¿Puede Rescatarse la Royal Navy? Un Llamado a la Acción para la Defensa Marítima del Reino Unido

La Royal Navy enfrenta una crisis profunda: Patrick Benham-Crosswell presenta un análisis sobre el deterioro de la Marina Real británica.

LA ROYAL NAVY existe como fuerza permanente desde la época de Enrique VIII. Algunos remontan su historia a Alfredo el Grande. En cualquier caso, hoy en día está compuesta por los buques de guerra de la ROYAL NAVY, los buques de apoyo logístico de la Royal Fleet Auxiliary, los jets F-35, los helicópteros Merlin y Wildcat de la Fleet Air Arm y los Royal Marines. Además, cuenta con el apoyo de los aviones de patrulla marítima P8 Poseidon de la Royal Air Force. Este artículo se centrará principalmente en los buques.

Los buques de guerra incluyen dos portaaviones, dos buques de asalto, seis destructores antiaéreos Tipo 45, nueve fragatas Tipo 23, ocho patrulleros de altura, siete cazaminas, 18 patrulleras rápidas, cuatro submarinos nucleares lanzamisiles balísticos y seis submarinos nucleares de flota.

Los buques de guerra son máquinas grandes, caras y complejas, muchas de cuyas piezas funcionan con tecnología punta, por lo que requieren mucho mantenimiento. También se someten periódicamente a reformas, en las que se retiran y sustituyen componentes viejos y obsoletos. El mejor ejemplo son los submarinos de misiles balísticos. Mantener uno en el mar requiere cuatro cascos. Un submarino patrulla, se esconde y puede lanzar el Armagedón en cualquier momento. Un segundo submarino está en preparación para sustituir al que está en el mar.  El tercer buque está en mantenimiento posterior a la patrulla y el último está en reparación.  Los políticos parsimoniosos preguntan regularmente si tres submarinos serían suficientes. La respuesta es siempre negativa. Los buques de superficie se enfrentan a ciclos similares.

A medida que los buques envejecen, aumentan las necesidades de mantenimiento, ya que los cascos se oxidan y desgastan. Estas exigencias son especialmente agudas en el caso de las fragatas Tipo 23, de treinta años de antigüedad, que están funcionando mucho, mucho más allá de su vida útil original.  En abril de 2024 sólo quedaban cinco. Sus reemplazos están ahora en construcción.

La primera de las ocho fragatas de tipo 26, HMS Glasgow, ha sido botada y debería entrar en servicio en 2026. La primera de las cinco fragatas de tipo 31 se botará el año próximo y entrará en servicio en 2027. Las Tipo 31 son un 25% más pequeñas que las Tipo 26. También son más baratas. También son más baratas y carecen del sofisticado sonar de remolque de las Tipo 23 y Tipo 26, lo que significa que no pueden cazar submarinos.

El problema de los submarinos de la flota es peor, en gran parte porque un elevador de buques de astillero quedó inoperativo.  Como los (envejecidos) submarinos lanzamisiles tienen prioridad absoluta, gran parte del mantenimiento de los submarinos de flota se ha pospuesto, dejándolos inutilizables. Al menos tres de los cinco submarinos de la clase Astute llevan más de un año sin salir al mar. El elevador de buques está siendo reparado y se están acondicionando diques secos alternativos. Mientras tanto, la defensa submarina del Reino depende del HMS Triumph, botado en 1991. El buque (todos los buques de guerra son «buques») fue sometido en 2022 a una extensa y costosa reforma para prolongar su vida útil.

El HMS Triumph será retirado del servicio el año que viene, momento en el que el HMS Agamemnon debería haber entrado en servicio. El séptimo y último Astute, el HMS Agincourt, está en construcción y se prevé que se incorpore a la flota a finales de 2026. (Esto supondría cuatro años menos de lo que tardó el HMS Agamemnon en pasar de la construcción a la puesta en servicio). O BAE Systems le ha cogido el tranquillo a construirlos o las previsiones son ilusiones). La demanda de submarinos de flota aumenta con la creciente beligerancia rusa y china. Puede que siete no sean suficientes.

Los seis destructores Tipo 45 están en mejor forma. Tres de ellos están disponibles y a los otros tres se les está instalando la solución para su defectuoso sistema de propulsión. Son excelentes derribando aviones y algunos misiles balísticos y ahora tienen capacidad de ataque terrestre además de antibuque.

Tras los conocidos problemas de propulsión, ambos portaaviones se encuentran en el mar.  Su principal limitación es que sólo pueden operar un tipo de avión, el F-35B, que aterriza verticalmente. Pocas otras fuerzas utilizan esta versión del F-35, (el Cuerpo de Marines de Estados Unidos, Italia, Japón y Singapur). El resto de nuestros aliados, incluida la Marina estadounidense, utilizan el F35A o el F35C, este último diseñado para aterrizaje con catapulta y detenido. Los franceses utilizan el Rafael y muchas naciones siguen operando con el F18. El Almirantazgo está estudiando la posibilidad de modificar los portaaviones para permitir operaciones convencionales, tanto para estos tipos de aviones como para los drones. No será barato y plantea la pregunta de por qué no lo hicieron desde el primer día.

Sustituir la (literalmente) desgastada flota de la Armada es un reto, pero el problema realmente preocupante es el reclutamiento y la retención. A principios de este año, dos fragatas Tipo 23 fueron retiradas del servicio porque la Armada no podía tripularlas. Los dos buques de asalto anfibio están «en reserva», es decir, amarrados en el muelle, sin tripulación y sin planes para reclutarla. El número de personas que se incorporan a la formación de la ROYAL NAVY está ahora un 27% por debajo del objetivo. El objetivo de efectivos de la ROYAL NAVY es de 30.540, incluidos los Royal Marines. Faltan unos 1.610, ya que hay más bajas que incorporaciones. El año pasado, el número total de efectivos se redujo en un 4%. 

La gente se alista en la Marina para ir al mar. Dados los actuales problemas de fiabilidad, la Armada tiene muy pocos buques de guerra en el mar. La vida en la ola del océano se ha convertido en vida atada a un muelle. De ahí el hastío, el aburrimiento y las dimisiones. Con las dimisiones aumenta la carga de trabajo para los que se quedan, lo que se traduce en una menor calidad de vida y menos ganas de quedarse. Si a esto le añadimos la perenne insuficiencia de las viviendas de servicio y un entorno económico en el que los reclutadores civiles buscan activamente personal de servicio, tenemos la tormenta de retención perfecta a la que se enfrenta la Marina. La solución tardía es una vivienda decente. La solución rápida es más sueldo o el regreso de la «press gang».

El término "press gang" se refiere a:

Un grupo de hombres que eran reclutados de manera forzada para servir en la marina, especialmente en la Royal Navy británica. Esta leva a menudo implicaba coerción y era similar a una cacería de hombres. Este sistema era utilizado históricamente para llenar las filas de la armada, a menudo sin el consentimiento de los hombres reclutados

El reclutamiento y la retención son aún peores para la Royal Fleet Auxiliary (RFA), de cuyo apoyo logístico depende totalmente la flota de superficie.  Dos de sus cuatro petroleros de la clase Tide están inoperativos (uno en reparación y otro «en reserva» por falta de tripulación), al igual que los dos de la clase Wave. Su único buque de «suministros sólidos» restante también está en «reserva». Está previsto que el primero de los tres sustitutos empiece a fabricarse el año que viene en Harland and Wolff, en Belfast, a pesar de que ese astillero está en administración.

Los pocos buques que tiene la RFA se utilizan a veces para desempeñar funciones que antes habría realizado un buque de guerra. Esto aumenta el desgaste de los mismos a la vez que priva a la flota de superficie de su apoyo. (Un buque de la RFA que sustituye a un buque de guerra no está apoyando al resto de la flota). El grave problema de reclutamiento y retención de la RFA se complica por la insistencia del Tesoro en que los marineros de la RFA son funcionarios, por lo que las negociaciones salariales están fuera del control del Ministerio de Defensa.

Los barcos nuevos y la financiación de las tripulaciones no lo solucionarán todo. La Royal Navy está adquiriendo más funciones, como el despliegue permanente de una fragata en Bahrein y más patrullas previstas en el Pacífico, cortesía del acuerdo AUKUS. (Algunas de ellas están siendo realizadas por los mucho más pequeños y menos capaces Offshore Patrol Vessels. Además de un buque de guerra en el Golfo, la Armada suele desplegar otro en el Caribe, otro en el Mediterráneo y otro en aguas interiores. Al menos una en reparación, otra en mantenimiento y una más en reparación, y eso son las siete fragatas antisubmarinas.

Eso nos deja quizás tres de las cinco Tipo 31 para cubrir el resto del mundo (teniendo en cuenta una en reparación y otra en mantenimiento). A ellos se sumarán tres o cuatro Tipo 45. Sin embargo, un Type 45 estará normalmente en aguas nacionales, otro en el Mediterráneo y otro con el grupo de ataque del portaaviones. Eso deja un montón de océano para que lo cubran cuatro buques de guerra. La conclusión ineludible es que la Armada necesita más fragatas. Desesperadamente.

Tanto la línea de producción del Tipo 26 como la del Tipo 31 siguen abiertas. No será barato; un Tipo 26 cuesta 1.000 millones de libras, el Tipo 35 unos 250 millones, aunque no se necesitará mucho dinero por adelantado, ya que las líneas de producción están llenas. Un pedido así levantaría la moral de inmediato. El Almirantazgo podría argumentar de forma convincente que 600 marineros tripulando tres buques de guerra proporcionan más disuasión y poder blando que los 600 soldados de un batallón de infantería ligera deambulando por la zona de entrenamiento de Sennybridge. La supresión de algunos batallones de infantería ligera proporcionaría fondos para pagar más a las tripulaciones.

No todo es pesimismo. Los buques de guerra británicos están bien diseñados y tienen un mercado de exportación preparado. El Tipo 26 ha sido encargado por Australia y Canadá, y Noruega y Brasil están en conversaciones. Del mismo modo, Polonia e Indonesia han encargado el Tipo 31. Las ventas de exportación mantienen ocupados a los astilleros, proporcionan empleo y generan riqueza, aunque fabricar acero en el Reino Unido sea cada vez más difícil.

El Gobierno y la nación deben tener claro lo que queremos de la Marina. Si queremos mantener la libertad de los mares necesitamos buques de guerra de superficie.  (Los submarinos, al ser invisibles, no pueden disuadir a los piratas somalíes ni interceptar los misiles Houthi). Si queremos enfrentarnos globalmente a las armadas rusa y china necesitamos más submarinos. Si queremos invadir lugares (o reconquistarlos) necesitamos los buques de asalto. Si no tenemos los buques de asalto, ¿para qué tenemos los Royal Marines? ¿Realmente necesitamos portaaviones? ¿Es el F35B la mejor opción para la RAF? ¿Por qué hace falta otra agencia para (no) proteger las costas británicas cuando la Armada tiene 18 patrulleras rápidas, utilizadas sobre todo para entretener a los estudiantes universitarios?

El Sr. Healey se convirtió en Secretario de Estado de Defensa en la sombra en 2020. Tuvo tiempo de sobra para entender en qué se estaba metiendo. Todos sus predecesores tiraron la casa por la ventana, él es el hombre que debe hacer frente a las consecuencias de su negligencia. Sin embargo, permaneció en gran medida mudo mientras Wallace y Shapps presidían la mala gestión del declive.

La defensa sólo se mencionó 12 veces en el manifiesto laborista de 140 páginas, la mayoría de ellas en relación con la construcción de más capas de gestión para «controlar el despilfarro». La actual revisión de la defensa se considera un objetivo, no un paso habilitador. Es hora de que el Sr. Healey golpee la mesa del gabinete y señale que Defensa es lo único que sólo el gobierno puede hacer, y lo único que el gobierno debe hacer. Arreglar el lamentable estado de la Royal Navy no requiere otra revisión de la defensa, sino dinero contante y sonante y determinación política.

Foto principal del HMS Astute navegando por el estuario del Clyde hacia Faslane por WOA(Phot) Ian Arthur/MOD, OGL v1.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=26908256 y paisaje por LA(Phot) J Massey/MOD, OGL v1.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=26908267

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Patrick Benham-Crosswell

Tras una década como oficial del cuerpo de blindados, Patrick Benham-Crosswell trabajó varios años como analista de defensa antes de dedicarse al comercio. Comenta temas de defensa para varias publicaciones y cadenas de televisión, y ha escrito un libro muy bien recibido, «The Dangerous World of Tommy Atkins: How Land Warfare Works» (actualizado en 2022). Su blog es https://viewsfrommycab.substack.com/

Fuente:

Patrick Benham-Crosswell. (2024, October 28). Our proud royal navy needs thrown a lifebelt. Think Scotland. https://thinkscotland.org/2024/10/the-royal-navy-needs-thrown-a-lifebelt/ 

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator