Los aviones de la patrulla marítima Lockheed P-3C Orion, que parten de la base noruega de la isla de Andøya en el archipiélago de Vesterålen, han estado siguiendo de cerca los movimientos de no menos de diez submarinos rusos
Los aviones de la patrulla marítima Lockheed P-3C Orion, que parten de la base noruega de la isla de Andøya en el archipiélago de Vesterålen, han estado siguiendo de cerca los movimientos de no menos de diez submarinos rusos. De esos submarinos ocho son SSN, que son submarinos de ataque de propulsión nuclear, que han partido desde sus bases en la península de Kola para hacer ejercicios en el Atlántico Norte por unos 60 días.
Esta noticia se dio el 29 de octubre pasado en el medio de la radiodifusión pública de Noruega NRK. La información afirma, citando a fuentes de la inteligencia militar noruega,que “El objetivo es demostrar que Rusia puede defender sus bases y amenazar la costa este de Estados Unidos”. Según amplía la noticia, los submarinos que participan del ejercicio, y que pertenecen a la Flota del Norte de Rusia, habrían partido desde sus bases en el óblast de Múrmansk en inmersión saliendo a aguas neutrales de los mares de Barents y de Noruega. Desde allí habrían navegado hacia el Atlántico Norte tratando de no ser descubiertos. Es la operación submarina rusa de más calado desde la Guerra Fría.
Lockheed P-3C Orion
Tal y como reporta NRK, se conoce por parte de la inteligencia noruega la posición de varios submarinos rusos: dos SSN submarinos de ataque de propulsión nuclear se ubicarían al oeste de la isla de Bjørnøya (o Isla del Oso); otros dos submarinos de ataque ocuparían posiciones al sur y al este de la isla de Bjørnøya, para vigilar la entrada al Mar de Barents, que está más hacia el este. Otros dos SSN submarinos de ataque de propulsión nuclear de la clase Sierra II[1] estarían haciendo una serie de ejercicios en el norte del Mar de Noruega encaminados a testar las capacidades para la navegación en aguas profundas y probar armas nuevas. HI Stutton recogía el 26 de octubre la actividad de los submarinos de la clase Sierra II y estimaba que quizás las nuevas armas de las que se han hablado sean mejoras para lanzar misiles de crucero del tipo 3M-54 Kalibr o Calibre (designación OTAN: SS-N-27 Sizzler o Incinerador), cuyo equivalente podría situarse en el Tomahawk usado por la U.S. Navy y la Royal Navy. Esta información se hallaría en la noticia de actualización de los submarinos, donde se informa literalmente en el medio Взгляд (Vzglyad) el 5 de marzo de 2013: “Según datos preliminares, los submarinos de titanio [el B-534 Nizhni Nóvgorod y el K-336 Pskov] recibirán nuevas estaciones de sónar, información de combate y sistemas de control, radares con una estación de inteligencia de radio y un sistema de navegación basado en GLONASS / GPS. Además, los sistemas de armamento se cambiarán en los navíos y se les preparará para disparar misiles de crucero del tipo Kalibr (Club-S).”[2]
No sólo eso, se esperaba que el submarino nuclear portamisiles estratégico, de cuarta generación, Príncipe Vladímir[3] hiciera a finales de octubre una prueba de fuego del misil balístico intercontinental para submarinos (SLBM), el R-30 Bulavá o “Maza” (designación OTAN SS-NX-30) en aguas del Atlántico Norte, aunque finalmente lo hizo en el Mar Blanco.
Lo cierto es que varios medios rusos, incluido The Barents Observer, anunciaban el 26 de octubre que los dos submarinos clase Sierra II harían ejercicios para probar nuevas armas y navegación a gran profundidad en el Mar de Noruega. Lo irónico es que el periódico ruso recoge el encuentro el día 25 de octubre entre el Almirante noruego Haakon Bruun-Hanssen, Jefe de la Defensa de Noruega desde 2013, y el Vicealmirante Aleksander Moiseyev, Comandante de la flota nuclear con base en la península de Kola, dentro de los actos que conmemoraban el 75 aniversario de la liberación de Kirkenes por parte del Ejército Rojo.
Submarino ruso Yasen-M
A ello se añadiría que el 23 de abril de este año el submarino K-329 Belgorod fue botado. Este submarino corresponde al proyecto 09852, cuenta con tripulación perteneciente a la Armada y estará bajo el mando del GUGI[4]. Se trata de otro activo de gran valor para la 29ª Brigada de Submarinos de la Flota del Norte, que en los últimos años ha ido ganando peso para la proyección rusa en el Ártico y que proporcionan a la Federación Rusa un perfil diferenciado, que recoge ya una tradición y experiencia de la época soviética. Estamos ante la primera plataforma multipropósito con capacidad para operar a grandes profundidades. Está equipado con cuatro tubos lanzatorpedos convencionales de 533 mm y dos tubos lanzatorpedos de 650 mm. Contará con un vector de ataque estratégico, el Status-6/Kanyon en designación OTAN/Poseidón[5], en número de seis con capacidad para atacar el perfil costero de un enemigo y con capacidad intercontinental. Ante el secretismo propio de este tipo de proyectos, se especula por las imágenes obtenidas que contaría con un sistema de revolver giratorio ubicado en la proa y que habilitaría al Belgorod para lanzar hasta seis Poseidón. Además, contará con una capacidad para operar entre los 500 y los 520 metros de profundidad, siendo capaz de coordinarse con la plataforma para grandes profundidades Losharik y así realizar trabajos de instalación de reactores nucleares modulares en el fondo marino que han de servir para proveer energía eléctrica a sistemas de instalación fija. Está capacitado para actuar como buque de mando para supervisar los mencionados sistemas fijos en el fondo marino en la región del Ártico. Contará con la capacidad de ser usado como nodriza de los UUV Klavesin-2P-PM, que pueden descender hasta los 6.000 metros de profundidad para cumplir con diferentes cometidos[6]. Presenta una modificación respecto a los SSGN Oscar II (designación OTAN) de los que es una evolución y que tiene que ver con el sistema de propulsión. Tal modificación podría significar que su firma acústica se podría ver notablemente reducida o producir una alteración que debería complicar su detección. El Belgorod estará en fase de pruebas durante el 2020 y se estima que estará en servicio y con una serie de capacidades y prestaciones aún desconocidas para 2021, aproximadamente.
Tal y como recoge el Daily Mail, otras fuerzas navales, entre otras la Royal Navy, están desarrollando su propia flota de vehículos submarinos no tripulados, pero no se espera que entren en servicio hasta dentro de ocho años, de acuerdo con lo que informan sus fuentes.
Otro aspecto relevante de la acción llevada por los submarinos rusos es que podrían situarse en la brecha GIUK[7] y las aguas ante Noruega en una posición defensiva y evitar con ello que submarinos norteamericanos entre otras unidades de carácter en una operación de carácter conjunto-combinado empujando hacia el norte. Con ello, las posiciones estratégicas de diferente tipo en el Mar de Barents se defenderían mejor desde una perspectiva rusa[8].
GIUK area
La actividad en la zona es una constante cada vez más recurrente a lo largo de la zona GIUK y hacia el Ártico. Por ejemplo, la U.S. Navy ha aumentado su actividad desde la restauración de la base en Keflavik (Islandia) jugando la baza de los Boeing P-8 Poseidon, avión pensado para realizar misiones de guerra antisubmarina, inteligencia electrónica (ELINT) e interceptar navíos. Centrándonos en el aspecto OTAN y el Ártico, Estados Unidos, Reino Unido (Royal Navy) y la Real Fuerza Aérea Noruega[9], operan u operarán en breve con este avión, que está pensado para realizar operación con el UAV (vehículo aéreo no tripulado) Northrop Grumman MQ-4C Triton, que opera en funciones de vigilancia marítima continua dentro del programa para la U.S. Navy de zona de vigilancia marítima amplia (BAMS). Más aún, los Boeing B-52 Stratofortress[10] de la U.S. Air Force pertenecientes a la 2ª Ala de bombarderos de la base de Barksdale (base de la RAF que Reino Unido comparte con la Fuerza Aérea de Estados Unidos) vuelven a operar sobre la vertical del Mar de Barents en el Círculo Polar Ártico, realizando pruebas de “entrenamiento de integración e interoperabilidad con la Fuerza Aérea Noruega, además de entrenamiento marítimo con los Boeing P-8 Poseidon de la U.S. Navy asignados a la Fuerza de Tarea de Combate (CTF) 67 que operan en la región”. Estas medidas han venido después de la reactivación de la Segunda Flota en mayo de 2018. En este contexto, el ejercicio Trident Juncture 2018 por parte de la OTAN reunió a alrededor de 50.000 hombres de los 29 países, además de Finlandia y Suecia, participaron 150 aviones y 10.000 vehículos.
Por su parte, Rusia también ha realizado ejercicios, como el que se puede leer en esta noticia de The Barents Observer del 6 de agosto de 2019, o el despliegue de los sistemas de defensa aérea S-400 para aumentar de una manera sensible y significativa el espacio aéreo del Ártico, o bien mostrando poder aéreo en la zona. Por otra parte, Rusia contestó el Trident Juncture 2018 con pruebas de sus misiles; y, adicionalmente el pasado 5 de agosto, Gerard O’Dwyer reflexionaba al respecto en Defense News acerca de la militarización de la península de Kola. A ello cabría sumar los ejercicios de carácter estratégico realizados a finales de agosto de este año llamados Tsentr-2019.
Un soldado ruso vigila un sistema móvil de defensa aérea en la isla de Kotelny, entre el mar de Laptev y el mar de Siberia oriental
Ante esta cuestión se impone una doble reflexión: ¿Cuál es la situación real de la OTAN en las dimensiones aérea y marítima en la zona? ¿Estamos ante un comportamiento anómalo por parte de Rusia, tal y como afirma Noruega, por ejemplo?
Para concluir el artículo empezaré por responder a la segunda pregunta. Es decir, ¿estamos ante un comportamiento anómalo por parte de Rusia? Para el director de estudios rusos del Instituto Fridtjof Nansen en Oslo, el historiador noruego, Lars Rowe, se trataría de una posición de normalidad para Rusia, que cree que el nivel de modernización de las fuerzas rusas en el Norte es algo normal y que seguiría una trayectoria que dio sus primeros pasos en la era soviética, cuya reconstrucción viene de hace unos 15 años atrás. Incluso afirmaba que creía en que era el interés de Rusia el buscar una cooperación razonable en el marco del Ártico. Sus razones y análisis se pueden comprobar Artic Today.
Pasando a la primera pregunta, ¿cuál es la situación real de la OTAN en las dimensiones aérea y marítima en la zona? Para responder la pregunta, aunque sea de una forma breve, se requiere un somero repaso al papel del Atlántico en la OTAN. Para Estados Unidos su control es fundamental, superando las comunicaciones de inteligencia, telecomunicaciones (cables submarinos de telefonía e internet) … garantizar su dominio implica garantizar trasladar recursos hacia Europa para enfrentar cualquier escenario en Europa[11]. La URSS comprende este punto a la perfección, razón por la cual centra su estrategia naval en desarrollar la fuerza submarina y que completan al esfuerzo aéreo, naval y terrestre.
Efectivamente, la relación con la estrategia naval y marítima por parte de la OTAN es fundamental, y prueba de ello es el establecimiento del SACLANT[12] o Comandante Supremo Aliado Atlántico, uno de los dos comandantes supremos de la OTAN junto al SACEUR (Comandante Supremo Aliado en Europa), que ejerce las funciones de comandante del Mando Aliado de Operaciones (ACO), además de jefe del cuartel general del ACO y el Cuartel General Supremo de las Potencias Aliadas en Europa (SHAPE), tiene su sede en Casteau (Bélgica)[13]. El paso por la cumbre de Praga y la mencionada transformación en el Mando Aliado de Transformación hace que surja la pregunta de si se descuidó la dimensión marítima en la estrategia OTAN y en sus miembros. Tras la Guerra Fría y con el desmantelamiento de la armada rusa parecía que la importancia del Atlántico se volvía más relativa en términos de estrategia, aunque estuviera patente en otros aspectos, como la ampliación de socios de la Alianza. Pero prevalecía la lógica de realizar operaciones que podríamos llamar expedicionarias y afectando a todas las dimensiones (mar-tierra-aire). Prueba de ello estaría en la base aérea de Keflavik (Islandia), que perdió su fundamental posición estratégica no utilizándose desde 2002 y devolviéndose a Islandia formalmente en 2006… para reactivarla en 2018, tal y como hemos visto.
¿El motivo? La vuelta del poder ruso[14] y el calentamiento del Ártico que ha llevado a considerar ese territorio como estratégico por varios jugadores globales. Pero también el hecho de desplegar unidades, como hemos podido ver, en el Mar Báltico y la zona GIUK, que vuelve a contar con la importancia que había relativamente perdido… pero sin descuidar el escenario del Mar Negro, el Egeo y el Mediterráneo Oriental, lugares que quedan unidos por el Atlántico, a modo de gran conector. En líneas generales se puede afirmar que a medida que la amenaza potencial rusa disminuía las marinas de la OTAN hacían lo propio, centrándose en las ya mencionadas capacidades expedicionarias y bajando el esfuerzo en las armas antibuque supersónicas e hipersónicas. Incluso secciones enteras se han abandonado y que ha obligado a Reino Unido a adquirir los P-8 ya mencionados cuando se retiraron los Nimrods. Otro ejemplo sería Dinamarca, que resulta fundamental para controlar los estratégicos estrechos de Kattegat y Skagerrak y que ha ido abandonando su capacidad de hacer la guerra con el arma submarina en beneficio de las fragatas. No obstante, el conocimiento operativo se mantiene a un nivel óptimo debido a la navegación a larga distancia propia de la proyección del poder del mar sobre la tierra en campañas expedicionarias de estos años, además de mantener capacidades de producción de submarinos y otras naves con una buena base industrial y tecnológica, aunque quizás sí dispersa. A nivel orgánico hay que recordar que la OTAN sigue teniendo en mente la importancia del factor marítimo, pues cuenta con un Comando Marítimo Aliado (AMC).
Prueba de la necesidad de mantener el liderazgo y la ventaja tecnológica y numérica sobre los competidores y en clave de la estructura OTAN, el general Joseph Dunford, en su cargo al frente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos llamó la atención respecto a estas necesidades en el marco de la OTAN.
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[1] La clase rusa Sierra II, según designación OTAN, de submarinos de ataque de propulsión nuclear presenta la particularidad de que el casco está hecho de aleación de titanio y, por consiguiente, es capaz de resistir presiones propias de grandes profundidades mucho mejor que sus homólogos fabricados de acero, y además a diferencia del acero el titanio no está sujeto a la corrosión. El Mar de Noruega presenta varios puntos con profundidades superiores a los 2.000 metros, mientras que el Mar de Barents presenta una profundidad media de 200 metros. En concreto, se trataría de la primera y de la última unidad fabricadas dentro del proyecto 945A clase Kondor de submarinos multi-propósito o submarinos de ataque de propulsión nuclear rusos, el B-534 Nizhni Nóvgorod y el K-336 Pskov, respectivamente, que se hallan en la Flota del Norte dentro del 11º Escuadrón Submarino “Zaozersk”, Séptima División Submarina “Vidyaevo”. Están diseñados para rastrear submarinos estratégicos y grupos de ataque de portaaviones, enfrentarse a ellos y destruirlos. Pueden desplazar 9.100 toneladas sumergidos y navegar a 32 nudos en inmersión (59,3 km/h). Cuentan con 6 tubos de torpedo de 530 mm., además de capacidad para portar SS-N-21 Sampson designación OTAN, o RK-55, misil crucero versión S-10 “Granate” para lanzamiento desde submarinos tubos lanzatorpedos que porta ojivas convencionales de alta potencia; SS-N-15 Starfish designación OTAN, RPK-2 Vyuga o Nevasca, como arma antisubmarina: denominada 81RA, que usa torpedo tipo 82R o carga de profundidad nuclear 90R y cuenta con un alcance de 37 km máximo; SS-N-16 Stallion designación OTAN, denominada RPK-6 Vodopad, que puede usar carga convencional o nuclear, en concreto la 86r, con un torpedo UMGT-1 (Type 40, para Occidente) como ojiva y con alcance 50 km; la 88R, con carga nuclear con alcance de 55 km y 10-20 kilotones; configuración de minado: 42 minas instaladas en lugar de torpedos. En total puede transportar hasta 40 torpedos pesado o una carga mixta de torpedos y misiles.
[2] “Según datos preliminares, los submarinos de titanio recibirán nuevas estaciones de sonar, información de combate y sistemas de control, radares con una estación de inteligencia de radio y un sistema de navegación basado en GLONASS / GPS. Además, los sistemas de armamento se cambiarán en los barcos y se les enseñará a disparar misiles de crucero desde el complejo Calibre (Club-S)”. FUENTE: https://vz.ru/news/2013/3/5/623047.html
[3] El cuarto salido de los astilleros rusos de su clase, la 955 Borey, y el primero modernizado de la clase Borey A. Será destinado a la Flota del Pacífico.
[4] GUGI corresponde a las siglas en ruso para Directorio Principal de Investigación a Grandes Profundidades del Ministerio de Defensa, y estaría íntimamente vinculado a los servicios de inteligencia militar (GRU), y en alguna medida de menor consideración, al FSB y SVR.
[5] Los drones submarinos estratégicos Poseidón son el resultado del esfuerzo en I+D que representa el programa Status-6, de los que el Belgorod podría llevar seis. El Poseidón fue anunciado por el presidente de la Federación Rusa, Vladímir Putin, en el contexto del discurso sobre el Estado de la Nación ante la Asamblea Federal el 1 de marzo de 2018. Se trata de drones navales teledirigidos, con capacidad para moverse a grandes profundidades y abarcando distancias intercontinentales, a velocidades que superan la de un submarino con propulsión convencional (submarino diésel eléctrico) y también a los que cuentan con propulsión nuclear. Están armados con torpedos más avanzados, pudiendo armarse con armas nucleares o convencionales. Su alcance en operación es ilimitado y su profundidad de trabajo superan los 1.000 metros. La carga nuclear de un Poseidón se estima que permite transportar una ojiva nuclear con capacidades de hasta 2 megatones. Según los expertos del Pentágono, el objetivo principal de dicha arma es la de destruir los submarinos nucleares estratégicos de Estados Unidos, además de sus bases,
VER: http://www.hisutton.com/ , https://www.washingtontimes.com/
VER: http://www.hisutton.com/ , https://www.washingtontimes.com/
[6] El Belgorod contará con ocho vehículos submarinos no tripulados y que están equipados con reactores nucleares, que proporcionan la capacidad de recorrer kilómetros bajo la superficie del mar para llevar a cabo misiones como cartografiar el fondo marino, sabotaje de cables submarinos (eléctricos o de Internet) e infraestructuras petrolíferas. Como se recoge en el artículo de The Times correspondiente a la nota a pie de página 17, Chris Parry, contraalmirante retirado que trabaja como analista estratégico, informa que la presencia de estos drones "provocará que el espacio subacuático sea menos opaco: los submarinos ya no podrán aprovecharlo como un entorno de sigilo".
[7] Acrónimo en inglés que corresponde a Groenlandia, Islandia y Reino Unido.
[8] Para comprender cómo piensan los rusos y qué temen en concreto, se podría poner como ejemplo los ejercicios ICEX o Ice Exercise, que se celebran con carácter bianual desde 2007. El último ejercicio, ICEX 2018, supuso la entrada de tres submarinos nucleares del hielo en el Mar de Beaufort. En concreto, desplegaron en la estación ártica Skate los submarinos norteamericanos USS Hartford (SSN-768) y el USS Connecticut (SSN-22), y el británico HMS Trenchant (S91). El ataque mediante Tomahawks podría alcanzar estructuras estratégicas rusas.
[9] La visión de Noruega respecto a Rusia en la competencia por el Ártico, a la que conciben no ya como un rival, más bien como un agresor, viene dada en noticias de este estilo:
https://www.newsinenglish.no/2019/10/09/defense-chief-calls-for-major-build-up/
[10] Bombardero estratégico subsónico de largo alcance que es propulsado por motores de reacción. Ya en 1982 esta pieza de la panoplia “ajedrecista” de Estados Unidos y de la OTAN con su duelo con la URSS y el Pacto de Varsovia requirió de una mayor presencia, cosa que se logró mediante la firma de un Memorando de Acuerdo con la Armada, incrementando la USAF su participación en operaciones marítimas. Pero evidentemente, la OTAN contaría con otras posibilidades dentro de esta panoplia. Business Insider propone las siguientes: el avión de combate polivalente de quinta generación, monoplaza y con capacidad furtiva, Lockheed Martin F-35 Lightning II Joint Strike Fighter; el caza polivalente Eurofighter Typhoon; Fragatas; el Boeing AH-64 Apache helicóptero de ataque; el carro de combate Leopard 2A7; y, los portaaviones de propulsión nuclear de la clase Nimitz (VER: https://www.businessinsider.es)
[11] Ejercicios como REFORGER, acrónimo que corresponde a REturn of FORces to GERmany eran un ejemplo claro, pues se trataba de un ejercicio y campaña de carácter anual realizado durante la Guerra Fría, que se extendió de 1969 hasta 1993. Se contemplaba el transporte marítimo, uso de los principales puertos civiles, etcétera, pues se trata de asegurar reemplazos ante una eventual ofensiva absorbida por las fuerzas de la OTAN en suelo europeo.
[12] Activo desde el 30 de enero de 1952 al 19 de junio de 2003 y con sede en Norfolk, Virginia. A partir de la reestructuración de 2003 pasó a llamarse Mando Aliado de Transformación (Allied Command Transformation). Su misión es la de encabezar la transformación militar de las fuerzas y capacidades de la OTAN utilizando ideas como la Fuerza de Respuesta de la OTAN y doctrinas que desde su novedad contribuyan a mejorar la eficacia militar del conjunto de la Alianza. Con la reincorporación a la Estructura de Mando Militar de la OTAN de Francia a mediados de 2009 el comandante supremo aliado de Transformación (SACT, Supreme Commander Transformation) fue un oficial francés. Puede consultarse la web: https://www.act.nato.int/
[13] El SACEUR está justo por debajo del presidente del Comité Militar de la OTAN, el mariscal del aire británico Stuart Peach, y siempre ha estado en manos de Estados Unidos. Desempeña, además, la función de comandante del Mando Europeo de Estados Unidos. Actualmente ostenta el cargo el general Tod D. Wolters.
[14] Aunque se halla lejos de los niveles cualitativos y cuantitativos de los años 80 del pasado siglo XX. La planificación naval rusa no se puede decir que esté actualizada, pero sí que su estrategia podríamos decir que se centra en sistemas antibuque como el BrahMos o la versión antibuque del ya mencionado Kalibr (3M-54E1), de largo alcance supersónico e incluso, hipersónico. También la modernización de hasta 23 submarinos y el desarrollo de la clase Yasen
(VER: http://rusnavy.com/)
Autor: Daniel Martín Menjón
Fuente: https://quixoteglobe.com/es/el-artico-y-la-guerra-submarina/
Agradecemos al Sr. Nuño Rodríguez Fundador y Director de quixoteglobe.com por autorizarnos esta reproducción.
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