El texto describe la creciente importancia de los submarinos en las estrategias globales, destacando su capacidad para volverse cada vez más sigilosos, letales e inteligentes. Se citan ejemplos de ejercicios conjuntos ruso-chinos en el Pacífico y el Ártico, lo que confirma el papel clave de los submarinos en estas regiones. También se destacan los avances tecnológicos en el diseño de drones submarinos autónomos, equipados con sensores avanzados e inteligencia artificial. Estos drones pueden operar en entornos difíciles y proporcionar datos sensibles en tiempo real.

Ventimila bombe sotto i mari: la nuova guerra invisibile

Cada vez más invisibles, letales, inteligentes, numerosos, autónomos. Así evolucionan los submarinos, ahora protagonistas de las estrategias globales: es con ellos que las grandes potencias aspiran a la superioridad en los océanos. Empezando por el Ártico

Hace unos días, una misión de la OTAN en el mar de Barents (la parte del océano Ártico al norte de Noruega y Rusia) dio un giro inesperado. El mayor portaaviones del mundo, el estadounidense Gerald R. Ford, se encontraba allí en misión operativa escoltado por dos buques de guerra noruegos, mientras que el centro de operaciones de la Alianza vigilaba por satélite las bases rusas en la península de Kola, a unas decenas de kilómetros de distancia, donde están estacionados los submarinos de clase Yasen y Yasen-M, los más silenciosos y difíciles de detectar entre los buques de guerra de Moscú, capaces de lanzar misiles subsónicos e hipersónicos.

 En cierto momento, las nubes bloquearon la observación desde el espacio, y cuando el cielo se despejó, ya no había rastro de los submarinos Severodvinsk, Kazan y Arkhangelsk. Creyendo que podrían estar tras la pista del portaaviones, la OTAN lanzó una búsqueda sin precedentes desde la base aérea británica de Lossiemouth, la base noruega de Evenes e incluso desde bases en Islandia y Sicilia, utilizando 27 aviones P-8A Poseidon equipados con boyas sonar y sensores avanzados.

No se sabe si esos aviones lograron localizar finalmente a los buques rusos, pero esta historia ya cuenta otra historia: cómo, en un mundo donde nada escapa a cualquier tipo de control, los submarinos se están convirtiendo en las máquinas de guerra más invisibles y temibles. Ya sean propulsados ​​por energía nuclear o por motores diésel-eléctricos con propulsión independiente del aire (AIP), o si son vehículos submarinos autónomos (AUV), o drones guiados por inteligencia artificial, la evolución de la tecnología submarina está configurando las prioridades de las fuerzas navales mundiales. Los submarinos son el arma secreta que podría marcar la diferencia en caso de conflicto e, incluso en ausencia de situaciones bélicas, ya alteran el equilibrio, como se vio en el caso del misterio en los mares árticos. Y no es casualidad que, a finales de agosto, Rusia y China realizaran la primera e histórica patrulla submarina conjunta en el Pacífico. 

Además, se realizaron ejercicios navales en paralelo con la detección coordinada y la destrucción simulada de submarinos enemigos utilizando aviones Y-8 chinos e Il-38 rusos. Cabe destacar que han avanzado hacia el Ártico mediante maniobras tácticas específicas, navegando desde el Mar de Japón hacia los mares de Chukotka y Bering, puntos de acceso clave al Paso del Noroeste y la Ruta del Mar del Norte.

Alessio Patalano, catedrático de estudios estratégicos en el King's College de Londres y colaborador del ISPI (Instituto de Estudios Políticos Internacionales), explica: «Desde la Segunda Guerra Mundial, el Pacífico Occidental ha sido un escenario de guerra predominantemente marítimo en el que los submarinos han desempeñado un papel crucial. Su configuración geográfica, repleta de cuellos de botella, estrechos e islas, facilita el uso de vehículos submarinos para atacar sigilosamente buques de guerra y mercantes. 

Los ejercicios conjuntos Rusia-China no solo confirman el papel clave de los submarinos en el Pacífico, sino que también demuestran que Rusia ofrece a su principal aliado la oportunidad de atacarlos y extender su margen de maniobra mucho más al norte, hasta el Ártico. No es casualidad que ambas potencias estén invirtiendo significativamente tanto en submarinos convencionales como en capacidades nucleares.

También porque el control de las profundidades marinas implica la protección de activos estratégicos. El desarrollo de tecnologías de defensa y vigilancia submarinas se ha vuelto fundamental para todos los países que deben expandir y proteger sus infraestructuras. en el fondo marino, desde cables eléctricos hasta tuberías."

Por otro lado, fue el propio presidente ruso, Vladímir Putin, quien lo anunció a finales de julio, en una reunión en Severodvinsk, región norte de Arkhangelsk: "Las fuerzas submarinas desempeñan un papel crucial para garantizar la soberanía de la Federación de Rusia y la Federación de Rusia. y la seguridad de Rusia, protegiendo sus intereses y contribuyendo significativamente a la estabilidad regional y global", informó el Moscow Times. 

Mientras tanto, en el frente chino, el presidente Xi Jinping ha encargado al ejército el desarrollo de "nuevas capacidades de combate de alta calidad", aludiendo, como explicó el South China Morning Post, a la necesidad de un impulso estratégico hacia los buques y submarinos no tripulados.

Según muchos analistas, la verdadera innovación son los drones submarinos, diseñados para reconocimiento, vigilancia, detección de minas y guerra antisubmarina. Equipados con sensores avanzados e inteligencia artificial, pueden operar en entornos desafiantes, proporcionando datos sensibles en tiempo real y reduciendo los riesgos para las personas. 

Se han desarrollado algunos de gran envergadura: durante el reciente desfile por el 80.º aniversario de la victoria sobre Japón, Pekín exhibió su versión, el misterioso AJX002, una especie de torpedo de 18 metros de largo, probablemente controlado por inteligencia artificial. Mientras tanto, se sabe que la Armada de Estados Unidos está experimentando con... Su propia clase de drones autónomos, llamada Orca.

Varios países están trabajando en esta dirección. Quizás no con una intención ofensiva, pero no se descarta que en el futuro se revelen las características de enormes drones submarinos que "albergen" a docenas de drones pequeños para misiones de enjambre, como ya se ha hecho. Los ingenieros militares están pensando en ataques aéreos.

Los submarinos tradicionales también están evolucionando: invisibilidad, silencio, versatilidad, autonomía... Es en estas características que se basará la batalla naval del futuro. Tanto para buques construidos con fines disuasorios (con ojivas nucleares) como para aquellos diseñados para la guerra convencional, como la caza de buques y submarinos enemigos, la vigilancia y la inteligencia.

El general Fernando Aguirre Pastor, de la Armada Española, explicó en Defence24 que "los submarinos están adquiriendo la capacidad de operar sin ser detectados mediante la reducción de las interferencias acústicas, electromagnéticas y visuales". Firmas. Tecnologías como el AIP reducen significativamente la dependencia del submarino de la atmósfera y la necesidad de interrupciones para recargar las baterías. Además, estos buques se están volviendo versátiles, lo que significa que son capaces de adaptarse a la temperatura del agua de mar, el nivel de salinidad y el perfil del fondo marino.

 Un menor ruido de los motores y las hélices significa que es menos probable que sean detectados por los sonares pasivos del enemigo, y la mínima vibración del casco y las estelas de burbujas se traducen en una menor probabilidad de ser detectados por sensores avanzados. Dado que el submarino que "escucha" primero al otro, sin ser escuchado, tiene la posibilidad de atacar primero, esta característica es crucial.

Hay un verdadero frenesí mundial por armar la flota submarina. En la guerra convencional, la Armada de los Estados Unidos se prepara para un salto cualitativo para enfrentarse a China y Rusia. Los nuevos submarinos, llamados SSN(X), están diseñados para ser los más silenciosos jamás construidos. Alcanzarán velocidades superiores a los 30 nudos, podrán lanzar, recuperar y operar múltiples drones submarinos simultáneamente, transportarán más armas y pasarán más tiempo bajo el agua que el promedio actual, lo que resolverá los problemas logísticos de mantenimiento y suministro. Estarán listos en 2040, pero Estados Unidos desplegará los submarinos SSBN clase Columbia ya en 2031: al igual que sus predecesores, podrán transportar ojivas nucleares, pero serán más silenciosos, autónomos y rápidos.

Por parte rusa, lo que sabemos fue revelado a principios de agosto por la inteligencia ucraniana, que divulgó los documentos técnicos de un nuevo submarino de propulsión nuclear clase Borei-A (Proyecto 955A), inaugurado por Putin unos días antes. Para ser más precisos, silenciosos y menos interceptables, estos submarinos, cada uno equipado con 16 misiles balísticos y entre 6 y 10 ojivas nucleares, contarán con un casco rediseñado con una hidrodinámica más suave, revestimientos acústicos y un sistema de propulsión a chorro, así como un reactor nuclear que permitirá aproximadamente 90 días de inmersión sin emerger. Según The Moscow Times, la Armada rusa recibirá cuatro submarinos más de la clase Borei-A en los próximos años.

Sin embargo, era necesaria una evaluación exhaustiva de las fuerzas navales. «Los rusos han sufrido una serie de golpes devastadores en el Mar Negro a causa de los drones marinos ucranianos. Están reconstruyendo su flota basándose en esta experiencia, centrándose en barcos y submarinos no tripulados», revela Lee Willet, un prestigioso analista británico especializado en guerra submarina. 

En mayo, anunciaron la formación del primer regimiento que integra drones navales y submarinos (UUV), y en julio, el comandante de la Escuela Marítima Rusa, Nikolai Patrushev, anunció planes para una mayor integración, esta vez con buques y aeronaves. Cuando esto suceda, significará el comienzo de una nueva era en la guerra marítima. Europa y Ucrania harían bien en no subestimar la capacidad de Rusia para combatir en el agua.

Por su parte, China está ganando terreno rápidamente a sus rivales estadounidenses gracias al submarino Tipo 096 SSBN. Y esto no se debe tanto a su mayor silencio, sino sobre todo a su alcance de más de 10.000 kilómetros, que le permitirá atacar a Estados Unidos desde sus costas. Se puede afirmar con seguridad que, con este nuevo proyecto, China se convertirá en un actor nuclear global. Europa, sin duda, no se queda de brazos cruzados, sino que está invirtiendo fuertemente en nuevas plataformas para fortalecer su defensa naval. 

Los submarinos nucleares de ataque clase Barracuda, incluido el Tourville (S637), recientemente puesto en servicio, refuerzan las capacidades de Francia, que, según Le Monde, ha vendido cuatro submarinos a los Países Bajos por un valor aproximado de 5.000 millones de euros. Mientras que el Reino Unido planea construir hasta 12 nuevos submarinos de ataque de propulsión nuclear como parte de una estrategia de defensa más amplia, la Armada italiana, que actualmente opera cuatro submarinos U212A clase Todaro, lanzó en 2021 el programa U212 Near Future Submarine, gestionado por Fincantieri, Leonardo y otras empresas. 

Los dos primeros submarinos ya están en construcción en Muggiano (La Spezia). El objetivo es lograr, con una flota mixta de submarinos tripulados y vehículos submarinos autónomos trabajando en tándem, tecnología más avanzada y una mayor autonomía operativa. Las mejoras tecnológicas incluyen, entre otras, propulsión independiente del aire (AIP), recubrimientos acústicos avanzados y una firma electromagnética reducida, características que permiten un entorno menos visible.

Además de submarinos tripulados, Italia invierte en sistemas submarinos no tripulados: el SDO-SuRS de Fincantieri, capaz de realizar funciones tanto de rescate como de vigilancia. Esta integración de submarinos y drones garantizará la adaptabilidad a nuevas amenazas, desde la presencia rusa en el Mediterráneo hasta la protección de infraestructuras críticas del fondo marino. Por lo tanto, se trata de un programa centrado en submarinos para la guerra convencional, no para la disuasión. 

Esto permitirá a Italia tener una mayor influencia en el Mediterráneo, convirtiéndose posiblemente en su principal potencia naval. Un objetivo perfectamente alcanzable dada la experiencia de nuestro país en la OTAN.

Fuente:
Luca Sciortino. (13:09:2025). Ventimila bombe sotto i mari: la nuova guerra invisibile - Panorama. panorama.it. https://www.panorama.it/attualita/esteri/ventimila-bombe-sotto-i-mari-la-nuova-guerra-invisibile