Brasil ha avanzado significativamente en su programa de submarinos nucleares con el funcionamiento del módulo LABGENE, que permite probar su reactor nuclear sin asistencia externa. Este desarrollo, que se basa en la colaboración con Francia, busca mejorar la vigilancia marítima en la vasta Amazônia Azul. La integración del reactor y la finalización del casco son cruciales para que Brasil se una al selecto grupo de países que operan submarinos nucleares.

El submarino nuclear y los cazas de Brasil que inquietan a Occidente. Foto Wikipedia
El submarino nuclear y los cazas de Brasil que inquietan a Occidente. Foto Wikipedia

El punto de inflexión del programa brasileño llegó con la entrada en funcionamiento del módulo terrestre LABGENE, descrito en documentos oficiales de la Marinha do Brasil como la réplica de la planta propulsora del futuro submarino. Allí se prueba el reactor nuclear de agua a presión diseñado por el propio país, una instalación que según un informe del Congressional Research Service (CRS, 2024) sitúa a Brasil “en el umbral tecnológico que permite, por primera vez, validar un prototipo de reactor naval sin asistencia externa”.

La maniobra es estratégica. Según analistas de la RAND citados indirectamente en 2023, el dominio autónomo del combustible y del control térmico es la variable que históricamente determina qué países consiguen avanzar más allá del diseño conceptual. Brasil ha tardado casi cincuenta años en llegar a ese punto. Ese tiempo no responde solo a la complejidad técnica: también a la necesidad de mantener sus compromisos de no proliferación bajo supervisión internacional, un equilibrio poco habitual en programas de este nivel.

¿Qué cambia con el “Álvaro Alberto” frente a los Riachuelo?

Una plataforma nuclear con herencia Scorpène

Parámetro Valor
Eslora estimada ~100 metros según Nuclep
Desplazamiento 6.000 toneladas aproximadas
Propulsión Reactor nuclear de agua a presión (PWR)
Armamento Convencional, sin armamento nuclear

El programa PROSUB, firmado con Francia en 2008, es el origen industrial del proyecto. De ahí proceden los cascos de la clase Riachuelo y gran parte de la transferencia de tecnología que permitió a los ingenieros brasileños dominar estructuras, soldaduras especiales y una cadena logística completa. El salto al “Álvaro Alberto” consiste en aplicar esa base a un buque de mayor eslora, mayor sección cilíndrica y un sistema propulsor que exige aislamiento, refrigeración y estabilidad estructural inéditas en América Latina.

  • Una fuente del Pentágono citada indirectamente en 2022 recuerda que un submarino nuclear genera “un orden de magnitud” más días de patrulla útil que una plataforma diésel-eléctrica, con impacto directo en vigilancia marítima y disuasión.

Ese es el punto clave del programa brasileño. La llamada Amazônia Azul —la zona marítima bajo jurisdicción del país— abarca más de 5 millones de kilómetros cuadrados. En esas aguas confluyen rutas energéticas, pozos petrolíferos y áreas de pesca industrial. Un submarino nuclear permitiría patrullar sin revelar posición y cubrir distancias que hoy obligan a planificar escalas o recargas. Es la pieza que explica por qué el programa sigue siendo prioritario para la Marina incluso en ciclos presupuestarios adversos.

La integración del reactor: el desafío que define el calendario

El LABGENE no es un laboratorio común. Es un banco de pruebas que reproduce tuberías, blindajes, sistemas de control, bombas y generación eléctrica casi idénticos a los que llevaría el submarino. Probar la planta en tierra permite identificar vibraciones, fluctuaciones térmicas o fallos de instrumentación sin poner en riesgo a tripulaciones. Informes técnicos del propio PROSUB señalan que esta fase es la que históricamente más retrasos acumula en todos los países que han intentado desarrollar un submarino nuclear por primera vez.

Brasil ya fabrica las secciones del casco en Itaguaí y dispone del módulo que alojará el reactor. Pero la integración final exige una secuencia de pruebas encadenadas: estabilidad, potencia neta, vibración, compatibilidad electromagnética y blindaje radiológico. Ingenieros consultados por la Marina en 2024 insistieron en que la dificultad no reside solo en el reactor, sino en la interacción del sistema con sensores, baterías de emergencia, contramedidas y la estructura resistente del casco.

Implicaciones militares para el Atlántico sur

  • Según un informe de la OTAN citado indirectamente en 2023, cualquier país que opere un submarino nuclear “modifica el patrón de vigilancia marítima a 1.500 millas a la redonda”, por la simple capacidad de permanencia bajo el agua.

En el Atlántico sur, donde convergen intereses de Europa, África y Sudamérica, esa capacidad introduce un factor de incertidumbre operativa. No se trata de una carrera armamentística, sino de un cambio de densidad tecnológica: un entorno donde un único casco nuclear obliga a reevaluar rutas, ejercicios y áreas de exclusión. Para Brasil es una herramienta de soberanía; para potencias externas, un vector que deben considerar en su planificación naval.

Brasil y el vértice tecnológico que solo seis países han cruzado

Si el programa llega a completarse, Brasil se sumaría al club de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia, India y China: los únicos capaces de operar submarinos nucleares. Esa lista no ha variado en décadas, y ese detalle explica la trascendencia estratégica del “Álvaro Alberto”. El país ha demostrado que puede sostener un desarrollo industrial complejo, cumplir con organismos internacionales y mantener un programa nuclear naval sin derivadas armamentísticas. El gran interrogante es financiero: la vida útil de un submarino nuclear exige una cadena logística que debe operar sin interrupciones durante treinta o cuarenta años.

Para la Marina, el proyecto es más que un hito: es el instrumento que permitirá a Brasil consolidarse como actor de referencia en el Atlántico sur. Que lo consiga dependerá de su capacidad para integrar el reactor, cerrar el casco y mantener estable el flujo presupuestario. Pero el mapa ya ha cambiado: con el LABGENE activo y el casco en producción, el “Álvaro Alberto” ha pasado de ser una aspiración histórica a un programa con piezas reales, medibles y supervisadas.

Fuente:
Confidencial Digital. (19:11:2025). Brasil acelera su submarino nuclear: el dato oculto del reactor naval - Confidencial Digital. elconfidencialdigital.com. https://www.elconfidencialdigital.com/geopolitica/articulo/armamento/brasil-acelera-submarino-nuclear-dato-oculto-reactor-naval/20251119120411002173.html