Rescatan con vida a los siete tripulantes rusos

El mini submarino AS-28 logró salir de la emergencia y apareció sobre el agua cuando ya en Rusia era la tarde del domingo

Nave emergió este domingo tras permanecer desde el jueves atrapada a 190 metros de profundidad

En un dramático operativo el batiscafo atrapado fue sacado a la superficie. Tras horas de angustia producidas por una avería en el robot británico que efectuaba el rescate, la Armada rusa informó que los siete ocupantes del AS-28 presentan un estado de salud "satisfactorio" y lograron salir del minisubmarino por sus propios medios.

El minisubmarino ruso AS-28 que permanecía desde el jueves atrapado bajo el Océano Pacífico frente a la costa oriental de Rusia, fue liberado por un sumergible robótico británico y emergió a la superficie con sus siete tripulantes vivos, informó el alto mando de la Marina rusa.

El AS-28 logró salir de la emergencia y apareció sobre el agua cuando ya en Rusia era la tarde del domingo, luego que el robot británico Scorpio pudo cortar los cables que retenían la nave a 190 metros de profundidad. El estado de la tripulación del batiscafo es "satisfactorio", afirmó el almirante Víctor Fiódorov, jefe la flota rusa del Océano Pacífico. Los sobrevivientes del accidente fueron llevados a un buque para ser examinados por los médicos.

"La operación de rescate concluyó con éxito. Agradezco la ayuda a todos y, por supuesto, a los socorristas británicos", subrayó el jefe naval ruso.

El aporte británico fue clave para este éxito, pero además concurrió Estados Unidos, que envió un equipo de salvamento y tres sumergibles, pero estos nunca partieron del puerto de Kamchatka.

Todo esto, luego de que dos barcos rusos pudieran finalmente acercar la nave a la superficie y el sumergible británico cortara con sus tenazas el cable que aprisionaba al ruso, liberando su propulsor, con el fin de que pronto llegara por sí mismo a un lugar seguro.

No obstante, cuando faltaba poco para completar la tarea, el Scorpio sufrió una avería y debió emerger para repararla. Según el mando de la Flota rusa del Pacífico, eso ocurrió cuando ya los cables y mangueras que retenían el batiscafo habían sido cortados y sólo lo retenían en el fondo los restos de una red pesquera. El AS-28 quedó atascado a 190 metros de profundidad en la antena de un sonar de vigilancia costero y, al parecer, en redes de pesca. El comandante Fiodorov, había dicho que los tripulantes tenían oxígeno hasta mañana por la mañana. Paralelamente, si bien la temperatura en el AS-28 era de cinco grados, los integrantes de la nave, encabezados por el comandante Vyacheslav Milashevsky, de sólo 25 años, disponían de ropa y suministros adecuados para resistir hasta entonces.

En una señal de la preocupación del gobierno, el Presidente Vladimir Putin envió a la península de Kamchatka, lugar del accidente, a su ministro de Defensa, Sergei Ivanov, para que supervisara personalmente la operación de rescate.

Paradójicamente, el AS-28 es parte del proyecto Priz para evacuar a las tripulaciones de submarinos hundidos (puede rescatar a 20 hombres en cada trayecto) y fue usado, aunque infructuosamente, para intentar salvar a los 118 marinos del submarino Kursk en agosto de 2000, en la peor tragedia reciente de la Armada rusa.

Aunque ahora las autoridades fueron rápidas en pedir ayuda internacional (una de las mayores críticas en el hundimiento del Kursk fue que solicitaron apoyo cuando ya era demasiado tarde), la información sobre este hundimiento fue confusa, al igual que lo fue cuando ocurrió la tragedia del Kursk. Así, no se sabe cómo Fiodorov, quien dijo que los tripulantes afirmaban estar bien, podía hablar con ellos, dado que él señaló antes que no tenían baterías para su equipo de comunicaciones.

Deterioro de la Armada

Por otro lado, son numerosos los indicios de que la Marina rusa continúa el proceso de deterioro de sus capacidades operativas empezado con los severos recortes presupuestarios de los años 90. Algunos analistas militares sostienen que, al paso actual, la Armada rusa terminará siendo una fuerza de defensa costera sin potencial de proteger los intereses de Rusia lejos de su territorio. Su único portaaviones no está plenamente operativo y se calcula que sólo alrededor de tres de los submarinos de su flota patrullan a régimen normal, debido al alto costo de mantenerlos en el mar. Pese al aumento en el gasto de defensa, la proporción dedicada a la Marina permanece estancada, justo cuando enfrenta los altos costos de deshacerse de antiguos submarinos atómicos que permanecen en los muelles con riesgo de filtración de combustible nuclear.

La dependencia de ayuda extranjera en este último incidente parece subrayar la debilidad de la Armada rusa, dado que ello supone dar acceso a EE.UU., Reino Unido y Japón a zonas militarmente sensibles en Kamchatka. "Esa región está llena de secretos", advirtió el ex comandante en jefe ruso de la Flota del Mar Negro, Eduard Baltin. Fiodorov respondió que no están en riesgo los secretos militares de su país.

LaTercera / Mundo