Estamos reunidos en esta Plaza de Armas, que lleva el nombre de Submarino A.R.A. “SANTA FE”, para festejar un significativo aniversario. La ...
Estamos reunidos en esta Plaza de Armas, que lleva el nombre de Submarino A.R.A. “SANTA FE”, para festejar un significativo aniversario. La Fuerza de Submarinos de la Armada Argentina, cumple hoy 75 años.
Pero no es un hecho aislado, sino la consecuencia de una visión estratégica de hombres que, perteneciendo a las filas conductoras del Estado Nacional, a principios del siglo pasado, entendieron que esta Nación debía de estar a la misma altura de sus vecinos regionales.
Buceando en la historia, la seducción que las profundidades han ejercido sobre el ser humano se remonta mucho mas allá de las épocas modernas.
Visionarios como Alejandro Magno, en el decir de Aristóteles, ya proponían formas de hurgar en las oscuras profundidades del océano, intentando develar sus misterios, sus secretos.
Pero no es un hecho aislado, sino la consecuencia de una visión estratégica de hombres que, perteneciendo a las filas conductoras del Estado Nacional, a principios del siglo pasado, entendieron que esta Nación debía de estar a la misma altura de sus vecinos regionales.
Buceando en la historia, la seducción que las profundidades han ejercido sobre el ser humano se remonta mucho mas allá de las épocas modernas.
Visionarios como Alejandro Magno, en el decir de Aristóteles, ya proponían formas de hurgar en las oscuras profundidades del océano, intentando develar sus misterios, sus secretos.Conforme el paso del tiempo y los avances de la humanidad, la técnica fue hallando respuestas como la del inventor americano David Bushnel y su ingeniosa tortuga, diseñada y construida en 1776, propulsada por su único tripulante que llevaba adherida a su exterior una carga de 150 libras de pólvora negra.La historia criolla no ha sido ajena al desarrollo de armas submarinas. Ya en 1811, el visionario comerciante norteamericano SAMUEL WILLIAM TABER, pone a consideración del primer gobierno patrio la utilización defensiva de un artefacto submarino tripulado. Aceptada su oferta, la junta nombra a Cornelio SAAVEDRA y al Coronel AZCUENAGA para estudiar el proyecto.
En 1891 JORGE BOLTHAUSER y en 1982 TEBALDO RICALDONI, suman sus inventivas a través de propuestas avanzadas, de artefactos navales que, amparados en el anonimato de las profundidades, tenían capacidad de ataque desde debajo del agua.
Para comienzos del siglo pasado, el afianzamiento geopolítico de los países regionales, condujo a sus líderes a la elección de un arma moderna que explotando la capacidad de mantenerse indetectada, efectuaba sus ataques por debajo de la superficie. Perú, Brasil y Chile se orientaron en esa dirección.
Fue en 1926 cuando el entonces Ministro de Marina Almirante Domecq Garcia, propone al presidente Alvear la renovación tecnológica de las unidades navales en servicio con la incorporación de Sumergibles a la entonces Fuerza Naval Argentina. La Ley de Renovación del Material Naval, en su concepción incluyó además, la construcción de un nuevo punto de apoyo sobre la costa atlántica, como apostadero de este nuevo componente, en tierras del estado nacional, aledañas al Puerto de Mar del Plata.
Esto implicó asimismo un cambio en la concepción estratégica de ese entonces pues, de tener concentrados los medios navales en el Puerto Militar, hoy Base Naval de Puerto Belgrano, corazón de la Marina de la época, se materializa otra segunda base que actuaría como apostadero y punto de apoyo de los futuros submarinos a incorporarse, naciendo así en 1926, la Base Naval Mar del Plata.
La Primera Generación de submarinos que se integró al servicio del país, fueron construidos en Taranto, Italia, a partir de 1927. El S-1 “SANTA FE”, S-2 “SANTIAGO DEL ESTERO” y S-3 “SALTA”, colocaron en esa época, a nuestro país, a la vanguardia tecnológica de la región.
La Republica Argentina los recibió en el Puerto de Buenos Aires el 7 de abril de 1933, luego que los sumergibles recorrieran 7000 Millas durante 40 días de navegación, toda una hazaña naval para la época y para este tipo de barcos.
La ciudad de Mar del Plata los vio arribar a sus costas el 3 de septiembre, acompañados por el veterano guardacostas “BELGRANO”, buque de apoyo operativo, cuyas cubiertas cobijaron los primeros alojamientos al recientemente formado GRUPO DE SUMERGIBLES. Fueron esas mismas cubiertas además, las que se usaron para dictar los primeros cursos de formación del personal submarinistas de la Armada Argentina, hecho conocido como el primer paso en el largo y complejo camino que hoy reconoce en su meta a la ESCUELA DE SUBMARINOS Y BUCEO.
El desafío profesional que impuso la operación de estos medios y el desarrollo de tácticas para su oposición condujeron a la adquisición de las primeras Corbetas antisubmarinas y a la creación del Centro de Instrucción y Adiestramiento en Guerra Antisubmarina que viera la luz en el año 1951, en el entonces Apostadero de Submarinos de Mar del Plata.
El paso del tiempo, las millas navegadas y las horas de inmersión, consumieron la vida útil de las fieles naves que se prolongaron en el servicio activo hasta que en 1960, el A.R.A.”SALTA”, fue pasado a condición de reserva.
Como consecuencia de los acuerdos vigentes entre gobiernos de la época, el 11 de Agosto de ese mismo año, son transferidos a la Armada Argentina dos submarinos clase FLEET-BALAO que reciben los nombres de A.R.A.”SANTA FE” (S-11) y A.R.A.”SANTIAGO DEL ESTERO”(S-12), los cuales zarparon de San Francisco el 23 de Septiembre para arribar a las costas marplatenses, via Canal de Panamá, 40 días mas tarde.
En 1971 se incorporan al servicio activo en su reemplazo, a la tercera generación de submarinos, constituida por las unidades denominadas tambien A.R.A.”SANTA FE” (S-21) y A.R.A.”SANTIAGO DEL ESTERO” (S-22). Estas unidades del proyecto G.U.P.P.Y., equipadas con Snorkel, representan otro importante salto tecnológico pues les permitía permanecer mayores períodos de tiempo operando debajo de la superficie.
Su servicio activo en nuestra Marina se extendió hasta 1982, cuando, el submarino A.R.A.”SANTA FE”, siendo el último de su generación en servicio, se pierde definitivamente en las acciones bélicas del Atlántico Sur y encuentra su final en las islas Georgias del Sur. En sus entrañas, pierde la vida el Suboficial Primero Maquinista Felix Oscar ARTUSO cuyo restos inhumados en las islas son los mudos custodios de la soberanía implícita de lo que por derecho, le corresponde a la Argentina. Esta unidad, como consecuencia de su accionar fue merecedora de la condecoración OPERACIONES DE COMBATE y guarda el descanso eterno de su férrea alma a 160 mts de profundidad en las heladas aguas del sur.
Los visionarios de la época conciben en 1969 un nuevo paso cualitativo en el componente submarino de la Nación y eligen la novel Clase 209 como integrantes de la Cuarta Generación de submarinos argentinos. Sus características de submarino oceánico de gran autonomía, con torpedos filoguiados y avanzada tecnología en sus sensores, brindó al país un nuevo salto cualitativo que lo distinguió de sus vecinos territoriales.
Estos submarinos, diseñados y construidos por secciones en una Alemania respetuosa de las limitaciones impuestas por las potencias vencedoras de la segunda guerra mundial en cuanto a su capacidad industrial, fueron ensamblados en nuestro país, con mano de obra argentina y supervisión germana, en lo que en 1972 era TANDANOR, planta norte.
El A.R.A.”SANTA” (S-31) y A.R.A.”SAN LUIS” (S-32) probaron holgadamente su calidad luego de ser sometidos a sendos períodos de navegación ininterrumpida y sin apoyo cuando, en 1975 se planifica y ejecuta una campaña de 50 días de operación continua, donde merced al profesionalismo y espíritu de cuerpo de sus dotaciones, se cumplieron mas de 1200 horas de inmersión materializando así la extrema exigencia al material y al personal abordo.
Su valor como unidades de combate quedo demostrado un vez mas por su participación en el conflicto del Atlántico Sur como consecuencia del cual, el Submarino A.R.A.”SAN LUIS”, recibió la condecoración “HONOR AL VALOR EN COMBATE”, habiendo cumplido 40 días de patrulla de combate y más de 800 horas de inmersión.
Si bien este honrado submarino fue desafectado del servicio activo en 1997, su gemelo y primero de la clase, el A.R.A.”SALTA” luego de distintas etapas de actualización y renovación de sistemas, continúa hoy portando orgulloso el pabellón nacional, con más de 35 años de navegación por las profundidades del mar argentino.
La misma visión de futuro que orientó la elección de los submarinos Clase 209, se hizo presente cuando a partir de 1977 se establecen las pautas para la construcción en Alemania de los primeros submarinos TR-1700, unidades que pasarían a integrar la Quinta Generación de Submarinos de la Armada Argentina.
Luego de mas de cuatro años de construcción y pruebas, se entregan a partir de 1984 los Submarinos A.R.A.”SANTA CRUZ” (S-41) y A.R.A.”SAN JUAN” (S-42) constituyendo su arribo a Mar del Plata otro salto cualitativo en el Arma Submarina regional.
Pero el proyecto general era más complejo y de mayor alcance. En terrenos que pertenecen al Estado Nacional en la zona de la Costanera Sur de la ciudad de Buenos Aires, se construyeron las instalaciones del ASTILLERO MINISTRO DE MARINA ALMIRANTE DOMECQ GARCIA, bautizado con el nombre de aquel visionario que en 1926, concibió la materialización del Arma Submarina en nuestro país. Dichas instalaciones, a la altura de las mejores del mundo en ese momento, implicaron la transferencia de tecnología de punta para la construcción, mantenimiento y reparación de este tipo de unidades.
En sus naves se efectuó la reparación de media vida del submarino A.R.A.”SALTA” y cobijan actualmente al Submarino A.R.A.’SAN JUAN”, en similar tarea.
Toda persona que haya visitado una unidad submarina se ha hecho la misma pregunta: Como es la vida a bordo, dentro de un espacio confinado, de increíble complejidad técnica y pocas comodidades?. Como hacen sus tripulantes para sobrevivir por largos períodos de tiempo sin apoyo exterior y con limitada información?. Que caracteriza a la vida a bordo donde la rutina sistemática rige los horarios de sus tripulantes?.
Los principales factores comunes que hermanan a los submarinistas del mundo son el espíritu de sacrificio, la dedicación a su trabajo y la confianza mutua que se desarrolla por la interdependencia de funciones.
Confinados en estrechos compartimientos y sumergidos en un medio adverso, su formación profesional está caracterizada por la preparación en la gestión del riesgo que implica el desafiar a los elementos de la naturaleza como la presión del fondo de los mares.
Para la conducción táctica de las unidades submarinas, se forma a sus hombres con la capacidad de tomar decisiones con poca información, en ambientes de incertidumbre y en la soledad de su comando, con prescindencia del contacto con su comando superior y como único marco orientativo la misión impuesta.
Todos ellos aceptan con altura los desafíos que impone el servicio a bordo, actuando con honor, entrega y sacrificio para la defensa de la patria desde las profundidades del mar.
Pero no están solos en esto que parece denodado esfuerzo. La infraestructura de apoyo sobre la que descansan las unidades está materializada por la Base Naval Mar del Plata que desde 1926 fue concebida como punto de apoyo para las unidades submarinas y por el Arsenal Naval Mar del Plata que desde 1978 se encarga de los mantenimientos de envergadura en nuestras unidades.
Su personal técnico, civil y militar, conforman una amalgama de experiencia y conocimientos que ha ido actualizándose a lo largo del tiempo, de manera de hacer frente con idoneidad a los cambios de la tecnología y sus desafíos implícitos.
Civiles y militares en mancomunado esfuerzo, hacen gala desde hace años de su entrega al servicio y espíritu de cuerpo, trabajando hombro con hombro en la solución técnica del mantenimiento de los complejos sistemas de a bordo.
La Guerra Submarina ha constituido a lo largo de su historia, un furtivo juego del gato y el ratón que tuvo su máximo esplendor durante la guerra fría, cuando la bipolaridad mundial, traslado su enfrentamiento a las azules profundidades del mar.
La caída del muro de Berlín no solamente constituyó el punto final de esta época, sino además el punto inicial de un camino donde la comunidad internacional se aunó por razones humanitarias en sus esfuerzos para el apoyo a los hombres de mar que, como tripulantes de un submarino siniestrado, se encuentren atrapados en los cilindros de acero.
El Grupo de Trabajo de Escape y Rescate de Submarinos, SMERWG por su siglas en ingles, reune y coordina desde 1997 los distintos medios y esfuerzos de apoyo de la comunidad internacional al servicio de una dotación siniestrada. Nuestro país interviene desde 1998 en sus reuniones anuales. Es este un claro ejemplo de cómo, anteriores oponentes, se sientan hoy a la misma mesa e intercambian experiencias en pos de un bien común que acerca a la comunidad internacional.
Quiero dedicar además un párrafo particular a la presencia de colegas y amigos de las armadas que participan junto con nosotros de esta celebración. Representantes de las Armadas de Alemania, Brasil, Chile, Estados Unidos, Perú, Sudáfrica, Uruguay y Venezuela están junto a nosotros en esta ceremonia que recuerda las bodas de brillantes que el Arma Submarina de la Armada Argentina cumple con la Nación.
Hoy, a 75 años de la creación de la Fuerza de Submarinos, este Comando está integrado por los Submarinos A.R.A.”SALTA”, A.R.A.”SANTA CRUZ”, A.R.A”SAN JUAN” y la AGRUPACIÓN BUZOS TACTICOS, unidad de elite altamente capacitada, creada en 1952 y merecedora de la condecoración ‘HONOR AL VALOR EN COMBATE” por sus acciones durante el conflicto del Atlántico Sur y vinculada a este Comando desde 1992.Esta Fuerza de Submarinos y sus unidades asociadas, desafiando el paso del tiempo, gerenciando la realidad presupuestaria, aceptando los desafíos profesionales y accionando dentro del marco legal vigente, está lista para el cumplimiento integral de nuestro deber como custodios de la soberanía de la Nación, desde las profundidades del mar.
Por último, solo me cabe pedir la protección celestial, representada por nuestra patrona, la Virgen Stella Maris, estrella del mar, para que siga siendo ella la que le indique con su luz, la derrota al navegante y nos proteja piadosa en las tempestades del alma y en los embates de las profundidades del mar.
Discurso Pronunciado por el Comandante de la Fuerza de Submarinos Argentina capitán de navío Ricardo Granschlager en la ceremonia conmemorativa.
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