicional en la vela y la mejora de los ya existentes a proa, así como defensas rodeando las hélices para prevenir que estas se enredasen en las redes anti submarinas. Nacía así la clase Type A Kai 1.
El 16 de abril de 1942 el Almirante Isoroku Yamamoto se encontraba a bordo del acorazado Yamato reunido con el Vicealmirante Komatsu Teruhisa comandante en jefe de la Sexta Flota de Submarinos, el Comodoro Noboru Ishizaki comandante del Escuadrón de Submarinos 8, los comandantes de los buques Nisshin, Chiyoda y Aikoku Maru así como las tripulaciones del los mini submarinos del escuadrón. Yamamoto les había llamado para desearles buena suerte en su despliegue hacia el sur con motivo de la Operación MO (Invasión de Port Moresby, Nueva Guinea).
La Operación MO comenzaba con la salida de los buques el 4 de mayo de 1942, sin embargo, el desarrollo de la conocida batalla del Mar del Coral dio al traste con las intenciones japonesas y la operación fue cancelada. Los mini submarinos fueron trasladados a Truk.
Originalmente dos secciones de submarinos oceánicos habían sido asignadas a aguas australianas, la Unidad B con tres submarinos ( I-27, I-28 e I-29) debía llevar a cabo una misión en la costa sur de la isla continente y la Unidad C debía atacar el tráfico mercante en la costa este y las aguas alrededor de Nueva Zelanda, pero antes de llegar a sus posiciones, ambas unidades fueron agrupadas y denominadas Unidad Este al mando del Capitán Sasaki. Esta nueva unidad también debían haber participado en la Operación MO pero ahora recuperaban su rol inicial. En su retorno a Turk el I-28 fue hundido por el submarino americano SS-199 Tautog (17 mayo 1942). Y el I-21 hundía dos mercantes casi al mismo tiempo.
Varios submarinos de la Unidad Este (I-22, I-24 e I-27) recalaron en Truk para reaprovisionarse y acomodar en sus cubiertas mini submarinos procedentes del Chiyoda, el día 18 saldrían hacia Australia. EL I-24 experimenta problemas con el submarino que porta en su cubierta, una explosión de su batería le hizo retornar a Turk donde reemplazaría el dañado mini submarino por el que debería haber llevado el desparecido I-28. El I-21 y el I-29 también tomarían parte en la operación, cada uno de ellos portaban un avión de reconocimiento a bordo. Ambos serían enviados a explorar varios puertos para determinar cuál era el más adecuado para lanzar a los mini submarinos. EL I-21 exploraría Numea, Suva y Auckland y el I-29 lo haría en Sidney.
El 16 de Mayo este submarino lanzaría un ataque al mercante ruso Wellen que pudo escapar con mínimos daños tras devolver el fuego sobre su agresor que optó por romper el contacto. Tras recibir el informe del mercante se decidió que tráfico marítimo en la zona fuese interrumpido por 24 horas y las unidades antisubmarinas de Sidney realizaron una búsqueda sin resultado. Se dio por supuesto que el submarino operaba en solitario y habría abandonado la zona.
El día 23 el avión del submarino realiza un reconocimiento sobre el puerto y es detectado por una estación de radar, pero sorprendentemente las autoridades interpretan la detección como un fallo. El avión resulta dañado durante el amerizaje pero los tripulantes informan de la presencia en el puerto de importantes unidades enemigas. ¿Serían capaces de terminar con los restos de la Batalla del Mar del Coral? .El informe que los japoneses envían al alto mando de la Sexta Flota en Kwajalein es interceptado por los aliados y parcialmente descifrado por la estación FRUMEL en Melburne . Resulta curioso que los mensajes enviados con la orden de ataque y deseando suerte a las dotaciones enviados por el mando japonés también fueron interceptados sin que se tomen medidas de defensa adicionales.
El día 29 los dos submarinos de reconocimiento se reúnen con los tres portadores de mini submarinos a unas 30 millas náuticas del puerto. Con la fuerza de ataque preparada, el avión del I-21 pilotado por Susumo Ito despega a las 4:20 horas para realizar un mapeado final del puerto localizando con precisión los barcos más importantes antes del amanecer. Sorprendentemente el avión es divisado por varios observadores que lo confunden con un aparato americano del crucero pesado USS Chicago. No se dio la alarma hasta las 5 horas, cuando se comprobó que todos los aparatos americanos estaban a bordo. Se ordenó a aviones australianos la búsqueda del hidroavión japonés sin resultado. A pesar de estas señales de alarma las autoridades no tomaron ninguna medida defensiva especial. Por su parte el hidroavión tuvo la misma suerte que su gemelo y resultó dañado en el amerizaje, aún así, los tripulantes fueron rescatados y pudieron entregar el informe.
El día 31 y con todo dispuesto Hankyu Sasaki da la orden de atacar. Se planeó el lanzamiento de los tres mini submarinos con una demora de 25 minutos. El primero comenzó su singladura de 7 millas náuticas a las 17:20 y debía haber alcanzado la entrada del puerto sobre las 18:30 pero las malas condiciones provocaron un retraso de una hora. Con la actualización de datos proporcionada por el avión de reconocimiento los comandantes de las pequeñas unidades tenían como principales objetivos el USS Chicago (CA-29) y el HMAS Canberra. También se les encomendó no traspasar la zona tras el Puente del Puerto a menos que no se encontrasen objetivos en la zona este del mismo. Por su parte los submarinos nodriza esperarían en un punto de recogida determinado.
El primero de los submarinos M-27 (lanzado por el I-27) alcanzó el puerto y sobre las 20:00 horas, fue detectado por uno de los dispositivos instalados a tal fin, sin embargo, el contacto fue desestimado debido al tráfico civil que en ese momento había en la zona. Pero quince minutos después un vigía Mr. J. Cargill divisó al M-27 atrapado en la red antisubmarina con la proa elevada sobre las aguas. La patrullera HMAS Yarroma fue alertada y esta trató de enviar la información, pero el cuartel general no recibió el informe hasta las 21:52. Se les ordenó investigar en compañía de otra patrullera la HMAS Lolita. Tras confirmar la presencia del submarino se lanzaron dos cargas de profundidad desde la Lolita que no detonaron debido a lo somero de las aguas. Con la certeza de que la misión había terminado para ellos los tripulantes del submarino Kenshi Chuma y Takeshi Omori activaron las cargas de demolición que acabaron con el buque y con sus vidas.
El elemento sorpresa quedaba en este momento perdido y se daba la alerta general en el puerto así como instrucciones a todos los buques de guerra para que tomaran medidas anti submarinas. El tráfico externo fue cancelado pero no así el interior, en la creencia que el movimiento interno de muchos buques obligaría a los posibles submarinos a permanecer sumergidos.
El segundo mini submarino, el M-24 colisionó con la goleta HMAS Falie que informó de la colisión, pero esta no se investigó. Valiéndose de la táctica de perseguir un buque de superficie los japoneses consiguieron atravesar la red anti submarina y avanzaron hacia el objetivo. Desde el USS Chicago los vigías, que exploraban la superficie con focos, detectan al M-24 a menos de 500 metros. Inmediatamente se abre fuego pero sin daños aparentes debido a que las armas no podían apuntar tan cerca. Se ordenó preparar el crucero para zarpar y se pidió al USS Perkins actuar de pantalla antisubmarina pero estas órdenes fueron revocadas por el capitán Howard Bode cuando este llegó a bordo.
Las corvetas HMAS Geelong y HMAS Whyalla realizaron disparos sobre el M-24 cuando se dirigía hacia el puente del puerto, este consiguió sumergirse y escapar. Implacables sus tripulantes volvieron a profundidad de periscopio y maniobraron para alcanzar la posición de disparo sobre el USS Chicago. Los dos torpedos salieron hacia el objetivo con normalidad, uno de ellos terminó impactando contra la costa sin detonar, mientras que el segundo pasó bajo el submarino holandés K9 y explotó bajo el ferry Kuttabul que se hundió inmediatamente causando la muerte a 21 marineros.
FOTO: HMAS Kuttabul parcialmente sumergido en las aguas del puerto de Sydney , el 1 de junio de 1942. (Australian War Memorial / ID: 012422) |
Sin más armas disponibles Katsuhisa Ban y Mamoru Ashibe abandonan la zona sin ser detectados escapando del puerto. No se conoce la razón por la cual el submarino no se dirigió al encuentro de su nodriza . Este submarino sería localizado en el año 2006 en una playa al norte de Sidney donde sus tripulantes habían cometido suicidio y auto hundido su submarino.
El tercero de los mini submarinos el M-22 penetró en el puerto sobre las 23:00 horas. Después de ser atacado por el mercante armado HMAS Kanimbala permaneció a la espera varias horas para continuar con su misión. Reemprendida la marcha es detectado y atacado con cargas de profundidad por los patrulleros Sea Mist, Steady Hour and Yarroma. Los tripulantes Kieu Matsuo y Masao Tsuzuku optan por volar su submarino e inmolarse con él.
Los submarinos nodriza esperaron en vano hasta el 3 de junio en las afueras del puerto hasta que perdida ya toda esperanza abandonaron sus posiciones y continuaron con sus misiones secundarias consistentes en dos bombardeos a tierra sin daños reseñables cuyo objetivo era aterrorizar a la población y el hundimiento de tres mercantes. Sin duda el mayor daño causado por este ataque fue psicológico dado que dejó claro que Australia no estaba fuera del alcance de la guerra como muchos pensaban y dejó en evidencia la pésima actuación de los aliados tanto en las medidas preventivas como en las reacciones al ataque.
Los mini submarinos demostraron ser muy difíciles de manejar con tendencia a emerger y sumergirse descontroladamente lo que provocó las detecciones. Los submarinos nodriza escogieron posiciones muy al sur del puerto para la recuperación de los pequeños submarinos en lugar de haber esperado en la bocana del puerto la posible salida de los buques de guerra después del ataque como así sucedería.
La Marina Australiana recuperó los submarinos hundidos en el puerto y realizó un funeral con honores militares reconociendo el valor de los submarinistas japoneses y con la esperanza que este gesto aportase mejores condiciones a los prisioneros de guerra australianos, cosa que no sucedió. Las cenizas de los submarinistas serían enviados a Japón en un intercambio diplomático.
Con los restos de ambos submarinos se reconstruyó uno completo que sería exhibido a lo largo del país para recaudar fondos para la marina. El submarino recorrió 4000 kilómetros por carretera y fue visto por 12.000 personas. Hoy día está expuesto en el Museo de la Guerra en Canberra. La sección central del M-24 está actualmente expuesta en el Museo Naval de Sidney.
FUENTES:
Imperial Japanese Navy Submarines 1941-1945. Osprey Publishing. Mark Stille, Tony Bryan. ISBN 978-1-84603-090-1
Submarines of the Imperial Japanese Navy. 1904-1945. Conway Maritime Press. Norman Polmar, Dorr B. Carpenter. ISBN 0-85177-396-6
The Japanese Submarine Force and World War II. Naval Institute Press. Bluejacket Books. Carl Boyd, Akihiko Yoshida ISBN 1-55750-015-0
Japanese Submarine Raiders 1942: A maritime mystery. Carruthers, Steven. Narrabeen, NSW: Casper Publications. ISBN 0-9775063-0-4.
A Very Rude Awakening. Grose, Peter. Crows Nest: Allen & Unwin. ISBN 978-1-74175-219-9.
A critical vulnerability. The impact of the submarine threat on Australia’s maritime defense 1915-1954. David Stevens. ISBN 0 642 29625 1.
Axis midget submarines. Jamie Prenatt and Mark Stille. Osprey Publishing. ISBN 978 1 4728 0122 7
Autor : Daniel Prieto
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