La Armada Venezolana y La Guerra Submarina

 Las autoridades y el público, que asistían a la revista naval realizada el 24 de junio de 1944 en Puerto Cabello fueron sorprendidos ...

 Las autoridades y el público, que asistían a la revista naval realizada el 24 de junio de 1944 en Puerto Cabello fueron sorprendidos por la aparición de un pequeño sumergible biplaza de construcción artesanal. Era el "Mosquito"(P-1) producto de la iniciativa y el ingenio del teniente de navío Fausto Críspulo Palmieri Cuello, quien lo tripulaba, aunque al poco tiempo, la superioridad ordenó su desmantelamiento por considerarlo inseguro. Y si bien el "Mosquito" no figuró en la lista oficial de buques de la Armada venezolana, es en ese minúsculo sumergible donde ésta encuentra el origen de su Arma Submarina.

LA ARMADA VENEZOLANA Y LA GUERRA SUBMARINA

Desde su génesis republicana Venezuela ha contado siempre con el componente Armada en su estructura militar, pero es con el advenimiento del Siglo XX cuando la fuerza naval venezolana inicia un proceso de consolidación. Sin embargo, durante las primeras cuatro décadas no dejó de ser una Marina costera, conformada, en su mayoría, por embarcaciones artilladas de origen civil, siendo el número de buques de guerra propiamente dichos, no mayor de tres, situación que prevalece hasta finales de los años treinta.

En 1938, arribaron dos cañoneros, ex-minadores italianos de la clase Ostia, el General Urdaneta y General Soublette, que, si bien, constituían un elemento renovador eran incapaces para enfrentar submarinos. Pero, la nueva realidad política, económica y social del país en aquellos años, el surgimiento de Venezuela como potencia petrolera y la globalización de los conflictos que degeneraron en la SGM, obligaron a las Fuerzas Armadas a un replanteamiento de su misión y, en consecuencia, a adaptar sus doctrinas a las modalidades de la guerra moderna. Y, así, en diciembre de 1938 llega una Misión Naval Italiana contratada por el Gobierno venezolano para impartir varios cursos entre los que figuraba el de Torpedos y Armas Submarinas. En enero de 1939, se inició el Curso de Perfeccionamiento para Oficiales de Marina, que entre otras materias incluía la de Armas Submarinas. Una vez involucrados los Estados Unidos en la guerra y suscritos los acuerdos de cooperación mutua, se enviaron numerosos oficiales navales venezolanos a capacitarse en la US Navy.

Durante la SGM Venezuela afrontó en sus aguas la guerra submarina. En la madrugada del 14 de febrero de 1942, el U-502, torpedeó a cinco cisternas que navegaban en el Golfo de Venezuela rumbo a la vecina isla de Aruba, cuya refinería de petróleo y la de Curazao, fueron bombardeadas por el resto de la manada. Eran los comienzos de la Operación Neuland 3. Las anticuadas naves de guerra venezolanas que patrullaban el área se limitaron a rescatar a los náufragos ya que ante la carencia de sistemas de detección y armas, antisubmarinas, estaban inermes frente a los uboote. Esto aceleró el envío de los dos cañoneros clase Ostia a los Estados Unidos donde se les actualizó la artillería y dotó de cargas de profundidad. Luego, en 1944, se adquirieron cuatro patrulleros cazasubmarinos de casco de madera tipo 83 feet del US Coast Guard.

Pero no fue sino hasta la década siguiente cuando la Armada manifestó su intención de crear una Fuerza Submarina. El Plan Naval de adquisiciones comprendía un crucero insignia, escuadrillas de destructores y lanchas cazasubamarinos, transportes y divisiones de submarinos y barreminas. El proyecto original contemplaba, en su primera fase, seis submarinos y, para alojarlos, estaba prevista la construcción de búnkers enclavados en las montañas que circundan la bahía de Turiamo (Estado Aragua), fondeadero natural de la Armada, donde además, se ubicaría la principal base naval de Venezuela.

En 1955 se enviaron dos oficiales a la Submarine School de la US Navy, en New London, Connecticut; sin embargo, es partir de 1958 cuando personal de todas las escalas comenzó a capacitarse como submarinistas, tanto en el mencionado centro naval norteamericano como en la Escuela de Submarinos de la Armada peruana, y, en el caso especifico de algunos oficiales, a embarcarse por largos períodos en submarinos de esos países.